Los excéntricos gustos culinarios del exgobernador veracruzano Javier Duarte de Ochoa, preso en una prisión de alta seguridad en este país, se redujeron a una severa dieta de arroz, frijoles, huevos, un pedazo de pollo cada tercer día y “carne de vez en cuando”.
Así lo aseguró en entrevista el vocero de la Dirección General del Sistema Penitenciario de la nación centroamericana, Rudy Esquivel, quien detalló que el alimento que se da a Duarte en los tres tiempos del día es el mismo que reciben los otros 28 presos, y la empresa que da el servicio en el fuerte San Rafael de Matamoros –añadió– cobra 10 quetzales con 92 céntimos por día (27 pesos con 83 centavos mexicanos).
“La empresa que contratamos tiene que garantizar los tres alimentos, tiene que ser de bajo costo para el Estado, por la polémica que genera alimentar a 21 mil 894 reclusos en el país”, explicó.
Como gobernador de Veracruz, Javier Duarte tenía un chef personal y gustaba de la comida gourmet española, italiana y mediterránea. Hoy eso es apenas un sueño.
De acuerdo con el funcionario del Sistema Penitenciario, los únicos momentos en que los presos pueden tener “privilegios alimenticios”, como unas rebanadas de pizza, ceviche o una hamburguesa, son los días de visita.
La solicitud de una biblia, un libro o hacer una llamada telefónica a algún familiar en fin de semana, o bien programar las tres visitas familiares o de amistad por semana, son derechos que permite la legislación guatemalteca. Sin embargo, Rudy Esquivel señaló que “ninguno de esos derechos” ha sido solicitado por Duarte “hasta el momento”.
En el Organismo Judicial de Guatemala, la Corte de Justicia de la Nación y el Tribunal Quinto de Sentencia Penal continúan a la espera de que el Ministerio de Relaciones Exteriores reciba de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México la solicitud de extradición del exgobernador, que “al día de hoy y ya cerrado el horario laboral” no ha llegado.
Ángel Pineda, vocero del Poder Judicial, explicó que a partir del pasado viernes 21 empezó a correr el periodo de 60 días para que el gobierno de Enrique Peña Nieto haga, mediante un comunicado con “pase de ley”, la notificación de que el sistema de procuración de justicia requiere la atracción del expediente de Duarte de Ochoa.
“Cuando eso suceda, el Ministerio de Relaciones Exteriores nos notifica de inmediato y el Tribunal Quinto de Sentencia Penal tiene diez días hábiles como máximo para notificarle al señor Duarte que es requerido por la justicia mexicana”.
Los diez días hábiles dependerán de “la carga laboral” que tenga dicho tribunal especializado.
En lo que va del año, Guatemala ha extraditado a cuatro reclusos extranjeros con historial criminal, y Duarte se convertiría en el quinto.
Estadísticas proporcionadas por el sistema penitenciario del país centroamericano consignan que Javier Duarte es el preso mexicano número 71 en esa nación con historial criminal, de un total de 690 reclusos con la categoría de reo extranjero.
Según Esquivel, el mexicano se encuentra en una de las llamadas “cárceles VIP”, donde no sufre del hacinamiento, vejaciones y barbarie que se cuentan en cualquier prisión centroamericana.
Señaló que ese “fue un tema de polémica” y colegas de su país cuestionan mucho el por qué Duarte se encuentra en Matamoros.
Y es “por un tema de que el juez consideró al indiciado como un preso vulnerable (sic) y por ello se le envió ahí, no por un tema de privilegio”.
En los diez días que hoy cumplió en prisión, Javier Duarte apenas ha recibido la visita de un familiar, cuyos datos generales no fueron proporcionados por el sistema penitenciario guatemalteco.
“Sólo se puede confirmar que fue una persona del sexo masculino. Lo visitó el fin de semana, y con el consentimiento del reo se le autorizó reingresar el próximo sábado”, concluyó el vocero de la Dirección General del Sistema Penitenciario.
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