En el arranque de la última semana de enero, los integrantes del gabinete de Seguridad entraron a Los Pinos para presentar en privado un reporte al presidente Peña Nieto. Se preveía que las estrellas de la jornada serían Alfonso Navarrete Prida, secretario de Gobernación, y Alberto Bazbaz, director del Cisen. Y así fue, pero no en la forma que seguramente esperaban.
Ambos personajes habían hecho correr la versión de que con apenas tres semanas en sus puestos, se permitirían el alarde de anunciar una nueva estrategia contra el crimen. Su auditorio pasó de la expectación al desencanto, y de ahí a las risas contenidas al revelarse que el nuevo programa había sido bautizado “Titán Escudo”… un título que al parecer fue producto del genio creativo del señor Bazbaz.
Fuentes cercanas al encuentro dijeron a este espacio que Navarrete Prida ofreció públicamente al presidente Peña Nieto que a más tardar en cinco meses, antes de que sean celebradas las elecciones, se prevé capturar a Rubén Oseguera Cervantes, El Mencho, principal líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Oseguera es el mismo hombre que ya en mayo de 2015 alcanzó notoriedad nacional al burlar un operativo en el que habrían participado 5 mil agentes federales y soldados, frustrado cuando el mafioso logró coordinar el desquiciamiento de la zona metropolitana de Guadalajara con bloqueos de vehículos incendiados, y derribar un helicóptero militar con un proyectil tierra-aire.
Más de uno de los asistentes a la citada reunión en la residencia presidencial se retiró preguntándose si Navarrete Prida no quiso reportar o simplemente todavía ignora el deterioro con el que heredó la alguna vez llamada “supersecretaría” de Gobernación.
El nuevo titular tendría que haber alertado en ese evento que durante la gestión de Miguel Ángel Osorio Chong, el CJNG pasó de operar en media docena de entidades del país, subordinado a las mafias sinaloenses, a virtualmente controlar el crimen organizado en 22 estados, en la mayor parte de los cuales cuenta con la protección y tolerancia de gobernantes, políticos y jefes policiacos.
Tras ser un colaborador de segundo nivel de Joaquín Guzmán, El Chapo, Oseguera Cervantes es hoy el mayor capo del país, capaz de colocar todo tipo de estupefacientes en decenas de naciones de Europa y Asia. Estratégicamente, abandonó el trasiego de drogas hacia Estados Unidos. Agencias del gobierno federal estiman que este hombre maneja un negocio de 40 mil millones de dólares. En la lista de los billonarios de la revista de la revista Forbes ocuparía el décimo lugar, con dos terceras partes de la fortuna que se le atribuye a Carlos Slim.
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Un reporte a fondo del nuevo titular de Gobernación debió haber aludido a los extraños procedimientos que en muchos campos venía observando el Cisen, cuyo ex titular, Eugenio Ímaz, se ausentó largamente del puesto argumentando un serio padecimiento. Ello coincidió con la nueva fuga de El Chapo Guzmán, en julio de 2015, incidente por el que estuvieron detenidos integrantes del propio Cisen. Pero a ese puesto ya llegó el referido señor Bazbaz, que de entrada bautizó al programa “Titán Escudo”… muy similar al de la “Fuerza de Tarea Titán” implementada desde 2014 en Colombia. Pero, bueno, seguramente es una coincidencia.
Navarrete podría haber dicho en la multicitada reunión que Osorio Chong tenía entre sus distracciones favoritas ignorar, incluso humillar al que formalmente era su mano derecha en este campo, el comisionado nacional de Seguridad (CNS), Renato Sales. Su enlace real fue siempre el segundo al mando, el titular de la Policía Federal, Manelich Castilla.
Tendría que haber informado también Navarrete que tras asumir su cargo en Gobernación recibió presiones para relevar a Sales con el controvertido Alfredo Castillo Cervantes, ex subprocurador en PGR (2012), ex procurador del Consumidor (2013), ex comisionado presidencial de Michoacán (2014) y desde abril de 2015, titular de la comisión federal del deporte. La gestión para promover a tan ubicuo funcionario provino según informes confiables, de su primo, Humberto Castillejos Cervantes, quien hace ocho meses dejó el puesto de consejero jurídico de Los Pinos pero por lo visto, sigue ejerciendo mucho poder.
Una buena noticia que ya había logrado amplia difusión fue el despido en la CNS de otro personaje poderoso: Frida Martínez, que tenía las atribuciones de una oficial mayor y muchas más, en el manejo financiero de la institución, entre ellas contratos multimillonarios con proveedores, para lo que acordaba no con el citado Renato Sales sino con el muy influyente oficial mayor de Gobernación, Jorge Márquez Montes, operador clave de Osorio Chong.
Martínez y Márquez fueron separados de sus cargos como parte de la “purga” a la que ha sido sometido el equipo del político hidalguense que desde ahora busca proyectarse como coordinador de la próxima bancada del PRI en el Senado.
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