Pese a la narcoviolencia que sufre Tamaulipas y el ofrecimiento oficial de regresar la tranquilidad a sus habitantes, el Gobierno federal retiró del Estado a los más de 2 mil elementos del Ejército que participaban en su operativo especial de combate al crimen.
Una fuente federal informó ayer que desde mediados de marzo 2 mil 466 militares, con grados que van de soldados hasta generales, adelantaron la salida de Tamaulipas que tenían prevista para finales del año, cuando concluya la Administración del Presidente Enrique Peña.
La retirada fue confirmada por José Alejandro Montoya Lozano, Alcalde interino de la capital, Ciudad Victoria, la localidad más violenta del Estado y que lidera en asesinatos a nivel nacional.
"Terminó por ahí el convenio de colaboración que se tenía del Estado con las fuerzas federales", dijo el priista.
"De aquí... se retiraron 2 mil militares".
La salida de los militares coincide con el aplazamiento por parte del Estado para firmar el Convenio de Coordinación en Materia de Seguridad Pública con la Sedena y Semar que desde el 2011 se renueva anualmente.
"La razón fue por incumplimiento por parte de Gobierno del Estado en algunos acuerdos con la Secretaría de la Defensa Nacional", indicó una fuente federal.
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Según el primero de los convenios, el Estado se comprometió, entre otros aspectos, a cubrir cada mes un monto de 25 millones 867 mil pesos para estímulos económicos al personal participante.
También se estableció el pago mensual de un estímulo de 2 mil pesos a los elementos federales mientras permanezcan en la entidad.
No obstante, un vocero del Estado aseguró que los recursos económicos del acuerdo "se han venido cubriendo y están disponibles para este año".
Según esta fuente, se trató de un ajuste y reorganización de las fuerzas federales.
El reforzamiento de los militares se había intensificado en Tamaulipas a partir de que, en mayo del 2014, el entonces Secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, anunció en Reynosa una mayor intervención federal.
El ahora candidato plurinominal priista al Senado enumeró entonces una serie de acciones a realizar, que incluían la desarticulación de organizaciones criminales y el cierre de rutas a los traficantes de drogas, armas y dinero.
La situación que vivía Tamaulipas se reflejó en un análisis elaborado por la Administración estatal, que en ese entonces encabezaba el priista Egidio Torre Cantú.
Cuatro años después del anuncio de Osorio, en Tamaulipas persiste la violencia generada por los grupos criminales, que aplican cobro de cuotas, secuestran, bloquean carreteras y han sembrado terror con tiroteos, ejecuciones y persecuciones, ahora en la Administración panista de Francisco García Cabeza de Vaca.
En los cruces fronterizos como Nuevo Laredo y Reynosa, por ejemplo, abundan los enfrentamientos entre grupos criminales, así como las extorsiones en las Aduanas y el acoso a los viajeros.
fuente.-
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