Gilberto Rivera Amarillas era el hombre de todas las confianzas de Joaquín Guzmán Loera en la frontera sur de México. Tenía el control en Comitán, Tuxtla Gutiérrez, Ocosingo y Palenque. Del lado guatemalteco llegaban a algunas áreas del Petén, donde aterrizaban vuelos con droga en pistas clandestinas. Tras la primera captura del Chapo en 2014, perdió poder hasta que a principios de junio fue detenido en el aeropuerto de Guatemala. Sus ex dominios en la frontera sur, hoy día han cambiado de manos.
Aquella tarde del 9 de junio del 2016 cuando fue detenido en el aeropuerto internacional de La Aurora, en la ciudad de Guatemala, Gilberto Rivera Amarillas sonreía detrás de su espeso bigote negro a todas las cámaras. Ataviado con una camiseta polo color rojo naranja y jeans, lucía tranquilo, con el pelo alborotado en alguna imagen que le tomaron al bajarse del vehículo, donde lo trasladaron a la fiscalía de aquel país ante un pedido de extradición de los Estados Unidos.
A Rivera Amarillas lo conocían como “el Tío Gil”. Estaba identificado por las autoridades desde 1993 como un miembro destacado de la organización sinaloense en Chiapas. En los días en que el Chapo Guzmán huía tras la balacera en el aeropuerto de Guadalajara donde murió el cardenal Posadas Ocampo, escapó por su territorio rumbo a Guatemala, donde finalmente fue detenido.
“El Tío” era un capo de perfil discreto, vivía entre Comitán y algunas zonas de la vecina Guatemala. La importancia de su influencia en la región, quedó documentada por el Departamento de Justicia estadounidenses que le fincó seis diferentes cargos por distribuir cocaína en Estados Unidos.
De frontera a frontera Rivera Amarillas sirvió en diferentes plazas al cartel de Sinaloa. En 1999 estaba en Mexicali, Baja California, donde fue detenido por primera vez por la policía municipal y al poco tiempo recuperó su libertad.
Oriundo de Sinaloa, en Culiacán lo conocían como agricultor avecindado en Estados Unidos, hasta que en 2004 sufrió un atentado a las afueras de su domicilio en la colonia Guadalupe Victoria, al sureste de la ciudad. Salvo la vida pero en el ataque murieron sus dos hijos de 17 y 15 años de edad. Desde entonces no se sabía de él hasta que hace dos semanas fue detenido cuando se disponía a viajar a México.
El otro brazo del Chapo
Rivera Amarillas fue uno de los dos personajes que ayudó en su huida al Chapo. El otro apareció el día que entregaron a Guzmán Loera en la frontera Talismán con Guatemala. Esa ocasión el capo venía acompañado de una mujer de Tapachula y de escolta un ex subteniente desertor del ejército. Ya en territorio mexicano los recibió una compañía completa del 25 batallón de infantería que los escoltó hasta el aeropuerto.
Antonio Mendoza Cruz, guardaespaldas del Chapo en su huida a Guatemala, era un oficial de infantería que desertó en 1990, dos años después de que se graduó del Colegio Militar. Tras ser entregado junto a Guzmán, fue liberado en 1996 y dos años después volvió a quedar detenido en Guadalajara, donde cayó con miles de dólares en efectivo y armas.
Aquel joven militar, originario de Morelia, Michoacán, se ganó la confianza del capo porque fue el que lo sacó de la balacera contra pistoleros de los hermanos Arellano Félix, el 24 de mayo de 1993 en el aeropuerto de Guadalajara, donde cayó abatido en fuego cruzado el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo.
Chiapas la entrada de todo
El territorio que abarca el estado de Chiapas está convertido en “la principal puerta de acceso a la ruta de la droga” que viene de Centroamérica, y trae desde Colombia, Perú, Bolivia, y Ecuador, miles de toneladas de cocaína que mueven millones de dólares cada año, dice un informe de inteligencia militar al que se tuvo acceso.
Guatemala es al igual que México una ruta necesaria para traficar droga de estos países hacia Estados Unidos, sin olvidar que en territorio nacional existe un alto mercado de coca. Chiapas tiene en puerto Madero, en el municipio de Tapachula, un punto vital en la geografía marítima del Pacífico sur. Este lugar ha sido estratégico para las operaciones del cartel de Sinaloa, que tenía varias inversiones en esa región, controlada hasta hace poco por operadores de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Uno de ellos era Gilberto Rivera Amarillas, quien cedió territorio ante la unión de los michoacanos y guerrerenses en el estado. La caída del “Tío Gil se contemplaba desde la captura del Chapo Guzmán en febrero del 2014, que terminó por restarle influencia.
Con la primera captura del Chapo Guzmán, hubo una reconfiguración del narco en Chiapas, de acuerdo al documento. “Rápidamente se posesionaron de la plaza los rojos, y el ahora conocido Martín Villegas, esta organización es una escisión del cartel de los Beltrán Leyva, ahora se sabe que los michoacanos y los guerrerenses están posesionados en la plaza, por la importancia que tiene por el puerto sobre todo para la introducción de cocaína. Martín Villegas originario de San Luis de la Loma, municipio de Técpan de Galeana, Guerrero, fue detenido en el Distrito Federal, hoy recluido en el Altiplano, sin embargo su estructura criminal sigue intacta.
Cuenta con muchos recursos económicos y es el heredero financiero de Arturo Beltrán Leyva, ya que este personaje se encargaba del transporte de droga de los Beltrán Leyva y tenían controlado Acapulco y Morelos. Actualmente Tapachula está bajo control de Roberto Villegas Mellín, originario de Técpan de Galeana, y se presume que es familiar de Martín Villegas. Roberto Villegas Mellín tiene el apoyo actual de la Policía Federal y la Armada de México, por el control que tienen en el puerto”.
Añade: “Otro lugar estratégico es el municipio de Benemérito de las Américas, Chiapas, lugar donde se sabe se refugió por varios años el Chapo Guzmán, actualmente está controlado por los hermanos Landeros y la familia Jaramillo (se trata de hijas de un compadre del Chapo Guzmán, a este lo ejecutaron, y las hijas gracias a su belleza se casaron con militares y narcotraficantes de la región y son las que controlan esa franja fronteriza hasta llegar a Lagos de Montebello).
El chiapaneco Roberto Nájera Gutiérrez, alias “la Gallina”, es quien controla, según el documento, la ruta Comitán, Ocosingo, Palenque, Tuxtla Gutiérrez. El informe refiere que hace unos años libró una detención en Quintana Roo, tras un fuerte soborno en dólares a autoridades federales.
Hoy día, se asegura, es quien controla las rutas de Chiapas, Yucatán, Campeche y Veracruz. Tiene contactos con mandos militares de la región, la clase política y los jefes de las policías. En las áreas de seguridad del estado, se le conoce porque su gente sacó a todos los Zetas de Palenque.
Fuente.-Juan Veledíaz
@velediaz424
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