El Secretario del Bienestar de Guerrero, Pablo André Gordillo Oliveros, quien tiene un sueldo mensual neto de 67 mil pesos, tuvo el pasado fin de semana una boda de ensueño.
El festejo con su esposa Pattsy Contreras para 200 personas se realizó en la Hacienda San Carlos Borromeo, en el municipio de Yautepec, Morelos.
El “Bienestar” de lujo: la boda de Pablo André Gordillo, sátira en tres actos
Primer acto: El sueño guinda de la austeridad republicana
Había una vez en la tierra de Guerrero un Secretario del Bienestar, Pablo André Gordillo Oliveros, quien, fiel a los principios de la 4T, decidió celebrar su boda como cualquier ciudadano ejemplar de la “justa medianía juarista”… es decir, con una fiesta de más de un millón de pesos, flores exóticas, mesas de ensueño y una hacienda colonial que haría palidecer de envidia a cualquier virrey. Porque, claro, para predicar la austeridad primero hay que demostrar que se conoce el lujo.
Segundo acto: Baby’O, pero sin austeridad
La temática de la boda no podía ser menos que un homenaje a la legendaria discoteca Baby’O de Acapulco, ese ícono de la vida nocturna donde la clase política suele perder la memoria… y el sentido de la realidad. Los invitados, 200 afortunados, pudieron disfrutar de una atmósfera que simulaba estar en el templo de la fiesta, mientras las flores exóticas y los arreglos de la región recordaban que aquí el “bienestar” es, ante todo, cuestión de presupuesto.
Tercer acto: 15 meses de salario en una noche
El secretario, con su modesto sueldo neto de 67 mil pesos mensuales, decidió invertir el equivalente a 15 meses de trabajo íntegro en una sola noche de celebración. Eso sí, sin contar la boda civil en Las Mañanitas de Cuernavaca, porque el amor verdadero, como la transformación, no tiene precio… pero sí factura.
Morena: “No mentir, no robar, no traicionar”… salvo en la pista de baile
La boda de Gordillo Oliveros es otro ejemplo perfecto de cómo los postulados de Morena —austeridad, cercanía con el pueblo, y rechazo al derroche— pueden ser atropellados con la misma elegancia con la que se pisa una pista de baile decorada con flores de importación. Porque, como decía el clásico, “no es lo mismo ser austero que ser austero de palabra”.
Mientras tanto, el pueblo bueno observa cómo los funcionarios de la 4T celebran con la fastuosidad que antes criticaban, confirmando que en México la transformación es, a veces, sólo un cambio de salón de fiestas.
“Nunca más un gobierno rico con pueblo pobre”, decían algunos. Pero parece que, al menos en Guerrero, el bienestar empieza en la pista de baile y termina en la cuenta del banquete”.
Que dice la cita original sobre la “justa medianía juarista” atribuida a Benito Juárez que hipocresia Morena no conoce ni de oidas:
“Los funcionarios públicos deben vivir en la justa medianía que proporciona la retribución que la ley les señala, sin que puedan buscar aumentos ni exigir gratificaciones bajo ningún pretexto.”
—Benito Juárez
Esta frase emblemática ha sido utilizada históricamente para exigir a los servidores públicos un estilo de vida sobrio y alejado de los excesos, en congruencia con el espíritu republicano y austero.
Morena prometió acabar con los excesos del pasado, pero en Guerrero, al menos por una noche, la austeridad fue la gran ausente… y el único “bienestar” garantizado fue el de los invitados.
Con informacion: ELNORTE/
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