El Instituto Nacional Electoral le está legitimando al presidente Andrés Manuel López Obrador una nueva patente de corso: su licencia para mentir.
Desde hace ya algunas semanas, el inquilino de Palacio Nacional viene difundiendo flagrantes mentiras con las que pretende desprestigiar a los candidatos del Frente Amplio Opositor, en particular a Xóchitl Gálvez.
No hay que olvidar que el boom de la precandidata de la bicicleta comenzó precisamente cuando el presidente López Obrador dijo en una conferencia mañanera que Xóchitl Gálvez había propuesto desaparecer las ayudas del programa Bienestar para adultos mayores y para jóvenes becarios. Mentira.
La precandidata exigió, por la vía legal, el derecho de réplica en la misma conferencia mañanera y un juez se lo concedió. Pero el inquilino de Palacio Nacional no le dio acceso a su territorio y Xóchitl Gálvez se plantó a las puertas de Palacio Nacional para exhibir la cerrazón y el desacato judicial del Jefe del Nación.
Craso error del viejo zorro de la política que, con esa negativa, le abrió de par en par las puertas para que la precandidata del Frente Amplio elevara su popularidad a niveles jamás imaginados y se colocara al frente de las preferencias opositoras.
Y, desde entonces, de a tiro por viaje. Hasta que el INE sentenció que el presidente López Obrador tenía que dejar fuera de sus mañaneras la promoción de sus “corcholatas” y los ataques a la oposición.
Pero, rejego como es, el mandatario dijo que acataría bajo protesta la decisión del INE y con su asesor siembra-odios, Jesús Ramírez, se crearon el nuevo segmento mañanero bajo el título ‘No lo Digo Yo’, para decir sus mentiras atribuyéndolas a terceros. Para ello se están auxiliando de periodistas y medios de comunicación afines a la 4T, que difunden primero la mentira y luego el presidente López Obrador la recoge como “un hecho” para subirla como una verdad en su mañanera. No lo digo yo, lo dicen ellos.
Eso fue lo que sucedió ayer lunes, cuando el mandatario acusó que “una persona” -en abierta referencia a Xóchitl Gálvez- propuso que se cancelara el Seguro Social y el ISSSTE para los burócratas. Nada más falso.
Lo que la precandidata del Frente Amplio propuso, en su gira por Chihuahua, fue que los altos mandos burocráticos del gobierno federal recuperen la cobertura del seguro de gastos médicos mayores, pagando una prima de 70 mil pesos mensuales. Nada tiene que ver eso con los burócratas ni con el IMSS ni con el ISSSTE.
Pero el presidente López Obrador insiste, impunemente, en difundir la mentira de que la precandidata está contra todo lo que sean beneficios para quienes menos tienen, y ahora suma a esa mentira a los burócratas federales. Y al igual que sucedió con la falsa desaparición de los programas para el Bienestar, no habrá derecho de réplica en la Mañanera, en la que el presidente difundió la mentira.
La pregunta que continúa en el aire es si el INE va a tolerar que con el ‘No lo Digo Yo’ o difundiendo en medios de la 4T esas mentiras, se va a permitir al presidente “de todos los mexicanos” que se lance a proteger a los precandidatos de Morena y a atacar y desacreditar -incluso con flagrantes falsedades- a los precandidatos opositores al Partido en el Poder.
Las mentiras o medias verdades presidenciales no se agotan en los temas electorales. En la mañanera de ayer lunes insistió en descalificar con más mentiras tres temas cruciales.
Uno, el del derrame petrolero en el Golfo de México, que a pesar de las evidencias gráficas insiste en que no es grave, cuando el crudo derramado ya alcanzó las arenas de las playas de Matamoros. A ver si ese chapopote no alcanza también las playas texanas y viene el reclamo del gobierno norteamericano.
Dos, el afirmar que la cuarta visita a México de Elizabeth Sherwood-Randall, asesora en Seguridad Nacional del gobierno es una prueba de lo bien que están las relaciones con los Estados Unidos. Mentira. Si las relaciones fueran buenas, una funcionaria de ese calibre no tendría por qué insistir en venirse a sentarse por cuarta ocasión en meses con un presidente que niega que en este país se produzca el fentanilo.
Y tres, el debate de la baja de calificación a Pemex, que entró a categoría negativa, a lo que el mandatario respondió que eso no podía ser porque las finanzas están mejores que nunca, porque en su gobierno ya redujo en 15 por ciento la deuda heredada de la paraestatal.
Eso es cierto, pero no es toda la película. Lo que no exhibe el inquilino de Palacio Nacional es que para la calificación también cuentan la producción y los ingresos de Pemex y esos no están en su mejor momento. Los ingresos están a la baja y el servicio de la deuda, con las nuevas y elevadas tasas de interés, va al alza, cuesta más solventarla. El resultado es que, a Pemex, hoy le cuesta más pagar su deuda disminuida, que hace cinco años. Y sus ingresos no son los mismos.
Pero al presidente López Obrador lo que le interesa es sembrar en la mente de quienes no tienen información, de su pueblo “bueno y sabio”, pero desinformado, sus mentiras y medias verdades.
¿Podrá el INE salir a hacer otro nuevo llamado de atención para exigirle que saque las manos del proceso electoral y deje de hacer de La Mañanera su plataforma de promoción electoral?
¿O será que los mexicanos tendrán que resignarse a que Palacio Nacional sea declarado oficialmente -con el beneplácito del INE- sede del Comité de Campaña del candidato de Morena?
Fuente.-
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