La detención la noche del domingo 9 de abril del 2017 en Florencia, Italia, del ex gobernador de Tamaulipas Tomás Yarrington Ruvalcaba abrió la caja de pandora de uno de los episodios más escandalosos e ilustrativos de lo que es la criminalidad organizada asociada con la política en nuestro país.
La presencia de la mafia calabresa conocida como ‘Ndrangheta en México, fue detectada al menos desde el año 2008 por una comisión antimafia italiana, y que con la detención del ex gobernador salió a relucir de nueva cuenta. El ex priista enfrenta cargos en Estados Unidos que podrían recluirlo de por vida en un penal texano, de concretarse el pedido de extradición de la justicia estadounidense.
El puente entre el Cártel del Golfo y la mafia calabresa conocida como ‘Ndrangheta fue identificado en el año 2008 en la persona de Christopher Anthony Castellano, un italoamericano nacido en Nueva York, quien logró unir al clan de la familia Schirripa, encabezada por Giulio Schirripa, con la organización criminal asentada en Tamaulipas.
Castellano fue enlace con Ignacio Alberto Díaz, conocido como “Nacho”, un tamaulipeco que comenzó como operador en Nueva York de Osiel Cárdenas Guillén, líder del CDG y que tras la detención de éste en 2003, siguió con los lazos entre ambas organizaciones.
Cuando en el año 2010 se dio la ruptura al interior del Cártel del Golfo con su brazo armado autodenominado “los Zetas”, la conexión con los calabreses continuó pero ahora con la banda paramilitar que se quedó con el control del puerto de Veracruz, sitio de entrada de los cargamentos de droga que llegaban de Sudamérica en dirección a la frontera texana, y de la que se dijo en su momento, traficó a Europa vía la ‘Ndrangheta.
La historia de cómo el CDG y la ‘Ndrangheta comenzaron a realizar negocios juntos, fue investigada por la Comisión Parlamentaria Antimafia italiana, encabezada entre los años 2006 a 2009 por Francesco Forgione, un académico especializado en organizaciones criminales internacionales, y quien documentó ésta asociación en una extensa indagatoria que tituló Mafia Export (Cómo la ‘Ndrangheta. La Cosa Nostra y la Camorra han colonizado el mundo), publicado por editorial Anagrama en el año 2010.
El vínculo entre el Cartel del Golfo y la mafia calabresa, regresó estos días a las páginas de los diarios internacionales después de la que a pedido de la justicia estadounidense, la policía italiana detuvo en Florencia, en la región Toscana, al ex gobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington Ruvalcaba.
El ex priista, expulsado de las filas de su partido después de que la PGR lo acusó en 2012 de delitos contra la salud, se escondía desde hacía más de un año en el poblado de Paola, muy cerca de la ciudad de Cosenza, en la región de Calabria, donde tiene sus reales la ‘Ndrangheta.
La mafia calabresa es la principal distribuidora de cocaína en Europa, y tiene en Paola a uno de los clanes más poderosos. Según el portal de información calabrés Secondo Piano (www.secondopianonews.it), resultaba “inconcebible” que Yarrington hubiera vivido en esa zona sin haber contado con protección del grupo mafioso, considerado más poderoso que la Camorra, y con mayores nexos con otras organizaciones internacionales como en su momento lo fue el Cartel del Golfo.
El ex precandidato presidencial del PRI en el año 2006, fue considerado por los medios italianos como “un pez gordo”, por lo que no consideraban aventurado señalar que recibía apoyo de la ‘Ndrangheta u otros clanes ligados a la mafia calabresa que operan desde el sur de Italia.
El rotativo hace eco de las acusaciones estadounidenses y refieren que la llegada de Yarrington como gobernador de Tamaulipas, estuvo marcado por el apoyo financiero que presuntamente recibió del Cartel del Golfo. Y fue en su gestión cuando la organización se hizo del control territorial en la entidad, puso en su nómina a alcaldes y policías, y comenzó una serie de acciones como el cobro de piso, al estilo de la mafia calabresa.
Ante una corte del sur de Texas
Yarrington cuenta con siete cargos en una corte federal en Brownsville, Texas, donde está acusado de lavado de dinero, conspiración para defraudar, conspiración para hacer declaraciones falsas a bancos estadounidenses y violación a la Ley de Sustancias Controladas.
Documentos de la fiscalía difundidos por medios texanos y en México por el diario Reforma, señalan que durante la gestión de Yarrington como gobernador (1999-2004), recibió pagos de la cúpula del Cartel del Golfo que entonces encabezaba Osiel Cárdenas Guillén, extraditado en 2007 a Estados Unidos. Como retribución el gobierno tamaulipeco permitió a la organización criminal operar libremente en toda la entidad para traficar droga a Texas por los diversos puertos de entrada aduanales. Las imputaciones señalan que entre los años 2007 a 2009, algo que poco se ha ventilado en la prensa mexicana, el entonces ex gobernador presuntamente se involucró en el contrabando de grandes cantidades de cocaína hacia territorio estadounidense desde el puerto de Veracruz.
Como parte del lavado de activos, el ex priista compró diversas propiedades en Texas a través de prestanombres usando como fachada distintas empresas las cuales fueron identificadas por su principal socio, Fernando Cano Martínez, detenido en Monterrey en febrero pasado. Entre los bienes se encuentran residencias, aviones, vehículos, en condados como Bexar, Cameron, Hidalgo y Hays, en el sur de Texas. También se identificó como de su propiedad un terreno de 18.5 hectáreas en la zona de mayor plusvalía de San Antonio. La entidad financiera que apareció como clave en las operaciones fue el First National Bank, con sede en Edinburg, Texas.
A finales del verano pasado la fiscalía del sur de Texas concluyó la segunda parte de la investigación en su contra, y reactivó el pedido de extradición al gobierno de México al fincarle nuevos cargos ante la corte federal de Brownsville. Esta orden también incluyó a Cano Martínez, considerado uno de los principales prestanombres del ex mandatario, a quien se le identificó como lavador de millones de dólares por medio de la compra de bienes en el sector inmobiliario.
En México Yarrington está acusado por la PGR de delitos contra la salud, cargos fincados en 2012, siete años después de que en EU fuera acusado por primera vez de proteger y fomentar el narco. En nuestro país este tipo de ilícitos podrían alcanzar una penalidad máxima de 37 años. Como es requerido por la justicia estadounidense y mexicana al mismo tiempo, de acuerdo a la convención interamericana sobre extradición, tiene preferencia al Estado que lo reclame por el delito que sea sancionado con la pena más grave. En este caso serían los Estados Unidos, ya que enfrenta una penalidad de dos cadenas perpetuas y 90 años de prisión por los cargos en su contra.
Existe la posibilidad que durante las audiencias previstas en la corte del sur de Texas, se dé a conocer parte del conglomerado de intereses políticos y criminales, que hicieron de Tamaulipas en los últimos 18 años un estado bajo dominio total del crimen organizado.
fuente.-Juan Veledíaz
@velediaz424
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