Los expertos aseguran que la movilización ordenada por Putin no incrementará la efectividad de sus tropas y la corrupción y la falta de equipamiento lastran a un ejército considerado antes uno de los más poderosos del mundo.
La realidad es que los prototipos lucidos el pasado 9 de mayo en el desfile de la Victoria en Moscú no se han visto en Ucrania. No se ha visto el tanque Armata, supuestamentamente el más moderno del mundo, con su sistema de disparo digital y su cápsula protegida para la tripulación, ni se ha visto el caza furtivo ruso Su-57, promocionado en Rusia como uno de los mejores del planeta.
Quienes libran la batalla por Rusia en Ucrania son soldados mal provistos que reciben las órdenes de generales que están lejos. Por eso, muchos se rinden o huyen dejando atrás muchos más tanques que los donados por cualquier aliado occidental. Con un ejército ineficaz, Rusia solo podía contraatacar lanzando misiles de largo alcance a objetivos civiles.
Pero a pesar de los muertos y los daños a su infraestructura, Ucrania se muestra decidida a resistir. Ante la llegada de sistemas de Alemania y Estados Unidos, el ministro ucraniano de Defensa pronosticaba incluso una nueva era de la defensa aérea en Ucrania.
***Una crónica de Laura Iglesias San Martín y Mariano Ramírez Gisbert para Deutsche Welle (DW)
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