En sólo tres horas, entre la noche del sábado y la madrugada de ayer, seis bares de Monterrey, Guadalupe y Juárez fueron baleados con un saldo de al menos 12 muertos y nueve heridos.
Las autoridades estatales atribuyeron los atentados al cobro de piso del crimen organizado.
"No quisiera generar hipótesis", dijo ayer Bernardo González, Secretario de Seguridad Pública estatal, "mas que señalar que evidentemente son crímenes relacionados con la delincuencia organizada y que aparentemente se pudiese tratar de cobro de piso".
El director de la Agencia Estatal de Investigaciones, Esteban Cantú Montes, confirmó que el cobro de piso es la línea de investigación más fuerte y que se busca determinar al grupo responsable.
Según las primeras indagatorias, los ataques iniciaron a las 21:30 horas del sábado en La Jarra II, en Colón y Amado Nervo, en el Centro de Monterrey, donde lesionaron de dos balazos al portero de 64 años de edad.
En este caso, delincuentes llegaron a bordo de un taxi verde con blanco desde el que dispararon contra el frente del bar.
Veinte minutos después fue baleado El Ancla de Oro, también en el Centro regio, donde hubo un hombre muerto y un herido.
A las 00:05 horas de ayer, pistoleros atacaron el New Chilo's, de la Colonia Caracol, en Monterrey, establecimiento que sufrió un cliente fallecido y tres heridos.
Casi de manera simultánea se registró el atentado más mortal: la agresión contra el Rancho Viejo, en la Colonia Los Naranjos, en Juárez, donde fallecieron cinco clientes y una mesera, además de quedar lesionados una empleada y otro cliente.
Las indagatorias señalan que un hombre disparó una pistola escuadra desde una camioneta roja. No se especificó si las víctimas estaban fuera o dentro del bar.
A las 00:30 horas de ayer en el Bohemios, en la Colonia Cañada Blanca, en Guadalupe, perdieron la vida dos hombres -al menos uno sería cliente- y otro resultó herido.
Unos 10 minutos después, en La Mitotera, al norte de Monterrey, el saldo fue de dos porteros del negocio sin vida, así como un guardia privado lesionado.
Ante esto, el Arzobispo Rogelio Cabrera López exhortó ayer a las autoridades a no bajar la guardia en materia de seguridad pública.
"En este periodo de transición no hay que bajar la guardia, siempre los que hacen el mal quieren espantar a las autoridades y, desde luego, a los ciudadanos", dijo Cabrera al finalizar la Misa de Confirmaciones en Catedral.
"Los que están por terminar su servicio en favor de la comunidad tienen que hacerlo hasta el último día, porque el malvado nunca descansa", añadió.
Con información de Daniel Santiago
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