El estado de salud de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, líder del Cártel de Sinaloa en la cárcel de máxima seguridad del Altiplano es grave, afirmó en entrevista Emma Coronel, concedida este domingo 28 de febrero después de que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), le informó que habían logrado conseguir que el penal le permitiera entrar a ver a su esposo de manera urgente. El encuentro se llevó a cabo el pasado sábado.
“Mija ya nada más estoy comiendo para no
morirme pero pues sí me siento muy mal”, dijo Guzmán Loera a su esposa durante
la visita de 20 minutos ante la presencia de los guardias quienes, de acuerdo
al testimonio de Coronel, lo amenazaron de que sólo podía hablar lo
imprescindible y no acercarse a su esposa.
Coronel señaló que además de tener la
presión arterial muy alta a consecuencia de que no lo dejan dormir, ahora
también padece de crisis nerviosa por el presunto maltrato que sufre en la
cárcel a manos del gobierno de México.
“Me cuesta un poco de trabajo aceptar esta
llamada debido a que me siento muy mal y pues no me siento como para estar
platicando pero toca aguantarme, más que nada quiero que quede el antecedente
de que yo dije y que he hecho muchas manifestaciones, he metido muchos amparos,
he metido muchas quejas a derechos humanos para que si algo le pasa a su salud
no quieran venir a decirnos, a inventarnos que pasó otra cosa”, afirmó Emma
Coronel llorando, con temor de que la situación de Guzmán Loera se torne peor.
Estos hechos ocurren en el marco de dos
solicitudes de extradición hechas por el gobierno de Estados Unidos las cuales
ya están en trámite, y luego de declaraciones públicas realizadas por el
principal responsable de la defensa de Guzmán Loera, José Refugio Rodríguez,
quien dijo que su cliente estaría dispuesto a irse extraditado y no poner
obstáculos legales si llega a un acuerdo con el gobierno estadunidense.
“Hago responsables a los encargados de
ordenar y tenerlo en esa situación. Los hago responsables de lo que le pase a
su salud”, afirmó Coronel, quien se escuchaba afectada por la condición de su esposo.
“Yo no sé cómo piensan que yo sería capaz
de estar jugando y exponiendo que su vida está en peligro si es el papá de mis
hijas. Dicen que es mentira, yo sería incapaz de jugar con la vida y la salud
de un ser humano, más si es el padre de mis hijas”, señaló.
En Estados Unidos El Chapo Guzmán
tiene seis acusaciones penales abiertas en seis cortes de distrito diferentes
en las que se le acusa del tráfico de más de 700 mil kilogramos de cocaína así
como de haber sobornado a distintos funcionarios en México y de, a través de
sicarios, presuntamente haber ordenado cientos de actos violentos. Es
considerado por el gobierno de EU como el narcotraficante más poderoso del
mundo y hasta enero pasado era el criminal más buscado.
En México tiene 10 causas penales abiertas
por delincuencia organizada, pero el gobierno de México ha declinado su interés
en juzgarlo ya que ha dicho que lo enviará extraditado a EU.
El 21 de enero, 13 días después de la
recaptura de El Chapo, Coronel presentó ante la CNDH la queja folio
5645/2016 (Proceso 2047) por el presunto maltrato y mal estado de
salud de Guzmán Loera en el Altiplano. Se señaló que lo mantienen aislado del
resto de la población penitenciaria, no le permiten salir al patio ni le dan
los estímulos que a los demás internos sí se les proporcionan. También,
reportó, se le impide ir al comedor, le toman pase de lista cada hora
identificándolo con una cámara y no le permiten dormir.
A principios de febrero la defensa de
Guzmán Loera interpuso un amparo denunciando que a su cliente lo tenían
incomunicado, segregado y víctima de “tratos crueles e inhumanos” y acusaron de
“tácticas” por parte de personal camuflageado dentro de la prisión, que
pretendían convertir a su cliente en un “zombie”, no lo dejaban dormir por el
constante pase de lista hecho por unos guardias que están físicamente fuera de
su celda.
El 12 de febrero, en entrevista exclusiva
con la autora de este reporte, Coronel afirmó que decidió salir a la luz
pública ante la situación de salud de su esposo, quien fue recapturado el 8 de
enero pasado en Los Mochis, Sinaloa tras la escandalosa fuga del Altiplano
ocurrida el 11 de julio de 2015.
“Bastante cruel lo que están cometiendo,
están tratando de cobrarse lo de su fuga. Dicen que no lo están castigando, por
supuesto que sí. Están todo el día con él, viéndolo en su celda. Todo el día
están ahí, están pasando lista a cada hora, no lo dejan dormir, no tiene
privacidad ni para ir al baño”, afirmó en esa ocasión Coronel.
El director del penal, Salvador Almonte,
emitió la semana pasada un comunicado en el que afirmó que no existía ninguna
tortura contra Guzmán Loera y negó que la vida o salud del reo se encuentre en
peligro. “Busca victimizarse”, afirmó el funcionario público. Lo mismo aseguró
el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong , a quien El
Chapo se le escapó de prisión el año pasado y afirmó públicamente que
a Guzmán Loera se le da el mismo trato que a los otros reos de su peligrosidad.
Pese a la versión oficial del gobierno de
Enrique Peña Nieto, todo indica que la salud del líder del Cártel de Sinaloa sí
es delicada. Coronel afirmó que el lunes de la semana pasada un funcionario de
la CNDH la llamó para informarle que ya habían hecho una primera visita a
Guzmán Loera en la prisión y que habían confirmado que tenía la presión alta
como lo denunció su esposa y sus abogados.
A las 2 de la tarde del 27 de febrero
pasado, Coronel pudo ver a Guzmán Loera en un área del penal de máxima
seguridad. Llegó acompañado de la guardia especial que se le puso desde su
ingreso.
“A pesar de que estamos a escasos
centímetros le advirtieron a él que no podía tocarme ni nada”, señaló Coronel
sobre el encuentro. Al preguntarle cómo fue trasladado, afirmó que no pudo ver:
“no pude ver cómo porque es una pared, pero escuché cómo le estaban quitando
las esposas, incluso que estaban amenazándolo diciéndole con voz en un tono muy
humillante que hablara justo lo necesario, rápido, que no me tocara y pues no,
una forma muy, muy inhumana la que me tocó presenciar”.
“Lo que más me tiene preocupada es su
salud. Que a pesar de que ya fui a derechos humanos y me dijeron que ya
llevaron un doctor de derechos humanos que efectivamente confirmó que está mal.
Él (funcionario de la CNDH) me dijo que había hecho la petición al penal de que
tenían que dejarlo descansar pero pues no, hicieron caso omiso porque él me
dijo que para nada, en ningún momento ha mejorado, que lo dejen descansar unas
horas ni nada, todo ha seguido exactamente igual”.
Coronel señaló que vio a Guzmán Loera
“bastante demacrado, un color mal, debido a que no ha tomado el sol, pero él
dice que eso no es lo que esté pidiendo, nada más quiere dormir, se ve bastante
mal, bastante delgado y sólo está comiendo para no morirse”.
De acuerdo con la esposa de El
Chapo Guzmán, éste le dijo que “se siente muy mal, le duele mucho la
cabeza, le están pasando lista constantemente. Él dice que mientras llega el
pase de lista se queda muy nervioso y ya no puede conciliar el sueño en ese
momento antes de que le pasen la lista, debido a que ya está su cerebro
activado y un tanto nervioso”.
Él le informó que lo están revisando
constantemente “pero de qué sirve que le estén tome y tome la presión y
verificando que sigue mal si no hacen lo que saben que tienen que hacer para
que mejore su salud”. En el Altiplano lo único que le han ofrecido es una
pastilla para dormir pero él se niega a tomársela porque va a estar sedado
cuando le pasen lista, lo van a querer despertar a la fuerza.
Coronel aseguró que nunca había visto a su esposo
en esa condición y que no existe ningún antecedente de presión alta en la
familia de su esposo que justifique su actual estado de salud.
-¿Teme por la vida de su esposo?
– Sí, mucho más ahora que veo que nada
mejora y conforme van pasando los días está más malo.
La esposa de Guzmán Loera afirmó
que piensa
que el gobierno de México quiere matar a su esposo.
La autora de este reporte pudo confirmar el
mal estado de salud del líder del Cártel de Sinaloa a través de fuentes
internas del penal y familiares de otros presos a quienes consta que la salud
del capo se ha deteriorado notablemente tras su reingreso al penal.
Confirmaron que hay una consigna de
maltrato contra ese interno, y que a ningún otro prisionero le dan el mismo
trato, incluso ni a Miguel Ángel Treviño Morales El Z-40, líder del
cártel de Los Zetas u otros de igual peligrosidad.
Desde la semana pasada se solicitó a la
Tercera Visitaduría General de la CNDH, quien lleva el caso de la queja
5645/2016, información sobre las dos visitas que han hecho a Guzmán
Loera en el penal, pero el área de Comunicación Social informó que no
podían dar ninguna entrevista ni proporcionar información porque el caso estaba
en investigación.
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