En los últimos años, el gobierno de Estados Unidos demandó al gobierno mexicano que autorizara a sus agentes portar armas en el territorio nacional. De repente, pareciera que de la nada, el presidente Enrique Peña Nieto envió al Senado una iniciativa de reforma a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos que permite que agentes de migración y aduanas extranjeros (por no decir, de Estados Unidos) operen armados.
Mexico,D.F 27/Feb/2015 La política exterior peñista, caracterizada por su sumisión hacia los Estados Unidos, abre así la puerta para que un futuro, se legalice también que los estadunidenses puedan investigar (como en la práctica ya lo hacen) asuntos relacionados con el narcotráfico, terrorismo y todo aquello que en el vecino país se considere tema de seguridad nacional.
La obsequiosa iniciativa presidencial es particularmente delicada, cuando señala que se espera que este acto de cesión de la soberanía tenga un acto de reciprocidad de parte del vecino del norte. Esperar algo así es ingenuo, por decir lo menos.
Los panistas en su momento solaparon la gradual entrega de soberanía que implementaron los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón, por lo que, más allá de declaraciones estridentes en rechazo a la propuesta, será cosa de tiempo para que los del blanquiazul apoyen a los priístas (si es que no se suman los legisladores perredistas) en la aprobación de dicha reforma.
Fuente.-La Jornada
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