Los penales de Nuevo León han
pasado entre disturbios, masacres y promesas durante el sexenio del Gobernador
con licencia, Jaime Rodríguez.
Ayer se registró un nuevo
disturbio en el Penal de Topo Chico, donde cerca de 300 internos subieron a los
techos y con mantas exigieron mejores condiciones de alimentación y seguridad,
además del cambio de mandos penitenciarios.
También hubo protestas
coordinadas en el Penal de Apodaca.
Según archivos periodísticos, van
19 disturbios en los penales de Topo Chico, Apodaca y Cadereyta durante la
actual Administración, que ahora encabeza el Gobernador interino, Manuel
González.
Las masacres en los centros
penitenciarios han dejado alrededor de 70 muertos, sin contar los homicidios en
riñas menores.
En el sexenio del ex Gobernador
Rodrigo Medina se acumularon 67 asesinatos.
El primer disturbio en la actual
Administración ocurrió entre el 10 y el 11 de febrero del 2016 en el Penal de
Topo Chico, donde en una riña entre grupos de internos que disputaban el
control dejó un saldo de 49 muertos. Esta masacre es la más violenta dentro de
una prisión en el País.
También en el 2016, el 2 de
junio, se registró un enfrentamiento más en el mismo penal, donde hubo tres
muertos y 14 heridos.
Ya en el 2017, en marzo, un
choque entre policías y reos en el Penal de Cadereyta dejó un saldo de cuatro
internos muertos y 16 lesionados.
El 24 de abril, Rosa Manuela
Félix Valles fue recibida como nueva comisaria penitenciaria en el Penal de
Topo Chico con un disturbio en patios y ambulatorios.
Entre el 9 y el 10 de octubre de
ese mismo año los internos del Penal de Cadereyta se amotinaron tomando como
rehenes a tres custodios. En esa ocasión el Estado usó la fuerza letal para
recuperar el control y el saldo final fue de 18 muertos.
El 30 de noviembre, tras una riña
campal, un reo fue asesinado a balazos en el interior del Penal de Apodaca,
donde dos internos más resultaron lesionados.
Junto con los disturbios se han
acumulado las promesas del Estado para solucionar la crisis penitenciaria.
"El Bronco" anunció que
retomaría la construcción de un nuevo penal, pero no en Mina, sino en Galeana.
Finalmente el proyecto quedó en nada, al ser cancelado el 25 de abril del 2017.
Además, tras cada masacre, la
Administración estatal ha prometido aplicar un plan de ordenamiento al sistema
penitenciario del Estado.
Y luego de anunciar la ampliación
del Penal de Apodaca en octubre pasado, los trabajos arrancaron a principios de
este mes.
Fuente.-
y quiere ser presidente inmaginense como no haria para el pais
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