Las aguas se movieron en los últimos días, encauzando la salida inminente del fiscal general Alejandro Gertz Manero y de su mano derecha, Juan Ramos, de la Fiscalía General de la República (FGR), de acuerdo con fuentes de alto nivel.
El respaldo del Presidente hacia el fiscal se ha ido mermando rápidamente en los últimos días y finalmente se tomó la decisión, en común, de apartarse de la Fiscalía junto con el subprocurador Especializado en Investigación de Delitos Federales. El anuncio se hará en los próximos días, han reconocido en privado los involucrados.
Las últimas semanas han sido atroces para Gertz Manero, principalmente a partir de la filtración de llamadas telefónicas en las que intentó influir en la Corte, como lo ha hecho en otras instancias del Poder Judicial, para mantener encarcelada a su sobrina política. La difusión de los audios puso contra las cuerdas a los ministros, por lo que la votación 11-0 que dejó en libertad a Alejandra Cuevas fue un golpe fulminante para el fiscal.
Ningún otro episodio, como el supuesto plagio que utilizó para sustentar un trabajo de investigación, la pelea por la herencia de la familia Jenkins o los múltiples bienes que posee Gertz Manero habían afectado tanto su imagen como las filtraciones.
Otro pleito de grandes dimensiones en el cual el fiscal ha ido doblando la apuesta es el que mantiene contra el exconsejero Jurídico de la Presidencia, Julio Scherer, a quien acusa de formar parte de una red de extorsión. Las acusaciones de Gertz Manero y el juicio contra los abogados provocaron la intermediación del secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y finalmente del Presidente, quien sugirió a Scherer no publicar en la revista Proceso un artículo para defenderse, pues haría más grande el conflicto.
Un episodio clave en la disputa entre Gertz y Scherer ocurrió hace unos días, cuando la esposa del exconsejero se reunió con Beatriz Gutiérrez Müller para tratar el tema. “Hoy somos nosotros, mañana puede ser cualquiera, incluso ustedes”, le dijo a la esposa del Presidente.
Otro de los casos que terminó por mermar al fiscal fue el acuerdo reparatorio que aceptó para liberar a Emilio Lozoya. El escándalo detonó un día antes de la audiencia en la cual el exdirector de Pemex quedaría libre, ocasionando el enojo del Presidente, quien dijo que el monto de 10.7 millones de dólares era muy bajo, pues el daño al erario había sido de por lo menos 200 millones de dólares.
La semana pasada, la Fiscalía General de la República también se desistió de la orden de aprehensión que solicitó contra Juan Araujo, César González e Isaac Pérez, exabogados de Juan Collado. Si bien esta acción fue leída como la preparación de un nuevo intento por llevarlos a la cárcel, hasta ahora la FGR no ha dado a conocer nuevas carpetas de investigación.
Los cargos de Gertz Manero y su hombre de confianza, Juan Ramos, eran insostenibles. El Presidente se vio obligado a solicitarle al fiscal que se aparte, a pesar de que estos y otros casos podrían quedar a la deriva.
El relevo de Gertz –por lo menos como encargado de despacho en tanto se propone al Senado– estaría entre dos personajes: el sinaloense Alfredo Higuera Bernal, subprocurador Especializado en Investigación de Delincuencia Organizada, y el ministro presidente de la Corte, Arturo Zaldívar.
Veremos por quién se decanta López Obrador, pero la salida acordada de Gertz y Ramos fue un hecho… a menos de que algo de último momento haya sucedido estos días en los que el Presidente se fue a reflexionar a su rancho de Palenque, Chiapas.
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