Si el Estado Mayor Presidencial tuvo que suspender hace un par de semanas la visita del presidente Enrique Peña Nieto a Reynosa no solo fue por la beligerancia de los grupos delincuenciales, que en cada ataque plantan cara al poder de fuego del ejército, sino por la pérdida de control territorial en la zona que de forma periódica se manifiesta con balaceras, bloqueos, ataques coordinados a las fuerzas de seguridad, lo que exhibe la postración de las autoridades ante los designios del crimen organizado.
Un militar murió el pasado 10 de febrero después de que una patrulla del 19 regimiento de caballería cayó en una emboscada sobre el viaducto Reynosa, a la altura de una zona conocida como los Almendros. El reporte decía que el ataque ocurrió alrededor de las 02:00 horas, cuando los soldados pasaban por la zona y un grupo de hombres armados los esperaba con fusiles de alto poder. La muerte del cabo Germán Tototzi Anzaldo se sumó a la de otro soldado que falleció el martes 23 de enero después de que su unidad volcara sobre una de las avenidas de esta ciudad fronteriza, tras un ataque de un comando de pistoleros identificados como integrantes de la delincuencia organizada.
Esta segunda muerte quedó para el registro de la hoja de servicios del coronel Luis Andrés Gutiérrez, comandante del 19 de caballería, cuyo ejercicio del mando está en entredicho a decir de sus colegas ya que sus tropas han sido blanco de ataques continuos sin que sus órganos de inteligencia hayan alertado sobre posibles fugas de información respecto a rutas de patrullajes y operaciones en lugares específicos de Reynosa.
Fuentes de la octava zona militar comentaron a este Blog que a raíz de la última emboscada, se ordenó intensificar “las acciones combativas” en la ciudad por lo que se espera que el ejército lance una respuesta al crimen organizado que pelea por el control territorial ante la fragmentación de lo que en otro tiempo se conoció como cartel del Golfo.
Son grupos en extremo violentos, que atacan camuflados entre la población civil, su labor propagandística se vierte por redes sociales y páginas de Facebook donde sus jefes se hacen llamar “comandantes”, utilizan alias diversos para mostrarse como amos y señores de la zona, dice un oficial de caballería que pidió no ser citado por rango ni nombre.
El pulso para el ejercicio del mando es algo que se le cuestionó durante su paso por Guerrero como comandante de la 27 zona militar al general de brigada Adelfo Castillo López (La desidia fatal de un comandante de zona militar http://www.estadomayor.mx/76423), quien en diciembre pasado asumió la titularidad de la comandancia de la octava zona militar con sede en Reynosa.
Paradojas de la vida, el general Castillo López es reconocido como un oficial con una amplia cultura, con inclinación por la lectura, es autor de un libro titulado “El arte de mandar. El liderazgo militar y la cultura”. Con ese antecedente, a decir de sus subordinados, por estos días se enfrenta a uno de los mayores retos de su carrera militar: coadyuvar para que regrese la calma a Reynosa.
Honores a un cabo “excepcional”
El cuerpo del cabo German Tototzi Anzaldo recibió honores militares el domingo 11 de febrero por la mañana en la explanada de la comandancia de la octava zona militar en esta ciudad fronteriza. Durante la ceremonia, encabezada por el general Castillo López acompañado del brigadier Eustorgio Villalba Cortez, jefe de estado mayor de la zona, se dio lectura al perfil de nueve años de servicio del militar caído.
Se dijo que durante este lapso el cabo Tototzi se “distinguió por su valor, temple y disciplina”. De cuna humilde, su ingreso al ejército se dio en el año 2008 en Tenancingo, Estado de México, cuatro años después de soldado raso paso a cabo. Durante su etapa de servicio fue comisionado en tareas contra el narcotráfico, recibió reconocimientos de sus superiores por su labor en el operativo Mazatlán-Navolato-Guamúchil, entre los años 2009 a 2010, los años en que esta zona del país estuvo bajo el reflector por las pugnas al interior del cartel de Sinaloa.
El cabo Tototzi llegó en el año 2011 a Tamaulipas para incorporarse a las operaciones militares en la entidad, al año siguiente fue enviado a una unidad que participó en la operación Michoacán y en 2013 regresó a Tamaulipas para incorporarse a la operación “Noreste”. A partir del 15 de enero del 2014 fue comisionado a la comandancia de la octava zona militar con cuartel en Reynosa, donde quedó incorporado en el 19 regimiento de caballería.
Su muerte se sumó a la de otro de sus colegas que perdió la vida cuando realizaba con su unidad labores de patrullaje la tarde del martes 23 de enero en la colonia Nuevo Reynosa. Sobre la calle Acultzingo los militares fueron atacados por un convoy de civiles armados lo que provocó un enfrentamiento que duró varios minutos y que se saldó con una persecución en la zona.
En las horas posteriores se reportaron por lo menos 10 bloques en varias de las avenidas más importantes de Reynosa, lo que obligó a la mayoría de las escuelas a suspender clases, gran parte de los comercios cerraron y por redes sociales habitantes de la ciudad intercambiaron información sobre qué calles y arterias estaban bloqueados y donde había balaceras para que evitaran pasar por ahí.
Días después la situación no ha cambiado. Tamaulipas envía postales del fin de sexenio.
Fuente.-Juan Veledíaz
@velediaz424
(Foto/web)
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