Un Sargento Primero de la Guardia Nacional (GN) que estaba cerca de pasar a retiro fue atacado a machetazos por un grupo de talamontes en el Estado de México luego de haber sido sorprendidos en la actividad ilegal.
El ataque se produjo en Santiago Tianguistenco, en una zona de alta incidencia de tala ilegal de bosques, en donde la Guardia Nacional ha efectuado patrullajes para disuadir esta actividad.
El lunes 8 de marzo, dos pelotones de elementos de la GN patrullaban brechas de una zona boscosa en Santiago Tianguistenco en donde se encontraron con grupos de talamontes a los que intentaron desalojar del lugar. Los civiles se fueron del sitio, pero solo momentáneamente. Minutos más tarde los taladores ilegales alcanzaron a un sargento y a varios soldados que quedaron rezagados y a los que se enfrentaron con machetes.
Versiones de algunos elementos de la Guardia Nacional que llegaron a auxiliar al sargento herido señalaban que éste trató de dialogar con los atacantes, pero el grupo estaba muy alterado y comenzó a lanzar golpes con machetes y cuchillos.
Ante la embestida de los talamontes, los soldados que iban con él huyeron dejándolo solo. Ninguno de los elementos de la Guardia Nacional pudo usar sus armas cargo (fusiles FX-05) para defenderse. Los guardias nacionales que asistieron a su compañero dijeron que los soldados que iban con el sargento eran de reciente ingreso, no estaban fogueados, se espantaron y huyeron dejando atrás a su sargento.
El guardia nacional quedó tirado en un camino de terracería, con heridas graves en la cabeza y espalda. Sus compañeros llegaron a rescatarlo, lo reanimaron, cubrieron su cabeza mientras un helicóptero Mi-17 de la GN se acercaba para recoger y trasladar al sargento herido.
El ataque a machetazos ocurrió el lunes 8 de marzo y hasta el 10 de marzo- la vocería de la Guardia Nacional no habia emitido ningún comunicado ni se ha referido a lo sucedido en sus redes sociales. Tampoco el general Luis Rodríguez Bucio, Comandante de la Guardia Nacional, se ha pronunciado al respecto.
...y que hubiera pasado del otro lado del rio, en E.U.
En este sentido, en Estados Unidos las reglas son claras y si un agente de policía se ve en este predicamento, solo debe disparar su arma contra un civil si tiene la creencia razonable de que corre peligro de muerte o de grave daño físico", comento a la BBC Lisa Holder, una experta en leyes de defensa criminal y responsabilidad policial de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA, por sus siglas en inglés).
Pero llegado el momento, la decisión no parece ser fácil: ¿apretar o no apretar el gatillo? La mayor parte del tiempo se decide en fracciones de segundos.
En la historia de este debate no son pocos los expertos en entrenamiento policial que aseguran que un policía no tiene tiempo de recordar todo lo que aprendió en las clases cuando se enfrenta a una situación de posible peligro.
Por otro lado, también son muchos lo que ponen en duda la necesidad de usar la fuerza extrema, sobre todo cuando un agente no está seguro de que un sospechoso está armado.
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