Ante los casos de piratería en el Golfo de México y la falta de acción de la Secretaría de Marina, se debe aumentar el nivel de seguridad y declarar un área de alto riesgo similar a la que existe en el Cuerno de África, consideró la doctora en seguridad marítima Adriana Ávila-Zúñiga Nordfjeld.
NI EFICACES,NI EFICIENTES:
Once incidentes de piratería ocurridos este año fueron documentados por la especialista de la Universidad Marítima Mundial junto a su colega, el también doctor Dimitrios Dalaklis, a partir de información sobre los ataques y entrevistas con oficiales y navegantes de la zona.
Apenas el lunes 27 de julio, por ejemplo, un grupo de tres personas con armas de fuego robó 40 respiradores mecánicos en un asalto a dos plataformas petroleras situadas entre Coatzacoalcos y Dos Bocas, Veracruz.
Apenas el lunes 27 de julio, por ejemplo, un grupo de tres personas con armas de fuego robó 40 respiradores mecánicos en un asalto a dos plataformas petroleras situadas entre Coatzacoalcos y Dos Bocas, Veracruz.
UNA Y OTRA VEZ:
Ante ello, el estudio detalla retrasos y omisiones en la respuesta de las autoridades. Además, los participantes señalaron que los programas de austeridad del Gobierno Federal los han llevado a cancelar las rondas de vigilancia de las patrullas marítimas para ahorrar diesel.
"Es un problema nuevo que requiere de mucha infraestructura para combatirlo y no lo van a poder combatir con dos o tres patrullas interceptoras nada más", señaló Ávila en entrevista. "Estos son grupos de piratas que afianzan una estructura".
La declaración de zona de alto riesgo emitida por la Organización Marítima Internacional (OMI) -similar a la que existe en las costas de Somalia y áreas de Singapur y China-y el elevar a nivel dos la alerta de seguridad en el Golfo obligaría al País a aumentar el patrullaje y abrirse a la cooperación internacional.
"Una vez que se declare la zona como de alto riesgo, México tendrá que sentarse a negociar con Estados Unidos y tal vez Canadá para adoptar medidas y combatir el problema", estimó la especialista.
El estudio "Repercusiones de una gobernanza oceánica débil y una política de seguridad marítima inexistente: el resurgimiento de la piratería, robo a mano armada contra embarcaciones y otra delincuencia organizada transnacional en el Golfo de México", fue presentado el jueves en una conferencia de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Según los hallazgos de los especialistas, la Secretaría de Marina ha tardado de dos a siete horas en responder a algunos de los incidentes.
Además, de enero a abril de este año, buques con banderas de Italia, Reino Unido y Panamá reportaron tres ataques, mientras las autoridades no han realizado los reportes pertinentes, según los autores.
"La Secretaría de Marina no está cumpliendo su obligación con la comunidad marítima internacional sobre reportar los incidentes de piratería y robo a mano armada en contra de barcos tanto en aguas territoriales como en altamar", advirtió Ávila.
"Esto evita que estas naves se protejan de estas amenazas de seguridad", alertó.
De acuerdo con el estudio, los criminales operan en grupos de 5 a 15 individuos durante la noche, y hacen uso de embarcaciones pequeñas de fibra de vidrio y botes pesqueros impulsados con motores potentes.
Los piratas están armados con rifles de asalto, pistolas, rifles, cuchillos y machetes; además, tienen radios con acceso a las frecuencias de las autoridades para monitorearlas.
Estados Unidos ha documentado ataques contra 20 barcos pesqueros y 35 plataformas desde 2018, señala el documento.
Aunque los entrevistados advirtieron un incremento de los casos de piratería ante la pandemia de Covid-19, apunta Ávila, no existen datos suficientes para comparar los periodos.
"No hay una estadística creíble al respecto", lamentó. "Nosotros logramos documentar estos, pero no significa que sean los únicos".
DUDAR PARA ACERTAR:
La declaración de zona de alto riesgo emitida por la Organización Marítima Internacional (OMI) -similar a la que existe en las costas de Somalia y áreas de Singapur y China-y el elevar a nivel dos la alerta de seguridad en el Golfo obligaría al País a aumentar el patrullaje y abrirse a la cooperación internacional.
"Una vez que se declare la zona como de alto riesgo, México tendrá que sentarse a negociar con Estados Unidos y tal vez Canadá para adoptar medidas y combatir el problema", estimó la especialista.
El estudio "Repercusiones de una gobernanza oceánica débil y una política de seguridad marítima inexistente: el resurgimiento de la piratería, robo a mano armada contra embarcaciones y otra delincuencia organizada transnacional en el Golfo de México", fue presentado el jueves en una conferencia de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Según los hallazgos de los especialistas, la Secretaría de Marina ha tardado de dos a siete horas en responder a algunos de los incidentes.
Además, de enero a abril de este año, buques con banderas de Italia, Reino Unido y Panamá reportaron tres ataques, mientras las autoridades no han realizado los reportes pertinentes, según los autores.
"La Secretaría de Marina no está cumpliendo su obligación con la comunidad marítima internacional sobre reportar los incidentes de piratería y robo a mano armada en contra de barcos tanto en aguas territoriales como en altamar", advirtió Ávila.
"Esto evita que estas naves se protejan de estas amenazas de seguridad", alertó.
De acuerdo con el estudio, los criminales operan en grupos de 5 a 15 individuos durante la noche, y hacen uso de embarcaciones pequeñas de fibra de vidrio y botes pesqueros impulsados con motores potentes.
Los piratas están armados con rifles de asalto, pistolas, rifles, cuchillos y machetes; además, tienen radios con acceso a las frecuencias de las autoridades para monitorearlas.
Estados Unidos ha documentado ataques contra 20 barcos pesqueros y 35 plataformas desde 2018, señala el documento.
Aunque los entrevistados advirtieron un incremento de los casos de piratería ante la pandemia de Covid-19, apunta Ávila, no existen datos suficientes para comparar los periodos.
"No hay una estadística creíble al respecto", lamentó. "Nosotros logramos documentar estos, pero no significa que sean los únicos".
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