En julio de 2020, el aparato de inteligencia del Estado mexicano puso en marcha el caso Granja, un operativo de seguimiento a José Bernabé Brizuela Meraz, alias La Vaca, uno de los principales operadores criminales del Pacífico norte.
La Secretaría de Marina había conseguido el teléfono de una hermana de La Vaca, información que entregó a los centros regionales de fusión de inteligencia de la zona, con sedes en Sinaloa y Colima. En agosto de este año, la Secretaría de la Defensa detuvo finalmente al criminal en un barrio céntrico de Ciudad de México.
Su captura fue muy comentada por la reacción de sus secuaces. El grupo de La Vaca incendió carros en avenidas principales de Colima, su Estado, una especie de berrinche criminal, una forma, quizá, de presionar a las autoridades y forzar la liberación de su líder. No era del todo absurdo. Grupos criminales habían manejado estrategias parecidas esas semanas en Jalisco, Guanajuato, Ciudad Juárez y Tijuana. Todos con los ojos puestos en el éxito que había tenido el Cartel de Sinaloa, años antes, en Culiacán, cuando consiguió la liberación de uno de los hijos del Chapo, Ovidio Guzmán.
El Gobierno de Colima informó de que los criminales incendiaron 14 vehículos y tirotearon varias fachadas en las horas posteriores a la captura de La Vaca. Pero su grupo fracasó. Los fuegos en Colima no afectaron la captura en Ciudad de México. La caída del criminal cerraba así años de investigación. Documentos de la Secretaría de la Defensa (Sedena) y otras dependencias de Gobierno, divulgados hace un par de semanas por el grupo de hackers Guacamaya, muestran el seguimiento al criminal y su círculo cercano antes de su detención.Uno de los vehículos incendiados en Colima durante los disturbios tras la detención de José Bernabé Brizuela, el 18 de agosto de 2022.
El caso Granja es solo parte de los operativos de vigilancia que las Fuerzas de Seguridad iniciaron contra el grupo, conocido en la zona como Los Mezcales, una de sus máximas preocupaciones estos años en el Pacífico. En varios documentos de la Sedena, bajo el nombre “Panorama Delictivo” o “Blancos”, La Vaca aparece como uno de los objetivos principales, primero, como parte de la estructura del Cartel Jalisco Nueva Generación, y luego, como líder de una facción disidente, sobre todo a partir de su liberación, en enero de 2020. La Vaca había estado preso siete años.
Tal ha sido la preocupación por La Vaca, que cuando el presidente, Andrés Manuel López Obrador, preparaba una gira de trabajo en Colima, en noviembre del año pasado, Sedena elaboró una “agenda de riesgo” de la visita. De las nueve diapositivas que integran la agenda, una entera es solo para La Vaca. La diapositiva -que plantea una fecha distinta de la liberación de La Vaca, enero de 2021- señala el aumento de la violencia en la zona capital desde su puesta en libertad.
La Guardia Nacional y el Ejército consideran que el alza en los asesinatos en Colima y su área metropolitana a partir de su liberación tiene que ver con él. Ambas dependencias mantuvieron varias reuniones a mediados de año para buscar una solución. Una de las conclusiones a las que llegaron fue que el “principal generador de violencia” en la zona era el grupo de La Vaca, que mantenía “un enfrentamiento por el control del territorio”, según una tarjeta informativa de la Guardia Nacional de hace unos meses.
Sobre el enfrentamiento, un análisis elaborado por la comandancia de la 20ª Zona Militar, con sede en Colima, en enero, da más detalles. Sus autores señalan: “Durante 2021 se registró un repunte de violencia en esos municipios”, dice, en referencia a Colima capital y Villa de Álvarez, “debido a la pugna entre células del CJNG, en particular el debilitamiento del grupo de Los Mezcales, que encabeza La Vaca, y la incursión del grupo liderado por Aldrin Miguel Jarquín Jarquín, alias El Chaparrito, que disputa el control del narcomenudeo en la zona, así como al interior del CE.RE.SO. de Colima”, añade, referencia a la cárcel estatal.
El mismo documento añade otros motivos al aumento de asesinatos “vinculados a la delincuencia organizada”. Señala que además de la pelea de estas células “también hay homicidios de personas que adquieren deuda de droga o que realizan actividades ilícitas en forma independiente y que forman parte de grupos locales de la delincuencia organizada que aspiran a mantener su presencia en sus áreas de influencia y escalar sus acciones y ganancias”.
Por último, dato importante vista la captura de La Vaca, los autores señalan el “debilitamiento” del líder criminal por las “detenciones y muerte de sus operadores”, además de “la carencia de un liderazgo presente en la entidad, dado que se estima que La Vaca direcciona sus actividades desde fuera del estado”.
Cerco técnico
En abril de este año, el centro de fusión de inteligencia (cerfi) Noroeste, con sede en Mazatlán, Sinaloa, envió una tarjeta informativa sobre el caso Granja al cerfi Occidente, con sede en Colima. En el documento se explicaba el inició del caso en julio de 2020, la información proporcionada por la Armada para pinchar el teléfono de la hermana de La Vaca, y los avances de esos casi dos años.
Los autores señalaban que ya tenían pinchadas 11 líneas telefónicas, entre ellas otra hermana de La Vaca, su operadora “encargada de las casas de seguridad y de venta de droga”, alias La Mirla, y “cinco más vinculadas a operadores de la célula delictiva”. Los cerfis habían construido un “cerco técnico”. Además, los autores señalaban que las autoridades habían encontrado dos departamentos del grupo, los dos en el centro de Colima capital. Y sugerían que La Mirla estaba colaborando con las autoridades.
En junio, un reporte sobre “blancos generadores de violencia” en el Estado, insistían en la pugna al interior del CJNG como principal motivo del aumento de la violencia en la región. Y señalaba: “El rompimiento, aunado a las bajas por detención o muerte en los grupos delictivos, generó un reacomodo de operadores y liderazgos. La confronta también ha permitido identificar nuevos perfiles con influencia en la dinámica delictiva, ya sea a través de las detenciones concretadas por la autoridad o las referencias y amenazas en mensajes delictivos”.
Varias tarjetas informativas que la Guardia Nacional envió a la comandancia de la 20ª Zona Militar a mediados de agosto ilustran el seguimiento de los barrios controlados supuestamente por el grupo en Colima. En una del 17 de agosto hablan de recorridos en la colonia Rivera del Jardín. En otra del día siguiente, los agentes fueron a las afueras del penal estatal, donde “se logró captar algunos intentos de llamadas. Sin embargo, para no levantar sospecha alguna de nuestra estadía en el mismo, fue corto el tiempo que se logró permanecer en dicho lugar”.
Ese día, 18 de agosto, Sedena y autoridades de Ciudad de México detuvieron a La Vaca en la capital.
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