Graduado en Operaciones Conjuntas en Fort Benning, Georgia, y antiguo comandante de operaciones contrainsurgentes en Chiapas durante el conflicto con el EZLN, el general Miguel Ángel Patiño Canchola dejó la Tierra Caliente michoacana donde encabezó el mando militar en Apatzingán, para asumir la comandancia de la cuarta región militar con sede en Monterrey y jurisdicción en Tamaulipas, Nuevo León y San Luis Potosí. El divisionario fue recibido con una “intifada criminal”, considerada la mayor pugna al interior del cartel del Golfo de los últimos años, la cual ha paralizado la economía y la vida cotidiana en municipios como Reynosa y Matamoros, y tras varias agresiones a periodistas y medios de comunicación, ha vuelto a poner en entredicho el ejercicio de las garantías constitucionales en esta zona del país.
México,D.F 11/Feb/2015.- Los tienen vigilados. Tan pronto comienza un desplazamiento por tierra de vehículos militares y se enfilan para tomar la carretera que une Matamoros con Reynosa, o en su caso, Reynosa con Río Bravo, el sistema de espionaje del crimen organizado lanza las alertas para que los grupos armados que controlan estas vías preparen los ataques. Es lo que ha ocurrido en la frontera de Tamaulipas donde la cifra oficial de asesinatos en los últimos nueve días, hasta el martes 10 de febrero, era de 24 casos. El número se podrían multiplicar pues en varios casos, de acuerdo a denuncias de ciudadanos vía redes sociales, los testaferros han cargado con los cadáveres de sus compañeros.
Tropas de la octava zona militar, al mando del general de brigada Dagoberto Espinoza Rodríguez, fueron atacados a tiros el lunes 9 de febrero cuando el convoy donde viajaban fue blanco de hombres armados quienes los interceptaron en la carretera que une Reynosa, sede del cuartel, con Río Bravo. El Grupo de Coordinación Tamaulipas, donde participa el gobierno del estado, la policía federal, el ejército, la marina y el Cisen, informó que hubo un par de enfrentamientos que dejó un saldo de tres civiles muertos y un detenido.
El primer choque ocurrió por la mañana del lunes en terrenos del ejido La Retama, en Reynosa, por el rumbo de la salida al municipio de San Fernando, donde tropas del ejército y elementos de la policía federal se enfrentaron con individuos armados quienes viajaban en una camioneta pick up. En este enfrentamiento, según la autoridad, murieron dos de los testaferros, uno más fue detenido y fueron incautadas dos armas largas, un lanzagranadas, cargadores sin usar y docenas de cartuchos. En un segundo reporte, las autoridades informaron que un grupo de hombres armados que viajaban en un par de camionetas por una brecha del municipio de Río Bravo, se enfrentaron con soldados donde se resultó muerto un civil. “El incidente se registró a las 23:45 horas del domingo 8 de febrero en la vía que une Reynosa con Matamoros, en el entronque de la brecha 124 del municipio de Río Bravo, cuando los militares realizaban patrullajes y fueron atacados por los civiles armados que se desplazaban en una camioneta Chevrolet Tahoe color negra y una camioneta Chevrolet Equinox, ambas con placas de Texas”, informó el Grupo de Coordinación Tamaulipas.
De la Tierra Caliente michoacana a la frontera “del diablo” en Tamaulipas.
El general Salvador Cienfuegos Zepeda, secretario de la Defensa Nacional, quiso reconocer la labor de “contención” que realizó el general Miguel Patiño Canchola a los grupos de autodefensa en Michoacán, y la manera en como el ejército se mantuvo de manera “prudente” a la expectativa del conflicto social en la Tierra Caliente en los últimos dos años. De ahí que el año pasado promoviera al grado de general de división al militar que estuvo hasta mediados de enero pasado al frente de la comandancia de la 43 zona militar, con cuartel en Apatzingán, Michoacán.
Patiño Canchola estrenó su tercera estrella junto al escudo nacional que lo acredita como general de división el pasado 15 de enero, cuando asumió el mando de la cuarta región militar, en sustitución de su colega Tomás Jaime Aguirre Cervantes. La región comprende las comandancias de zona en San Luis Potosí, Nuevo León y Tamaulipas, donde a los pocos días del arribo del nuevo mando militar, la situación de inseguridad se desbordó.
El día de su toma de protesta en el cuartel militar de Monterrey, Patiño Canchola se mostró confiado en mantener “a la baja” los índices delictivos en la región. Aseguró que en ninguna de sus anteriores misiones había sido tan bien recibido. El dicho, pudo haber tenido una doble interpretación.
La pugna de los grupos al interior del cartel del Golfo, cuyos líderes han hecho de Monterrey una de sus ciudades para guarecerse, se desbordó a los pocos días de que el divisionario asumiera el mando. La pelea por el control criminal de la frontera de Matamoros con Brownsville, Texas, entre los bandos autodenominados “los metros” y “los ciclones”, puso en jaque la seguridad de éste municipio y las vías que van hacia Valle Hermoso, Reynosa y Río Bravo. Tamaulipas pasó a convertirse a las dos semanas de su arribo, en el dolor de cabeza más agudo que actualizó la información que tuvo en Michoacán, donde le reportaron las añejas relaciones que existían entre las organizaciones criminales de ésta entidad con las de la frontera.
Antes de Michoacán, el general Patiño había tenido otras experiencias de mando de tropas en otras zonas de conflicto. A finales de los años 90 estuvo en Chiapas, donde se desempeñó como jefe de estado mayor del agrupamiento “Mundo”, destacado en el conflictivo municipio zapatista de Monte Líbano. En 1997 tenía el rango de coronel cuando su superior, el general José de Jesús Ballesteros Topete, lo nombró su segundo en el mando del agrupamiento “Ballesteros”, con cuartel en Guadalupe Tepeyac, dentro de la estrategia contrainsurgente que desplegó entonces el ejército contra el EZLN conocida como “Fuerza de Tarea Arcoíris”,
Patiño fue comandante del batallón 61 de infantería, años antes a medios de los 90, había estado adscrito a la agregaduría militar de la Embajada de México en Washington. De su expediente militar resalta que realizó el curso de Operaciones Conjuntas de Estado Mayor en Fort Benning, Georgia, en el complejo militar estadounidense que también alberga la llamada “Escuela de las Américas”.
Junto a su colega que también estudió en Fort Benning, el general de brigada Dagoberto Espinosa Rodríguez, comandante de la octava zona militar con sede en Reynosa, Tamaulipas, Patiño Canchola intenta contener la “intifada criminal” al interior del cartel del Golfo, que ha paralizado la economía y la vida cotidiana en la zona fronteriza que va de Reynosa a Matamoros, donde el gobierno del priista Egidio Torre Cantú, ha brillado por su ausencia.
fuente.-@velediaz424
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