Luego de que 2 mil 800 elementos del Ejército dejaron de apoyar la seguridad pública en Tamaulipas desde diciembre del año pasado, debido a que el Gobierno estatal no renovó el convenio para su permanencia, la violencia se desató de nuevo en la entidad, aseguraron organismos ciudadanos y la iniciativa privada.
Sin la presencia de efectivos y patrullajes militares en las calles, los hechos violentos en Ciudad Victoria y los municipios fronterizos de Matamoros y Reynosa se han recrudecido.
Tan sólo en los últimos 30 días el Grupo de Coordinación Tamaulipas (GCT) ha reportado ocho homicidios y dos ataques a negocios en la capital del Estado.
El último hecho violento que causó terror entre la población ocurrió la noche del pasado 19 de febrero, cuando un comando armado disparó contra un restaurant bar ubicado en la zona comercial de la ciudad, a sólo tres cuadras de la Casa de Gobierno, dejando dos mujeres heridas de bala.
En mayo del 2011, 2 mil 790 elementos de la Sedena llegaron a Tamaulipas para reforzar la seguridad pública en el Estado.
En agosto del 2015, el GCT reportó la captura de 15 objetivos prioritarios del crimen organizado y el repliegue de los cárteles, lo que trajo un clima de tranquilidad en la entidad, que se rompió con la salida de los militares en diciembre del año pasado.
"Anteriormente ya habíamos extendido los horarios y ahorita nos vemos obligados otra vez a retroceder a cerrar más temprano y a buscar que los empleados estén más temprano en su casa tratando de evitar algún problema y tratando de proteger su integridad", señaló Fidel Gallardo Aguilar, presidente de la Coparmex.
Organizaciones civiles atribuyeron el clima de violencia a la ausencia del Ejército.
"No hay quien patrulle la ciudad, quienes están patrullando son los grupos criminales del Estado", dijo Guillermo Gutiérrez Riestra, presidente del Colectivo Familiares de Desaparecidos.
En Reynosa, unas 30 patrullas quedaron inactivas luego de que la Policía Militar dejó la ciudad y desde entonces se han recrudecido las persecuciones, tiroteos y la quema de vehículos.
Aunque el pasado 5 de enero el encargado de Seguridad Pública, Adán Iraí Salas Moreno, aseguró que los elementos de la Policía Militar regresarían, siguen ausentes.
En Matamoros, la violencia también se ha recrudecido en los primeros dos meses del año con bloqueos y enfrentamientos entre los grupos criminales y las fuerzas federales, que incluso dejaron víctimas civiles.
El 31 de enero, siete pistoleros fueron abatidos por las fuerzas federales y estatales en un enfrentamiento que alcanzó a una niña de 13 años que falleció en el Hospital del IMSS y su padre, que resultó herido al quedar en el fuego cruzado.
Gastan en policías y desertan
Las corporaciones de Tamaulipas no sólo enfrentan al crimen organizado, sino también el éxodo de policías, en los que el Gobierno estatal ha invertido en capacitarlos, pero después de cobrar abandonan sus filas.
De acuerdo a la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE), tan sólo entre 2012 y 2015 se graduaron 762 elementos que enseguida ingresaron a la Policía Estatal Acreditable, con sueldos entre 12 mil y 14 mil pesos mensuales.
Cada cadete que capacita la SSPE recibe una beca de 5 mil pesos mensuales por cinco meses que dura su adiestramiento.
En total, el Gobierno estatal erogó 15 millones 240 mil pesos en la capacitación de policías, sin contar gastos de hospedaje y alimentación.
El titular de la SSPE, Jesús Martínez y Martínez, dijo que tan sólo en diciembre pasado desertaron 40 elementos de la corporación.
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