Remedo
fallido del Black Friday gringo, cuando
luego del Día de Acción de Gracias las tiendas de Estados Unidos rinden
homenaje nacional al consumismo más desaforado y ofrecen descuentos
reales hasta del 80 por ciento en su mercancía, nuestro Buen Fin constituye una
reiterada tomadura de pelo que arrebata a los consumidores en sólo cuatro días
más de 200 mil millones de pesos mediante maniobras engañosas y falsas ofertas,
que las autoridades lejos de evitar fomentan con promociones oficiales y
sorteos fiscales para alentar a los asalariados mexicanos a comprometer sus
ingresos a futuro.
La maniobra más socorrida consiste en
incrementar previamente los precios de los artículos que serán ofrecidos en
“oferta”, para de hecho simular descuentos llamativos como “gancho” para los
incautos compradores de ilusiones. La Procuraduría Federal del Consumidor
(Profeco), en efecto, informó hace unos días que había detectado alzas de entre
10 y 32 por ciento en precios de artículos electrónicos previo al Buen Fin. Precisó
que esos incrementos se registraron sobre todo en el costo de pantallas,
televisores, computadoras y teléfonos móviles. Precisamente los artículos de
mayor demanda durante este fin de semana largo. Las denuncias sobre esa trampa
desbordan las redes sociales.
La inmoralidad mercantil que caracteriza
la actitud de la mayoría de los grandes empresarios del ramo se manifiesta a
plenitud en esta celebración inventada hace apenas cinco años, durante la cual
se realizan más de 20 millones de transacciones comerciales. Muy vivos, esos
comerciantes fingen algunos descuentos sobre precios previamente
inflados, pero en realidad obedecen a una estrategia perversa cuyo señuelo
principal es la venta a meses sin intereses mediante tarjeta de crédito. Sin
empacho alguno lo reconoció así Jorge Quiroga, director de la consultora Total
Retail, especializada en mercadotecnia y capacitación para tiendas de
autoservicio, cuando sostuvo que “no se esperan descuentos espectaculares”
durante el Buen Fin que inició en el primer minuto de este viernes 13 de
noviembre, “sino principalmente promociones más amplias de meses sin
intereses”.
Esto se podrá constatar fácilmente en las
promociones de ropa, electrodomésticos y línea blanca de las principales
tiendas participantes, como WalMart, Soriana, Dafiti, Suburbia, Comercial
Mexicana, Sears, Linio, Netshoes, Chedraui, Martí, Liverpool, Palacio de
Hierro, Sears y Sanborns. En estas empresas se esperan algunas promociones
especiales como 2×1 en algunos artículos seleccionados, bonificaciones en
monedero electrónico y… meses sin intereses con tarjetas participantes. La
verdad es que tiendas como Liverpool o El Palacio de Hierro, por ejemplo,
ofrecen mayores descuentos en sus rebajas de temporada o en las llamadas
“ventas nocturnas” que se realizan varias veces al año.
Por su parte, el gobierno participa
también en el engaño y alienta el consumismo irracional de estos días mediante
un estímulo especial a los compradores que den tarjetazo. El Servicio de
Administración Tributaria (SAT) informó que la bolsa del sorteo fiscal para el
Buen Fin se mantendrá en 500 millones de pesos y que se prevé que
participen 149,000 consumidores, que pueden optar por un monto de retorno hasta
de 10,000 pesos. El mínimo para participar en el sorteo es de 250 pesos, pero
obligatoriamente a través de un pago electrónico, es decir, mediante tarjeta de
débito o crédito.
Claro que el presidente del Consejo
Coordinador Empresarial (CCE), Gerardo Gutiérrez Candiani, se quejó de que
debido al entorno económico y la volatilidad del peso frente al dólar las
ventas durante este Buen Fin crecerán sólo entre cuatro y cinco en 2015 con
respecto al año anterior, muy por abajo del incremento registrado en 2014
cuando fue 13.7 por ciento, hasta llegar a un total de 197 mil 405 millones de
pesos. Aun así, aceptó que el incremento “no es poco”. Por supuesto que no lo
es: con ese cuatro o cinco por ciento las ventas del Buen Fin llegarán a
entre 205 mil y 207 mil millones de pesos.
Por lo demás, en lo inmediato, el gran
botín de los comerciantes es el aguinaldo que reciben cada año los casi 32
millones de trabajadores asalariados en el país. De ahí las presiones de los
organismos del sector, particularmente la Concanaco y la Canacintra, sobre
los gobiernos federal y estatales y sobre las empresas privadas para que
se adelantara la entrega de esa gratificación anual que consiste por Ley en
mínimo equivalente de 15 días de salario, aunque en el sector público es de 40
días, en dos exhibiciones. La Secretaría de Hacienda dispuso que los aguinaldos
a los burócratas serían entregados a partir del 11 de noviembre, esto es dos
días antes del Buen Fin… Y los empresarios acordaron adelantar el 50 por ciento
de aguinaldo a sus trabajadores, según informó sonriente el presidente de
Coparmex, Juan Pablo Castañón. Van por todo el costal.
Es claro que estamos ante un plan bien
urdido y publicitado para favorecer otra vez a los consorcios locales y
trasnacionales, que ya se soban las manos, a costa de la economía de millones
de mexicanos con ingresos medios o bajos. Los ricos no necesitan ofertas o
promociones para hacerse de sus bienes, inclusive de lujo, suntuarios. Inducir
a las familias a comprometer sus exiguos ingresos por seis, 12 o 18 meses no es
un buen fin: es un engaño infame. Válgame.
Fuente.-
Twitter: @fopinchetti
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: