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jueves, 22 de febrero de 2018

"HELICOPTERAZO" se PUDO EVITAR,ERRORES DETONARON la TRAGEDIA...accidentes resultan de la coincidencia de uno o mas descuidos.

De cara a las publicitadas declaraciones del general Salvador Cienfuegos, Secretario de la Sedena, el titular de Gobernación puntualizó que en el recorrido por las zonas afectadas de Oaxaca no hubo protagonismo alguno.

En su puntilloso relato de los hechos, Alfonso Navarrete Prida cuenta que, al llegar a Oaxaca, procedente de Campeche, el comandante de la 12a. Región Militar, general Alfonso Duarte Mújica, le ofreció el helicóptero que terminaría accidentado horas después. Que le dijo que era muy moderno y tenía visión nocturna.

El general Duarte Mújica era uno de los pasajeros.

De acuerdo con información interna de los pilotos de la Fuerza Aérea Mexicana, tal vez por cuestiones de tiempo, de la utilización de este helicóptero no informaron al jefe de la Fuerza Aérea ni al general Cienfuegos, quienes se enteraron por la divulgación del accidente. Con un enojo inmenso.

Por razones de jerarquía la tripulación del helicóptero iba bajo el mando directo del general Duarte Mújica. Quien no se opuso al aterrizaje.

Las condiciones de éste, lo hemos repetido, fueron las causantes del accidente por la gran cantidad de arena que se levantó y se metió en las turbinas, quitándole la potencia. El desplome fue de cinco metros y con la fuerza de los rotores se fueron contra vehículos y personas que nunca debieron haber estado ahí.

Navarrete Prida estaba haciendo su chamba. No le correspondía supervisar las condiciones del viaje. Obvio decir que el joven Murat iba como invitado de piedra.

¿No debieron haber volado como dice Cienfuegos? Yo diría que no debieron haber aterrizado ahí. Correspondía a Protección Civil de Oaxaca, y a elementos del Ejército que ya comenzaban a instaurar el Plan DNIII, garantizar otras condiciones para el aterrizaje, sobre todo alejar a los civiles, lo que la tripulación no pudo controlar desde el aire.

El mando, hay que insistir, lo tenía el general Duarte Mújica.
De cara a la tragedia de las muertes y los heridos, el titular de la Sedena decidió procesar a la tripulación y al comandante del Escuadrón 101, a donde pertenecían. Ni una palabra para el general al mando.

Esto ha conmocionado a los integrantes de la Fuerza Aérea Mexicana. Y en una conducta totalmente inusual, de inmensa solidaridad con la tripulación y su jefe directo, han decido juntar dinero, cooperando desde los generales hasta la tropa, para pagar su defensa a un abogado civil de prestigio: Antonio Lozano Gracia.

Ellos son los únicos a quiénes no les preguntaron si querían o podían volar. Ellos simplemente cumplieron órdenes superiores, para el vuelo nocturno que transcurrió sin incidentes, y para el aterrizaje que terminó con un saldo trágico. Que hayan recurrido, junto con sus compañeros, a una defensa civil es un precedente muy serio, en todos los análisis posibles.

¿Hubo protagonismo? No veo de quién o cómo pudiese haberlo habido en un asunto oficial, urgente. Muchos, el general Secretario de la Defensa Nacional en primer lugar, no hubiesen volado a esa hora. La pregunta es a quién, con qué jerarquía corresponde la obligación de haber dado las órdenes militares que no se dieron.


Por lo pronto, agregaría yo, hubo un interesante e inusual intercambio de opiniones públicas entre los titulares de Gobernación y Sedena, justo en el Día del Ejército.

Fuente.-Isabel Arvide
@isabelarvide

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