El nuevo manual del Vaticano para la instrucción de obispos recién ordenados, que fue divulgado desde principios de febrero, dice que “no tienen la obligación” de reportar a la policía las denuncias de abuso sexual a menores.
En el documento se precisa que solamente podrán acudir a las autoridades los familiares de la víctima.
En el polémico texto normativo, se señala que los obispos deberían ser conscientes de las leyes locales, pero que su único deber será manejar los casos dados internamente.
“De acuerdo al estado de las leyes civiles de cada país donde la denuncia es obligatoria, no es necesariamente el deber del obispo referir los sospechosos a las autoridades, la policía o los fiscales del Estado en el momento cuando quedan al tanto de crímenes o hechos pecaminosos”, dice la guía de capacitación.
Tony Anatrella, asesor del Pontifico Consejo para la Familia, fue el redactor de dicho manual, mismo que ha sido fuertemente criticado por sólo hacer referencias pasajeras a la política de prevención de abusos; además de restarle importancia a la gravedad del legado de la iglesia católica en el abuso sistémico de menores.
La capacitación para los nuevos obispos hace énfasis en estadísticas que demuestran que la gran mayoría de los asaltos sexuales contra menores ocurren dentro de la familia y por amistades y vecinos, no por otras figuras de autoridad.
Por su parte, la Red de Sobrevivientes de Abuso de Sacerdotes (SNAP), criticó las medidas de la iglesia católica en torno al tema, y declaró que el clero debería estar legalmente obligado a informar de la sospecha de abuso.
“Sus sistemas funcionan para proteger los intereses de la institución”, expresó Nicky Davis de SNAP, además, “no colocan de primero la protección de los niños”.
También la agrupación Broken Rites, que aboga por los derechos de los abusados, dijo que “esto básicamente instruye a los obispos a no tener que hacer nada”, manifestó el doctor Wayne Chamley, “eso es incomprensible, aunque no me sorprende”.
La guía forma parte del programa de capacitación de nuevos obispos. Sin embargo, el papa Francisco no participó en su realización a pesar de la comisión especial que creo en 2014 para abordar el tema de los abusos de niños y adultos vulnerables por parte del clero, en la que declaraba “cero tolerancia” para los culpables.
Debe hacerse “todo lo que es posible para garantizar que delitos como los cometidos no se repetirán más en la iglesia”, declaró Bergoglio ante la creación de la comisión especial.
(Con información de la BBC)
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