Operativos van y vienen, cambian de nombre, se aumentan efectivos. ¿Qué falla en las estrategias que se anuncian con bombo y platillo?
Detrás de cada operativo hay una estadística de sangre y muertos. De 2011 a 2015 el estado escaló a los primeros lugares de la violencia e inseguridad en el país, pero también en el mundo.
Las regiones donde los muertos se contabilizan a diario como la más cotidiana de las actividades son Acapulco, Tierra Caliente, zona Norte y Costa Grande.
En cuatro años, Acapulco consiguió convertirse del segundo municipio más violento al primero más violento del país, de acuerdo al Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal. El año pasado (2014) lo cerró como la segunda ciudad más violenta del mundo.
Las esperanzas para un estado más seguros las lanzó el entonces presidente Felipe Calderón, en 2007. El 19 de enero de ese año, el mandatario del país puso en marcha en Acapulco la Operación Conjunta Guerrero. Ésta consistía en que 7 mil 600 elementos cuidarían el estado y específicamente el puerto. Todos de las fuerzas armadas.
Acapulco empezaba a sumirse en un bache de asesinatos y Calderón reconoció el problema reaccionando así.
Pero no hubo resultados y, al contrario, las cifras de delitos fueron al alza. El 6 de octubre de 2011, cuando Guerrero sobrepasaba en número de crímenes a Chihuahua -estado cuyas cifras fueron caóticas en ese tiempo-, se anunció la Operación Coordinada Guerrero Seguro. Las autoridades federales, en voz del entonces secretario de Gobernación Francisco Blake Mora, reconocieron que hubo 357% de incremento de violencia en el estado con respecto al año anterior.
El operativo –anunciado junto con el gobernador Ángel Aguirre y el alcalde de Acapulco, Manuel Añorve- prometía que 2 mil elementos a cargo de la Secretaría de Seguridad Pública Federal en coordinación con Ejército, Marina, PGR y Policía Federal frenarían el número de homicidios.
Los objetivos eran cuatro: contención y debilitamiento del crimen; el fortalecimiento institucional, principalmente local; atención a los desafíos que pretende imponer el crimen en la comunidad educativa, y la reconstrucción del tejido social.
Otro de los puntos de la estrategia tuvo que ver con una policía fortalecida: "Depuración en sus cuerpos policiales y concluir evaluación de control de confianza, así como fortalecer la fuerza policial. Proceso selectivo de reclutamiento de la policía estatal".
Pero a pesar de todo lo anunciado, varias escuelas de la periferia de Acapulco permanecieron cerradas durante 2011. Los maestros de las colonias populares dejaron de ir porque sus compañeros eran secuestrados al salir y entrar del trabajo. Ciudad Renacimiento, Emiliano Zapata, Las Cruces, Vacacional, La Venta, se convirtieron en las zonas preferidas de los grupos de la delincuencia para extorsionar y secuestrar maestros.
El Centro de Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan, documentó junto con la Comisión Estatal de Defensa de los Derechos Humanos (Coddehum) 6 mil homicidios durante los meses que duró la Operación Conjunta Guerrero aOperación Coordinada Guerrero Seguro.
“La Operación Guerrero Seguro no implica ninguna novedad, por el contrario, supone repetir una estrategia que ha mostrado ser ineficaz para abatir la violencia, y que además incrementa los riesgos de que ocurran nuevas violaciones a derechos humanos. Programas semejantes no sólo han mostrado ser ineficaces en Guerrero, sino también en otros estados como Chihuahua”, señaló Tlachinollan.
Pasó 2012 y 2013 y la inseguridad y violencia no cesó en la entidad. El 26 y 27 de septiembre de 2014 quedó al descubierto la complicidad entre la estructura del gobierno municipal de Iguala con el cártel de los Guerreros Unidos. El ataque desmedido contra los estudiantes normalistas de Ayotzinapa —del que se desprenden un saldo de seis muertos, tres de ellos estudiantes y otros 43 desaparecidos— desmarañó el involucramiento del ex alcalde José Luis Abarca Velázquez.
En octubre de 2014, el gobierno federal echó mano de una medida que parece indicar no surtió efecto. La Gendarmería Nacional, grupo élite de policías federales con funciones de investigación, inteligencia, dividan científica y antidrogas, sitió Iguala: 250 elementos asumieron el control de una ciudad descontrolada.
Los gendarmes arribaron a Iguala 6 de octubre de 2014, vestidos de gala y con un aire de aparador. Su apariencia de los que llenaron el centro de la ciudad a más de uno de los habitantes llamó a tomarse la fotografía. Permanecieron dos semanas en hoteles del centro de la cuidad y se retiraron.
El siguiente operativo para Guerrero tendría lugar unos días más adelante. El 3 de diciembre de 2014, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong anunció la Estrategia Especial de Seguridad Tierra Caliente, región que abarca una de las zonas más violentas de Guerrero.
El operativo tendría alcance en otros estados (Estado de México, Michoacán y Morelos), pero con mayor atención para Guerrero: 22 municipios resguardados. Otra vez Acapulco; Iguala con especial atención el Ejército, Marina, PGR, Policía Federal y CISEN.
Pero el saldo de los meses siguientes no sería mejor al de otros tiempos. Del 1º de octubre de 2014 al 30 de septiembre de 2015, mil 848 personas asesinadas en Guerrero, de acuerdo al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) dependiente de la Secretaría de Gobernación (Segob).
El SESNSP publicó en su portal al cierre del mes de septiembre los números sobre homicidios en lo que va del año. Agosto, resultó como el mes más violento, con 199 asesinatos, seguido de abril, con 194 víctimas, y julio, con 179.
Julio pasado significó para Acapulco una nueva oleada de crímenes; tan sólo en 30 horas durante del fin de semana del 11 y 12 de julio, asesinaron a 14 personas.
A la toma de protesta del nuevo gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, le siguió el lanzamiento de una nueva estrategia de seguridad. "Se trata de una estrategia que parte de los esfuerzos que previamente veníamos realizando en la entidad, pero que cuenta con un renovado compromiso del gobierno estatal", dijo esta vez Osorio Chong al presentar Operativo-Reforzamiento, en Acapulco, en el primero acto de gobierno del gobernador priísta.
Detrás del operativo existía un peculiar escenario político: con Astudillo Flores, el PRI recuperó en el estado el gobierno, después de 10 años de ausencia.
Osorio Chong no ofreció algo distinto, la garantía de seguridad en zonas de conflicto hasta el fortalecimiento de las instituciones. Los mismos aliados. El Ejército sumado.
La novedad que reveló Osorio Chong fue la del general Alejandro Saavedra Hernández como coordinador de la estrategia. Saavedra Hernández tenía un trabajo conocido en el estado, tenía el mando de la 27 Batallón de Infantería con sede en Iguala durante el 26 y 27 de septiembre, días en que ocurrió el ataque contra normalistas de Ayotzinapa.
Otro antecedente documentado a través de una investigación realizada por el periodista Témoris Grecko, el general Saavedra ordenó resguardar la zona de la matanza de Tlatlaya, en el Estado de México, con los mismos militares responsables de las ejecuciones.
Entre esos antecedentes consiguió el grado de general y convertirse en comandante de la Región IX, con cobertura en todo el estado de Guerrero.
Todos esos elementos salieron a flote tan pronto Osorio Chong lo presentó como el coordinador de la nueva estrategia de seguridad. Nadie, ni siquiera Astudillo Flores, pudo refutar la decisión del gobierno federal. "Yo no tengo ningún elemento para decir que no", dijo el gobernador en su momento.
Guerrero sigue ahora en medio de operativos que dan esperanza a sus pobladores, que esperan que ahora sí funcionen.
Fuente.-LaSillaRota
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