De acuerdo con la filtración de correos de la Sedena por #GuacamayaLeaks, en junio de este año, el padre de una cadete (se omite su nombre) interpuso una denuncia contra otras dos estudiantes del Heroico Colegio Militar, por supuesto consumo de drogas y agresiones en contra de su hija.
En una denuncia enviada al General Director del Heroico Colegio Militar, Fidel Mondragón Rivero, se expone que se tiene evidencia de que dos cadetes del primer año introducen bebidas alcohólicas y drogas a la institución, específicamente cristal y marihuana.
en los tiempos del narcogeneral:
En el escrito, el padre de familia expone que en la 2ª y 3ª Compañía, estas dos cadetes se han presentado en estado de ebriedad y después de haber consumido drogas, incluso dentro del mismo colegio, lo que generó que fueran arrestadas y se les impusiera un correctivo por parte del director del plantel.
Sin embargo, los resultados de las pruebas toxicológicas desaparecieron, al igual que la evidencia de la orden de arresto.
La desaparición de las pruebas, continúa al documento, apunta a un supuesto acuerdo entre las cadetes detenidas y oficiales miembros del cuerpo de profesores de la Licenciatura en Seguridad Pública que se imparte en el Colegio Militar.
Cuando se solicitaron esos documentos para escalar la denuncia, no aparecieron, a pesar de existir numerosos testigos de los exámenes toxicológicos que se les realizaron a las infractoras y del correctivo impuesto por la autoridad militar por estos actos sucedidos el 22 de mayo de este año.
La licenciatura en seguridad pública es la carrera más reciente carrera en el Heroico Colegio Militar: tiene una duración de cuatro años y está orientada a formar oficiales que se especialicen en temas de seguridad pública y que puedan incorporarse a las funciones de la Guardia Nacional.
En la admisión se da preferencia a los sargentos de primera y segunda clase para que puedan continuar con su preparación. La primera generación egresó en agosto de 2020. Los nuevos licenciados terminan con el grado de subteniente y trabajo asegurado.
Las clases se imparten de lunes a sábado, la modalidad es estar interno dentro de las instalaciones del Colegio. Los estudiantes salen a sus hogares el sábado al terminar las clases, y deben presentarse el domingo por la noche para iniciar una nueva semana.
INSULTOS Y AGRESIONES FÍSICAS
Así sucedieron los hechos de acuerdo al padre de familia:
“El día 22 de mayo del presente año mi hija se encontraba en el pueblito que se encuentra justo afuera del Colegio Militar comprando algunas cosas personales y para necesidades de sus actividades diarias en ese plantel, accidentalmente escuchó a 2 cadetes de 1er año que estaban hablando de drogas (cristal y marihuana, que se sentía muy bien haber inhalado y fumado la marihuana, etc.) En eso una de esas cadetes realizó un movimiento torpe y choco con mi hija, a lo que reaccionaron esas 2 cadetes de forma muy agresiva diciéndole a mi hija que era una estúpida qué se fijara por donde caminaba y demás, por lo que mi hija solo les respondió qué las que estaban mareadas y ebrias eran ellas, que incluso se veían como drogadas, que tuvieran cuidado con lo que hacían pues les podía ocasionar problemas en el colegio. La respuesta de las 2 cadetes fue un sinfin de insultos y malas palabras y agresión física, empujaron a mi hija y se cayó por lo que decidió mejor retirarse del lugar dejándolas hablando entre ellas”.
Por la noche, entre el resto de los estudiantes se supo que las dos cadetes habían sido detectadas y arrestadas cuando ingresaron al Colegio, por lo que cumplieron un castigo de cuatro fines de semana sin salir a sus domicilios. Sin embargo, relata el denunciante, las agresiones hacia su hija se incrementaron y los dos últimos fines de semana a las infractoras se les perdonó el castigo, debido a que presuntamente sobornaron al oficial responsable de los arrestos, quien incluso desapareció los nombres de las cadetes sancionadas de la lista de arrestos.
La Sedena estableció el procedimiento marcado con el número 2022/SEDENA/DE396 para la investigación del caso ante la Secretaría de la Función Pública, pero de acuerdo con el correo enviado el 2 de agosto de 2022 por parte del quejoso, éste manifestó que no se apersonaría a las instalaciones militares para ratificar su queja, debido a que las autoridades militares no habían mantenido el anonimato del denunciante y el escrito que hizo llegar originalmente a la comandancia ya estaba en poder de las personas señaladas.
Debido a esto señaló que no existían las garantías para asegurar que no se tomarían represalias en contra de su hija. Tras lo anterior la Secretaría de la Función Pública cerró la investigación del caso.
El padre de familia escaló la queja hasta David Rivera Medina, director general y rector de la Universidad del Ejército y Fuerza Aérea, sin resultados a su favor.
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