La disputa entre el Cartel del Sinaloa y el CJNG por rutas de migrantes y narcotráfico que vienen de la vecina Guatemala ha dejado miles de desplazados y decenas más muertos en el estado de Chiapas, al sur de México.
Más de 3.000 residentes de Frontera Comalapa, un municipio al norte de la frontera guatemalteca, se vieron obligados a huir de sus casas y al menos 60 personas han sido asesinadas en las últimas dos semanas, según el portal informativo Animal Político, citando al coordinador de la Guardia Nacional de Chiapas.
Estos desplazamientos y asesinatos obedecen, presuntamente, a una escalada relámpago entre facciones asociadas a los carteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG), de la cual dan testimonio grabaciones de video que circulan en las redes sociales en las que se ven “narcotanques” (vehículos fuertemente blindados usados por los carteles) haciendo guardia en Frontera Comalapa.
El 29 de mayo, el gobierno desplegó más de 1.500 efectivos del ejército y la policía para asegurar la zona en medio de una ola de ejecuciones, reclutamientos forzados y bloqueos de vías, según informó el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (Frayba), con sede en Chiapas.
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El conflicto en Frontera Comalapa lleva por lo menos dos años en gestación. En este tiempo, los mayores grupos criminales de México han tratado de arrebatarse unos a otros el control de rutas cruciales para el tráfico de narcóticos y de migrantes.
“En esta región de México, lindante con Guatemala, en especial la parte del centro sur de Chiapas ... las actividades criminales son transnacionales, en especial el tráfico de drogas, armas y migrantes”, explicó Javier Oliva Posada, profesor de ciencia política de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La violencia en Chiapas ha salido a la luz en medio de una serie de revelaciones sobre la expansión de las operaciones de los grupos criminales mexicanos hacia Guatemala.
Un coronel guatemalteco reveló hace poco cómo oficiales corruptos ayudaron al CJNG a traficar cocaína por el país desde 2017. Y en abril, Estados Unidos imputó a Ana Gabriela Rubio Zea, señalada de ser la cabeza de una red internacional de intermediarios que se dedicaban a comprar precursores químicos para la elaboración de fentanilo a nombre de los Chapitos, los hijos de Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, desde su base en Guatemala.
Análisis de InSight Crime
El sufrimiento en Chapas se asemeja a la deplorable situación que se vive en los estados del norte de México, en la frontera con Estados Unidos, y se explica por lo estratégico de su ubicación sobre una importante ruta de tráfico transnacional de migrantes.
En un momento en que miles de migrantes centroamericanos siguen cruzando cada año la frontera entre Guatemala y México, muchos hacen una primera escala en Frontera Comalapa. Desde allí, son llevados por entre las montañas hasta el embalse artificial La Angostura y siguen hacia el norte en lancha o por carretera. En noviembre de 2022, 368 migrantes fueron detenidos en Chiapas después de haber seguido la misma ruta.
En una franja de 80 kilómetros de territorio fronterizo se mueven drogas y armas, y en el centro está Frontera Comalapa, según Associated Press. Varios documentos filtrados de la Secretaría de Defensa de México (Sedena) el año pasado también identificaban a Frontera Comalapa como parte de una red de localidades fronterizas usadas por el Cartel de Sinaloa para hacer transbordo de cargamentos de cocaína.
El nuevo brote de violencia se presentó por la apuesta del CJNG por expandirse a esta zona. Animal Político planteó que en Frontera Comalapa hubo una división, por la cual ahora el CJNG controla áreas próximas a la frontera y el Cartel de Sinaloa opera en las zonas montañosas hacia el norte de la población.
“Aunque la frontera es extensa y porosa, ellos se están peleando esta zona. Las rutas [que salen de Frontera Comalapa] diversifican los métodos de transporte para las actividades ilegales”, señaló Oliva Posada a InSight Crime, para explicar la especial importancia de Frontera Comalapa.
Esta violencia también es una extensión de una tendencia general en la pugna que mantiene el CJNG con Cartel de Sinaloa para contrarrestar su presencia en Guatemala.
Una investigación de InSight Crime en mayo de 2022 permitió conocer el alcance de las actividades de tráfico de cocaína, heroína y metanfetaminas por parte del CJNG en Guatemala. El grupo ha hecho alianzas con clanes narcotraficantes guatemaltecos y ha corrompido a oficiales del ejército para el trasiego de cargamentos vía terrestre y marítima hasta la frontera mexicana. Esto ha incluido la formación de una alianza con los Huistas, uno de los clanes de drogas más sonados de Guatemala, quienes antes trabajaban en su mayoría con el Cartel de Sinaloa.
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