Un rancho en el sur de España, ubicado entre las ciudades de Sevilla y Málaga, será el destino a donde se vaya a vivir Enrique Peña Nieto al terminar su presidencia el próximo 1 de diciembre. Ya en su condición de ex presidente, el mexiquense tiene planeado radicar en territorio español, por lo menos un año, después del cual volvería a su casa en el Estado de México.
El rancho es propiedad de un empresario español, amigo de Peña, quien le ha ofrecido acondicionarlo para su estancia temporal a fin de que el ex mandatario pueda vivir cómodamente mientras se adapta a la vida fuera de Los Pinos.
La región donde se ubica el rancho, confirma un colaborador cercano de la Presidencia, es una zona boscosa de pinos y abetos, que guarda parecido con los bosques de Valle de Bravo, razón por la cual le gustó a Peña Nieto para pasar los primeros meses de su ex presidencia en un exilio voluntario, mientras se mantiene alejado del ojo público en México y de la política nacional.
La fuente que confirmó los preparativos dijo que el traslado del mandatario mexicano a su nuevo lugar de residencia ocurriría a finales de este año o principios del próximo y no supo precisar si Peña viajará y vivirá solo en el sur español o si alguno de los miembros de su familia vivirá con él.
En todo caso, lo que es un hecho es la decisión del presidente saliente de poner tierra de por medio y pasar sus primeros meses como ex mandatario fuera del país, seguramente en lo que se asientan las aguas, él se adapta a su nueva realidad y mientras arranca el nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Decía el guatemalteco Augusto Monterroso que “el exilio es uno de los grandes bienes que puede recibir un escritor”, mientras que para los políticos las razones para emprender el exilio suelen ser distintas y casi siempre necesarias. En el caso de Peña está claro que su exilio es voluntario pero ¿será también necesario? Al menos sí es prudente.
Con informacion de:Salvador Garcia Soto
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