A pesar de que la fuerte depreciación del peso y la reducción en los precios de los combustibles a nivel internacional han provocado que bajen las tarifas eléctricas a la industria en México hasta 42 por ciento, éstas son aún 44 por ciento más caras que en Texas.
Según los últimos datos disponibles del Departamento de Energía de Estados Unidos, el promedio del kilowatt-hora (kwh) consumido en Texas durante septiembre por la industria fue de 0.0544 dólares, es decir, unos 0.9148 pesos al tipo de cambio observado ese mes.
En México, el precio medio de la energía al sector industrial en septiembre fue de 1.3198 pesos por kwh consumido, un 44 por ciento mayor que en Texas.
Los precios por consumo no incluyen los cargos por "demanda facturable", concepto que la CFE también aplica a sus clientes industriales y comerciales y que pueden pesar un 35 por ciento de la factura final, en promedio.
Para tratar de bajar sus costos, y por ende las tarifas, la CFE está sustituyendo los combustibles caros como el combustóleo al uso del gas natural en plantas de ciclo combinado en operación y otras en construcción.
Adrián Navarrete, director de ingeniería de Consultores en Energía, recordó que la CFE aún carga con los costos sindicales, que en algunas plantas pueden duplicar los costos de operación.
Además, destacó que la empresa estatal sigue aplicando fórmulas de determinación de tarifas de electricidad establecidas por Hacienda, mismas que distorsionan sus costos.
"La CFE opera en números rojos, está teniendo muchas pérdidas, pero no necesariamente por subsidios, sino por sus pérdidas en transmisión y distribución", explicó.
Ramsés Pech, socio de la consultoría Caraiva y Asociados, señaló que la CFE podría contemplar desaparecer las tarifas actuales y manejar un esquema donde se especifiquen los costos de generación, transmisión, distribución y comercialización para cada tipo de clientes.
Alejandro Ibarra, especialista en energía de la Egade del Tec de Monterrey, dijo que la CFE seguirá siendo la referencia en el mercado eléctrico aún con la apertura, pero mientras no se mejoren las redes de transmisión y distribución, continuará teniendo altos costos.
Añadió que las pérdidas no técnicas, como el robo de electricidad o la falta de pago, serán factores que detengan la obtención de costos más bajos, porque éstos inciden en las finanzas de la CFE y ésta los termina transfiriendo a los usuarios finales.
De acuerdo con datos de la CFE, la suma de pérdidas por deterioro de las líneas eléctricas y robos es poco más del 20 por ciento de la energía que se genera en el País.
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