Una mujer vestida con un quexquemetl potosino aparece en la pantalla central del escenario. Desde los palcos, la imagen se ve borrosa. La mujer de la pantalla da las buenas tardes, pero solo mueve la boca. El desconcierto se expande entre las personas asistentes al informe de los cien días de gobierno de la alcaldesa de Tampico, Mónica Villarreal Anaya.
—Es un honor para mi presentarme soy María Guadalupe, la asistente virtual de este gobierno y tengo el orgullo de ser la representación del corazón cultural de nuestro querido Tampico—dice de corrido la mujer.
Con un gesto pixeleado, María Guadalupe agradece a la asistencia, aprovecha para lanzar un guiño político y termina presentando a Villarreal Anaya, la presidenta municipal. La robot, que asemeja una mujer, es el símbolo del primer informe del gobierno humanista de Morena en el bastión del panismo tamaulipeco.
La alcaldesa toma su camino rumbo al escenario. Todes, todas y todos aplauden; el secretario de Finanzas, Jesús Lavín Verástegui, es efusivo, al igual que la senadora Olga Sosa Ruiz. El senador José Ramón Gómez Leal y el empresario José Ángel García Elizondo, palmean con mesura. El diputado local panista, José Schekaiban Ongay, no le quita la mirada de encima a quien lo venció en las elecciones.
Mónica Villarreal es la segunda mujer en presidir el ayuntamiento de Tampico, pero la primera en llegar impulsada por un partido de izquierda. Su papá Américo Villarreal Guerra fue priista y gobernador.
Ella se crió, formó y forjó en el PRI, partido donde militó junto a su hermano Américo, hasta que Andrés Manuel López Obrador lo convenció de transformarse en morenista y luego en mandatario de Tamaulipas.
Bajo las formas añejas de la política, la alcaldesa inicia el informe con las salutaciones. Se detiene, sonríe y evidencia a su equipo porque le falta la tercer hoja del discurso, pero recuerda que son los nombres de los alcaldes: Erasmo González, de Ciudad Madero; y Armando Martínez, de Altamira.
De la larga lista de saludos, hace una pausa para nombrar al secretario de Recursos Hidráulicos, Raúl Quiroga Álvarez, a quien reconoce como “padrino de mi campaña política”. Él se pone de pie, la mira y se coloca la mano derecha en el pecho. Palmas, palmas y más palmas, en especial de su subordinado, José Francisco González Casanova, gerente de la Comapa Sur.
Tras nueve minutos de gestos de beneplácito, la alcaldesa hace la mención obligada a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum. La asistencia apenas levanta un murmullo de aplausos. Villarreal prosigue para concluir anunciando que el informe será un video. Las luces se apagan y una nueva carretada de aplausos inunda el teatro principal del Espacio Cultural Metropolitano.
A los diez minutos del video informe, la narradora sentencia: “Sabemos que una ciudad limpia es responsabilidad de todos”. En la pantalla se muestra un contenedor azul repleto de basura con la frase Tampico brilla, slogan del exalcalde Jesús Nader Nasrallah. En cien días, la recolección de residuos ha sido el centro de los reclamos. Villarreal Anaya, a través del video, expone a su antecesor, hoy diputado federal. La morenista asegura que recibió 86 por ciento de los mil 347 contenedores en “pésimas condiciones” y 1 de cada 3 camiones recolectores estaban descompuestos.
Los servicios públicos se convierten en el núcleo del informe. De manera vertiginosa se detalla la iluminación de la ciudad, la limpia de panteones y áreas públicas junto con la selección de 100 ciudadanas que se harán corresponsables del cuidado de parques y plazas. La explicación se alarga para contrarrestar a Nader, quien presumió tener un Tampico limpio y alumbrado aunque con nula transparencia en las compras y el ejercicio presupuestal.
Conforme avanza el video informe, la imagen de Mónica Villarreal se reproduce desenfrenadamente. Mónica en la recuperación del estacionamiento de la plaza de la Libertad. Zacil en la donación de árboles. Villarreal en la reactivación de una ruta de transporte público. Anaya en reuniones de seguridad, con alcaldes texanos, con directivos de Google, entregando becas, participando en carreras atléticas y abrazando a su hermano. La euforia se desata en el teatro, las personas se ponen de pie. Han pasado 35 minutos de video informe.
La alcaldesa toma el micrófono por segunda vez para prometer que recogerá la basura con 21 camiones nuevos, que ampliará la ruta Tancol-Madero, que habrá diez patrullas de seguridad en febrero de este año.
Los aplausos cesan hasta que Mónica Villarreal celebra el premio Excelencias Turísticas 2024, otorgado por una empresa española que reparte reconocimientos a diestra y siniestra por el mundo año con año. La presidenta da las gracias al empresario David Granados por el proyecto y el galardón similar a la famosa Escoba de oro que la asociación ibérica Ategrus dio a Nader.
Villarreal Anaya enfila hacia el final del montón de hojas que desmenuzan su discurso, donde los errores son culpa del pasado y los problemas existentes son retos, es decir, nadie en su gabinete ha cometido un error.
—En estos cien días del Tiempo de las mujeres reorganizamos al gobierno, abrimos sus puertas, atendimos problemas urgentes— expresa con aplomo y puntualiza los avances, las promesas a cumplir en el corto plazo.
Antes de cerrar, Mónica Villarreal aclara que la mujer que abrió el informe en la pantalla fue hecha con inteligencia artificial y es parte de las acciones de innovación tecnológica promovidas por su equipo. La mujer que viste ropa de la huasteca potosina guiará los trámites, atenderá a la población. Casi nadie aplaude, casi nadie lo imagina. En tiempo de mujeres, una mujer virtual vestida de indígena servirá al primer gobierno de la Cuarta Transformación en Tampico. El mundo al revés a cien días.
Con informacion: CARLOS MANUEL JUAREZ/ELEFANTE BLANCO/
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