Imagen Cele Castillo y George Bush |
Imaginen la situación, George Herbert Walker Bush es vicepresidente de los Estados Unidos y además está casi designado para ser el sucesor de Ronald Reagan en las elecciones de 1988.
Paralelamente se inician investigaciones en el Congreso, en la prensa y por parte del Fiscal Independiente creado al respecto sobre el Irán-contra.
Las pesquisas van en dos direcciones: una, si se violó la ley vigente que prohibía suministrar fondos a los Contras nicaragüenses y otra, mucho más grave, que aseguraba que se habían realizado operaciones de narcotráfico en los aviones que llevaban estos ilegales suministros hacia Centroamérica.
Si se probaba o trascendía que Bush padre había conocido o tenido que ver con algunas de estas dos, el resultado en las elecciones podía ser fatal.
¿Ocurrieron o no estos hechos?
Sobre el abastecimiento ilegal a los contras ya sabemos que sí ocurrió.
¿Ese abastecimiento ilegal lo conoció el entonces vicepresidente Bush?
Existen numerosos testimonios en el sentido de que sí lo conocía y su oficina lo supervisaba.
Pero el más grave, ¿fue conocida la gigantesca operación de narcotráfico por el vicepresidente Bush y sus subordinados de entonces Félix Rodríguez y Luis Posada Carriles?
Vayamos a los hechos.
Cuando se tiene la oportunidad de leer el no muy divulgado testimonio del ex oficial de la DEA (Agencia Antidrogas de Estados Unidos), Celerino Castillo III, se conocen detalles muy interesantes.
¿Quién es Celerino Castillo III?
Según lo describe en 1996 el diario Dallas Morning News: "Castillo, un condecorado veterano de Viet Nam, era un oficial de la DEA clasificado como un `dedicado y capaz agente', quien además tenía dos informantes con acceso total a la Base de Ilopango y a toda su documentación".
En 1986, el senador John Kerry creó un subcomité senatorial para investigar el ilegal escándalo Irán-contra y sus ramificaciones, donde el ex agente de la DEA, Celerino Castillo III, testificó: "A principios de 1986 yo recibí una solicitud vía cable de la DEA desde Costa Rica donde el Agente Especial Sandy Gonzáles me pedía que investigara los hangares 4 y 5 de la Base de Ilopango, pues la oficina de la DEA en Costa Rica había recibido información de inteligencia confiable de que los Contras estaban llevando cocaína a esos hangares. Ambos hangares estaban controlados y operados por la CIA y la Agencia Nacional de Seguridad y sus responsables eran el Tte. Coronel Oliver North y el agente de la CIA Félix Rodríguez, también conocido por Max Gómez..."
Castillo III dijo que desde enero de 1986 inició un minucioso trabajo, consistente en: "documentar los vuelos con cocaína, enumerando los números, las fechas y los planes de vuelo, además de recopilar los nombres de los pilotos".
Y agregó el ex agente de la Agencia Antidrogas: "yo descubrí que muchos de los pilotos que volaban para los Contras estaban en las listas de sospechosos de narcotráfico de la DEA".
Una confirmación de lo anterior se produjo en 1989 en el muy respetado espacio investigativo de la cadena de televisión norteamericana CBS 60 Minutes. Allí ante las cámaras, accedió a declarar el piloto norteamericano Mike Tolliver, quien afirmó:
"Después de haber estado durante años traficando drogas, fui reclutado para la operación de abastecimiento a los Contras por un tal Mr. Hernández, a quien identifiqué más tarde como Félix Rodríguez, quien radicaba en la Base Aérea de Ilopango en El Salvador. Yo piloteé un DC-6 cargado de armas y municiones para Félix Rodríguez en marzo de 1986 desde el aeropuerto de Miami hasta Aguacate, la Base Aérea controlada por Estados Unidos en Honduras, las armas fueron descargadas por Contras y a mí me pagó 70 000 dólares Félix Rodríguez.
"Tres días después se me ordenó despegar el avión que había sido cargado con 25 000 libras de marihuana con destino hacia la Base Aérea de Homestead, cerca de Miami, donde aterricé y dejé el avión con el cargamento de drogas, tomando un taxi en el que salí de la base."
Otra confirmación se conoce en diciembre de 1985, cuando el reportero de la CNN, Brian Barger, revela una historia en dicha cadena donde afirma, de acuerdo a sus fuentes, que los Contras están involucrados en el narcotráfico.
El 20 de enero de 1987, Joel Brinkley en un trabajo especial para The New York Times titulado Tripulaciones de las armas de los Contras dicen que contrabandean drogas, afirmó: "Investigadores antidrogas federales revelaron evidencias de que las tripulaciones americanas que de manera encubierta transportan armas para los rebeldes nicaragüenses estaban contrabandeando cocaína y otras drogas en sus viajes de retorno a los EE.UU., funcionarios de la Administración dijeron hoy que cuando los miembros de las tripulaciones basados en El Salvador, conocieron que agentes de la DEA estaban investigando sus actividades, uno de ellos advirtió que tenían protección de la Casa Blanca".
El artículo del The New York Times también citó a un funcionario que de manera anónima declaró: "la alerta dada por uno de los miembros de las tripulaciones, la cual ocurrió después que la DEA registró su casa en San Salvador buscando drogas, provocó tremendo revuelo en Ilopango".
Pero hay otros hechos que involucran al agente de la CIA Félix Rodríguez, quien era uno de los jefes de la operación en el terreno, además de ser quien había coordinado la fuga de Posada y su incorporación a la secreta operación. Rodríguez, durante todo este tiempo y, como ya se sabe, "hablaba casi a diario" con la oficina del entonces vicepresidente Bush, desde la Base Aérea de Ilopango.
En noviembre de 1984, el FBI arrestó al socio de negocios de Félix Rodríguez, Gerardo Latchinian, un conocido contrabandista internacional de armas, quien fue sancionado por contrabando de 10,3 millones de dólares en cocaína, cuyas ganancias iban destinadas a financiar un plan para asesinar al entonces presidente de Honduras, Roberto Suazo Córdova. Durante el proceso, Latchinian declaró que estaba conectado con la CIA.
Pero uno de los momentos más reveladores en este sentido ocurrió en las audiencias del subcomité senatorial creado por el senador Kerry, para investigar sobre la conexión entre el narcotráfico y la red de abastecimiento ilegal a los Contras. Allí se produjo el testimonio de Ramón Milián Rodríguez, quien había sido uno de los principales contadores del cartel de Medellín y fue sancionado por lavado de cerca de 1 500 millones de dólares.
En el Congreso de EE.UU., Milián afirmó: "En enero de 1985, sostuve una reunión con Félix Rodríguez mientras estaba en libertad bajo fianza durante el proceso por delitos de drogas, antes de esta reunión de 1985 yo había accedido a una petición de Félix Rodríguez y le había canalizado 10 millones de dólares en efectivo, provenientes del tráfico de cocaína para los Contras, con la esperanza de que la contribución provocara buena voluntad por parte de las autoridades norteamericanas".
Aunque al parecer hubo algo extra en esta transacción. En una investigación publicada en el año 2004, la publicación Miami New Times señaló: "Milián dudaba que Rodríguez, de corazón, tuviera los mismos intereses del gobierno de los EE.UU. y que nunca se hubiera embolsillado nada de las ganancias".
Según dice esta misma revista: "Félix Rodríguez admite que esta reunión tuvo lugar, pero insiste en que solo se trataba de una oferta del lavador de dinero para ayudar a `prepararle una trampa' al gobierno de Nicaragua mediante una operación de cocaína".
Qué bien, así que la declaración de inocencia de Félix Rodríguez con relación al narcotráfico es que solo lo usaba para preparar falsas evidencias y trampas a un gobierno extranjero (el sandinista en Nicaragua), pero no niega que estaban en contacto y comunicación con el Cartel de Medellín.
En 1988, Milián falla en la prueba del detector de mentiras y el senador Kerry tiene que dar marcha atrás. Pero los hechos, testarudos, volvieron a aparecer. En 1991, el cofundador del Cartel de Medellín, Carlos Lehder, mientras era testigo del gobierno de los EE.UU. en un proceso judicial, admitió que "su organización le había dado 10 millones de dólares a los Contras".
Al respecto el Miami New Times opinó: "Lehder, entonces un testigo federal trabajando con los fiscales norteamericanos, no tenía ningún motivo conocido para mentir".
Y el condecorado ex agente de la DEA, Celerino Castillo III, tanto en su testimonio como en el libro que escribió bajo el título Powderburns, agrega que: "En 1991, antes de salir de la DEA, me reuní con el agente del FBI, Mike Foster, investigador de la Oficina del Fiscal Independiente sobre el Irán-contra y allí yo le di a él toda la información detallada del involucramiento de los Contras en las drogas. Esta es la lista de los expedientes de caso de la DEA y los nombres de los individuos que pueden ayudar a probar mis alegaciones:
Félix Vargas (CIA, El Salvador)
Coronel James Steele (jefe del grupo militar, El Salvador)
Félix Rodríguez (CIA, en Ilopango)
Manuel Brand, cubano americano retirado (CIA, Guatemala)
(NR: por razón de espacio mencionamos solo unos pocos nombres de esta lista)
Y reveló Castillo III: "el jefe de la fuerza de tarea de la CIA sobre Centroamérica testificó que con respecto al tráfico de drogas por las Fuerzas de la Resistencia, no son algunas personas... son muchas personas".
Pero este rompecabezas no se completaría hasta casi una década después, cuando en 1996, el multipremiado periodista Gary Webb publicó en el diario californiano San José Mercury News su famosa serie "La Oscura Alianza", en la que de forma documentada y usando informes de la CIA desclasificados, cintas de audio y video de la vigilancia secreta de la DEA y testimonios en Cortes Federales y en sesiones congresionales, se reveló que:
"Por casi una década una red de drogas del área de la bahía de San Francisco vendió toneladas de cocaína a las pandillas callejeras de Los Ángeles y canalizó millones de las ganancias de las drogas a los Contras nicaragüenses respaldados por la CIA."
"Rick `freeway' Ross, ex jefe de una de las redes de distribución de cocaína más grande de todos los EE.UU. que comprendía California, Louisiana, Texas, Ohio, Missouri e Indiana, detenido y sancionado, aceptó cooperar a cambio de la reducción de su sentencia, confesando que le compró varias toneladas de cocaína a Oscar Danilo Blandón."
Blandón, nicaragüense de familia somocista, miembro de la Contra y fundador del FDN en California, al parecer se dedicaba a la lucha contra los sandinistas; sin embargo, en los documentos policiales del Condado de Los Ángeles sobre su detención, se lee: "Blandón está a cargo de una sofisticada organización de contrabando y distribución de cocaína que opera en el sur de California".
Lo que no sabía Rick Ross era que Blandón fue al mismo tiempo un informante de la DEA; de ahí que en el juicio declarase: "solo en 1981, vendí a la red de Los Ángeles, una tonelada de cocaína, que al precio vigente, significaba ganancias de 54 millones de dólares".
Pero, ¿era Blandón un simple traficante de drogas?
Parece que no. Primero, en el juicio en su contra en una Corte Federal en San Diego, Blandón declaró: "el hombre de la CIA en Honduras nos explicó `que el fin justificaba los medios' y por eso empezamos a recaudar dinero para la Contra de esa manera".
Inmediatamente, los fiscales federales obtuvieron una orden de la Corte que impedía que los abogados de la defensa de Blandón preguntaran en el juicio sobre sus vínculos con la CIA. "No habría ningún beneficio adicional para el acusado si se inquiriese sobre la CIA", se lee textualmente en la decisión de la Corte.
Blandón reveló que su jefe en la operación de la venta de cocaína era Juan Norwin Meneses Cantarero, un nicaragüense cercano a la familia Somoza y su Guardia Nacional que en esos momentos era asesor de la jefatura de la Contra y que como bien señala Gary Webb en su serie, aparecía en las computadoras de la DEA como "un importante contrabandista internacional de drogas y que estaba implicado en 45 diferentes investigaciones federales".
Pero el testimonio más revelador sobre las conexiones de Meneses vino de su íntimo colaborador y ayudante, Enrique Miranda, quien había sido su emisario ante el cartel de la droga de Colombia y que bajo juramento, ante un tribunal que lo juzgaba en 1992, expresó: "Él (Norwin Meneses) y su hermano Luis Enrique financiaron la revolución Contra con los beneficios de la cocaína que vendieron, ellos se reunieron con oficiales de la Fuerza Aérea Salvadoreña, quienes volaban aviones hasta Colombia y de ahí salían hacia los Estados Unidos, a una Base de la Fuerza Aérea en Texas".
Y Gary Webb en su serie de 1996 La Alianza Oscura, revela más: "Marcos Aguado fue uno de los pilotos de la Contra, además fue jefe de la ayudantía del subjefe de la Fuerza Aérea Salvadoreña y esposo de la hija de Edén Pastora.
"El ayudante de Meneses, Enrique Miranda, testificó que Aguado usó aviones de la Fuerza Aérea Salvadoreña para bombardear almacenes del cartel de Medellín actuando para su rival el cartel de Cali.
"Aguado fue identificado en un testimonio congresional de 1987 como un agente de la CIA que ayudó a los Contras a obtener armas, aviones y dinero de un importante traficante de drogas colombiano llamado George Morales. Aguado admitió su rol en este acuerdo en una declaración grabada ante el subcomité senatorial ese añoÁ Por su parte, Robert Owen, el correo de Oliver North, testificó que él conocía a Aguado como un piloto Contra y dijo que había preocupación sobre su involucramiento con el tráfico de drogas."
Creo que en ese momento solo faltó conocer un pequeño detalle y lo señaló después Gary Webb en su famosa investigación: "Mientras volaba para los Contras, Aguado estuvo estacionado en la Base Aérea de Ilopango cerca de la capital de El Salvador, San Salvador".
El propio Blandón testificó: "Fuese lo que fuese, lo que estábamos haciendo en Los Ángeles, las ganancias iban para la revolución Contra".
Y Gary Webb concluyó: "El efectivo que Rick Ross pagaba por la cocaína, según muestran los documentos de la Corte, fue usado para comprar armas y equipos con destino al ejército guerrillero llamado Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN) comúnmente conocido como los Contras".
Todo lo anterior se confirma al conocer los documentos del Sheriff del Condado de Los Ángeles donde se legaliza la detención de Oscar Danilo Blandón. En ellos se puede leer textualmente, al exponer el resultado de las investigaciones desarrolladas que culminaron con el arresto de este: "El dinero obtenido por las ventas de cocaína era transportado a la Florida y lavado a través de Orlando Murillo, quien es un alto funcionario de una cadena de bancos en la Florida llamada Government Securities Corporation. Desde este banco el dinero era filtrado a los rebeldes Contras para comprar armas en la guerra en Nicaragua".
Gary Webb descubrió que este Orlando Murillo era pariente de la esposa de Blandón y que su cargo era el de vicepresidente de esta cadena de bancos que tenía su sede en Coral Gables, Miami. La cadena quebró en 1987 rodeada de acusaciones de fraude.
El escándalo que provocaron estas revelaciones en 1996 fue significativo, pues los barrios negros de Los Ángeles habían sido devastados por una ola delictiva como consecuencia del incremento acelerado del consumo de cocaína que dejó cientos de muertos, heridos y delitos de todo tipo. La congresista por el distrito de Watts, al cual pertenecen esos barrios, Maxine Waters, exigió y logró una investigación de la CIA para aclarar si era cierto que agentes de la Agencia habían vendido drogas a los barrios negros en Los Ángeles para financiar la guerra contra los sandinistas.
Ya antes, en 1988, se había realizado una investigación, apenas divulgada, de la CIA. El entonces subdirector de la Agencia, Robert Gates, tras tres días de investigaciones, informó que "todas las alegaciones de que la CIA, condonó o participó en tráfico de narcóticos, son absolutamente falsas".
La nueva investigación se realizó muy discretamente y sus resultados los informó el Inspector General de la CIA, Hitz, ante el Comité de Inteligencia del Senado. El investigador Robert Parry en su libro Historia perdida, Contras, Cocaína, la Prensa y el Proyecto Verdad, resume así lo que comunicó el Inspector General de la Agencia: "no solamente muchos de los alegatos de Webb eran ciertos sino que de hecho había subestimado la seriedad de los crímenes de la Contra y la droga, así como el conocimiento de la CIA. Hitz reconoció que los contrabandistas de cocaína jugaron un temprano y significativo rol en el movimiento Contra en Nicaragua y que la CIA intervino para bloquear una investigación federal que amenazaba su imagen en 1984 sobre una red de drogas con sede en San Francisco de la que se sospechaban sus vínculos con los Contras".
Luego de este informe, más la presión de la congresista de California Maxine Waters, el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes se vio obligado a iniciar un debate sobre el tema. Su presidente convocó una audiencia que duró una hora y ante el estupor de todos dictaminó que "las alegaciones carecen de fundamento". Hay un hecho interesante, ese presidente del Comité era el representante por la Florida, Porter Goss, ex oficial de la estación de la CIA contra Cuba y quien años más tarde sería Director de la Agencia por designación de Bush hijo.
Pero, volviendo a la pregunta inicial, ¿se produjo una gigantesca operación de narcotráfico como parte de la ilegal operación de abastecimiento a la Contra?
Los hechos responden que sí.
¿La conocía el entonces Vicepresidente?
Si el centro de la operación estaba en la Base Aérea de Ilopango, si allí estaban Félix Rodríguez y Posada Carriles, si Rodríguez hablaba casi a diario con la oficina del Vicepresidente, si se reunió en varias ocasiones con Bush en su oficina para discutir sobre la operación, sería casi humanamente imposible que no se hablara o conociera de estos gravísimos hechos.
Si vimos cómo hasta el correo personal de Oliver North declaró que se sabía del narcotráfico y les preocupaba, entonces:
¿Conocieron de este narcotráfico y se hicieron de la vista gorda, lo cual es un grave delito federal, o fue planificado y orientado desde la jefatura de esta ilegal operación?
En cualquiera de los casos se cometieron delitos muy graves y en los dos casos Félix Rodríguez, y por transición Posada Carriles, saben lo que ocurrió en realidad.
El condecorado ex agente de la DEA, Celerino Castillo III, recuerda que: "en 1986 me encontré al entonces vicepresidente Bush en una recepción que ofrecía el embajador norteamericano en Guatemala; yo le dije que algo raro estaba pasando en Ilopango, solo se sonrió y se marchó".
Tanto Bush padre como Félix Rodríguez han declarado que nada de esto ocurrió y mucho menos que ellos lo conocían.
En una entrevista del año 2004 el ex agente de la DEA, Celerino Castillo III, realizó la siguiente valoración: "la única razón por la que Félix Rodríguez no fue arrestado es porque él sabía dónde estaban enterrados todos los cadáveres de la operación Irán-contras. Él siempre ha sido un terrorista así como Osama Bin Laden y todos los terroristas que nosotros hicimos en el pasado".
El subcomité senatorial que presidió John Kerry y que investigó estos hechos concluyó, según refleja el Miami New Times, que: "el tráfico fue galopante en los esfuerzos de los rebeldes".
La misma publicación, el Miami New Times, opinó en una investigación divulgada en el año 2004: "la historia claramente favorece el lado de Kerry (se refiere a las conclusiones de la investigación de su subcomité) y él posiblemente esté en lo cierto con relación a los 10 millones en dinero del Cartel".
En las elecciones de 1988, George Bush padre fue electo presidente de los Estados Unidos. Estos hechos no fueron tema de la campaña.
Félix Rodríguez y Luis Posada Carriles nunca fueron ni encausados ni siquiera molestados legalmente por estos hechos.
El condecorado agente de la DEA, Celerino Castillo III, fue despedido de esa Agencia.
El periodista Gary Webb fue despedido del San José Mercury News y años después apareció muerto con dos balazos en la cara, en su casa. El dictamen oficial fue suicidio, más de 7 publicaciones escritas o digitales han preguntado sobre si fue suicidio o asesinato.
Y termino preguntándome: ¿Serán estos hechos parte de los secretos que poseen los Posada, los Rodríguez y que les garantizan su impunidad y más que impunidad su complicidad con el actual inquilino de la Casa Blanca?
Si este escándalo se hubiera destapado, habría producido en la cúpula del imperio los efectos que se dice provocaría la Caja de Pandora en caso de abrirse.
Aquí he tratado de presentar los hechos. Ahora, amigo, saque usted sus propias conclusiones.
Publicado por el Diario Granma el 5 de junio de 2006
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