Texas, el estado vecino de México por excelencia, que hace frontera con Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas, donde los regios turistean para irse de shopping y existe una afinidad cultural de botas y sombrero, no deja de ser un bastión para Donald Trump, a pesar de estar plegado de mexicanos.
En la última encuesta de RealClearPolitics (al 6 de Noviembre) esta sitúa +12 puntos arriba al magnate en Texas por sobre Hillary Clinton.
De este lado de la frontera pensaríamos que todos los Mexico-americanos en Estados Unidos con posibilidad de votar, jamás votarían por Trump, pero no es así para Texas ya que históricamente ha sido rojo. Un bastión Republicano donde el último presidente demócrata que ganó fue Jimmy Carter en 1976, a pesar de ser el segundo estado más poblado de hispanos después de California, estado con tradición demócrata.
¿Por qué los mexicanos no hacen la diferencia en Texas? Desde hace varios años, los hispanos han sido llamados por los medios en EU como “el gigante dormido” precisamente porque es una comunidad grande en número pero que no acude a votar. Marcela Valdés, en su artículo para el New York Times Magazine “Hay 27 millones de latinos que podrían votar en Estados Unidos, pero ¿qué diferencia harán?”, explica que los latinos que no votan generalmente tienen un bajo nivel de ingresos y no cuentan con preparatoria, son menores de 30 años, de origen mexicano, y su familia no tiene el hábito de votar.
Y de los que pueden votar y votan, una tercera parte lo hará por Donald Trump, según reciente sondeo de la Universidad de Texas (UT) existe una importante división racial y étnica entre Trump y Clinton en Texas: Entre los votantes BLANCOS Trump lidera a Clinton 57% contra 28%; mientras que entre los votantes NEGROS, Clinton lidera a Trump con un 95% contra 4%; y entre los HISPANOS, Clinton lidera a Trump 56% contra un 33%. Si observamos, los negros tomarán mayor acción ante el racismo de Trump votando unánimemente en su contra, a pesar que este no ha insultado a su comunidad.
Es por ello que la fuerza del voto hispano es cuestionable. En su estudio del voto latino 2016, el PewResearchCenter afirma que a nivel nacional estos son los que menos votan, además que su población está concentrada en estados considerados "ya definidos" como California (Demócrata), Texas (Republicano) y Nueva York (Demócrata), donde es menos probable que los latinos inclinen la balanza. Y de los 7 estados considerados "en disputa", solo en 3 de ellos tienen una presencia significativa de votantes elegibles: Arizona (22%), Nevada (17%), y Florida (18%), este último con más ciudadanos de origen cubano y puertorriqueño que mexicanos, que por cierto la Florida es calificado como el estado decisivo en esta elección, ya que dada la aritmética del colegio electoral, si Hillary gana Florida se acabó todo para los Republicanos. Tal vez por eso Donald J. Trump en su estrategia encontró a un cliente, y apostó por herir a los mexicanos para atraer el voto blanco sin consecuencias electorales, destapando a un nuevo enemigo, su vecino, causante según-de los males que aquejan a aquella nación. Ofreciendo soluciones demagogas pero concretas, como la construcción del muro.
Notable es que la persuasión al voto latino no ha sido efectiva (¡tampoco haya!) sin embargo en esta elección los hispanos están rompiendo récord en registro para votación (comparado con elecciones anteriores), por lo que está por verse si el latino toma acción este próximo 8 de noviembre y Donald Trump logra su famoso muro, pero de filas de votantes mexicanos dispuestos a votar en su contra.
Fuente.-@cesarDavila_
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