En política al enemigo hay que aniquilarlo, aun cuando esté tirado en la alfombra, reza una de las máximas de los rudos de ese deporte.
Si no lo haces puede levantarse y darte un tiro en la frente (como dice el corrido).
Es el resumen de la causa por la que Eugenio Hernández Flores, preso político número uno de Francisco Javier García lleva cinco años en la cárcel. Lo perdonó cuando el panista fue alcalde de Reynosa e hizo una administración de saqueos descarados que documentó la Auditoría Superior.
Cuando tuvo el poder, después de mandarle fiscalizadores al ayuntamiento y Comapa, Geño no se atrevió a dar la última instrucción de encarcelarlo por las cuentas pendientes. La salió la nobleza capitalina.
Dícese que en aquella frontera –grabación de video como testigo- sostuvieron un acalorado desencuentro en que salieron relucir mentadas de madre. El reynosense “gringo” apelaba a su amistad con el entonces Presidente Felipe Calderón y la protección que le daban los hijos de Marthita Sahagún y Vicente Fox, con los que hizo negocios.
Recuérdese que, en los tiempos del calderonato, las propiedades de Eugenio fueron cateadas por la PGR sin encontrar anomalía alguna.
Retomando, Francisco Javier había ganado la presidencia por recomendación de Fox al Gobernador Yarrington, quien creía en el respeto a la investidura presidencial, aun por sobre la autonomía estatal. Ordenó el repliegue de las huestes priístas para darle el gane al PAN. Hizo perder a su compadre Humberto Valdez Richaud.
Algunos expedientes mencionan que Tomás le consiguió financiamiento para la campaña azul, algo así como 500 mil dólares, uno tras otro, de esos que no dejan huella.
Así nació políticamente el vendedor de chamoyadas.
Eugenio subestimó a su enemigo, le dio confianza y perdió. Debió haberlo acabado cuando lo tenía con el zapato en el pescuezo, listo para ir a un penal por peculado y fraudes. El y sus amigos se sirvieron con la cuchara grande.
Según publicó más tarde el titular de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto Castillo, el manto protector de Calderón evitó que siguieran adelante hasta 39 denuncias penales que el Gobierno de Tamaulipas hizo en contra de Cabeza y sus compañeros de corrupción.
A cinco años, cuando el “chirrión” se le volteó al vacuno (orden de aprehensión), Eugenio está por recuperar su libertad. Puede ocurrir en cualquier momento.
Sus abogados confirmaron ayer miércoles lo que el colectivo ya sabía: El entonces Procurador Irving Barrios fabricó pruebas para enviar a Hernández al penal, con la complicidad también de jueces y el propio titular del Supremo Tribunal (Horacio Ortiz Renán).
“Fabricaron testimoniales” señalaron los abogados, entre ellos Felipe de Jesús Rivera Riestra, Elva Marina Vázquez y Javier López García.
En su defensa echaron abajo hasta cuatro juicios, comenzando con aquella presunta adjudicación de 1,600 hectáreas de terrenos del puerto de Altamira vendidas a particulares, que en realidad se enajenaron en el sexenio de Yarrington con el visto bueno del Congreso del Estado.
Vinieron otros expedientes, tres más, por enriquecimiento ilícito, que porque sus ingresos como funcionario público no correspondían a su mayor patrimonio, cuando el hombre había sido un exitoso empresario de la construcción.
Total que, según los defensores, falta un “pelito” para que el ex Gobernador recupere su libertad por falta de elementos.
Fue el primer preso político de Cabeza de Vaca, muy popular y a quien se debe la construcción del Parque Bicentenario que incluye Palacio Legislativo, la Torre Gubernamental y terrenos feriales, además de edificios para otras instituciones como Registro Civil y Registro Catastral.
Mientras el popular Geño está por recuperar su libertad, su verdugo entrará a algún penal federal. Tiene orden de aprehensión. Con ello se cumple la sentencia de que los carniceros de hoy serán las reses de mañana.
Los abogados no quisieron abordar el asunto de la extradición para no entorpecer el proceso, dado que puede resolverse también en los siguientes días, dijeron.
Que quede para la experiencia de Hernández Flores: Con los enemigos políticos no hay que tentarse el corazón, menos con los panistas, porque son capaces de volteártela.
La justicia trabaja a paso lento pero seguro y es así que, después de un año de terminar su ejercicio, el tristemente célebre Xicoténcatl González Uresti y la “tejana” Pilar Gómez, recibieron citatorio para comparecer en Contraloría Municipal por irregularidades millonarias. La cita es el 17 de octubre.
Para cuestiones de notificación, no encontraron a la mujer en el domicilio que tenía en Victoria y lo más probable es que no se presente. Seguro que vive en Mc Allen, de donde es originaria y residente, y por estos lares no volverá ni por la feria. Vino a hacer fortuna con su pariente político, y la consiguió. Afortunadamente no ganó la reelección.
Xico aquí está cerquita, sigue con sus guarapetas un día sí y otro también, disfrutando de sus millones ilegales.
Cabeza de Vaca ya estaba preso de la venganza:
La pregunta es ¿los alcanzará una orden de aprehensión aun con el fiscal “carnal” cabecista?. Citarlos para que aclaren es buen principio. Falta llevarlos a juicio y, si es por fuero federal, mejor.
Ahora ay que matar arvigt barrios mujita alv!;
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