El elevado consumo de fentanilo en Estados Unidos está reconfigurando el mercado mundial de las drogas. Debido a la intensa presión de Washington contra la elaboración de ese narcótico en México, los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación están migrando la producción del opiáceo para Colombia. ¿Qué les ofrece la nación sudamericana?, mano de obra, experiencia y conocimiento para producir y exportar el fentanilo, alertan autoridades y expertos colombianos consultados por Proceso.
El jueves 16 una decena de agentes de la Policía Nacional de Colombia se acercó a dos mexicanos en el aeropuerto internacional El Dorado, de Bogotá; los rodearon con discreción, les pidieron que se identificaran y les comunicaron que estaban detenidos.
Ambos tenían órdenes de captura con fines de extradición a Estados Unidos y, según la policía colombiana, son integrantes del Cártel de Sinaloa y “hombres de confianza” de Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín el Chapo Guzmán, quien fue capturado el 5 de enero último en el poblado de Jesús María, municipio de Culiacán.
La agencia estadunidense antidrogas (DEA) lo señala como productor de fentanilo a gran escala, y junto con sus medios hermanos Iván Archivaldo y Jesús Alfredo encabeza la facción de Los Chapitos en el Cártel de Sinaloa.
Los dos mexicanos detenidos en Bogotá se mostraron sorprendidos. Habían arribado a la capital colombiana en un vuelo procedente de la Ciudad de México y pasaron sin ningún problema el control migratorio, donde dijeron que venían a hacer turismo. Pero, al cruzar la puerta de llegadas internacionales de El Dorado, les salieron al paso los policías.
Lo más llamativo de estas capturas, que fueron informadas por la policía de manera muy escueta a la prensa seis días después, es que los dos mexicanos fueron capturados por cargos de tráfico de fentanilo, el opiáceo sintético que está causando una catástrofe sanitaria en Estados Unidos. Sólo el año pasado las sobredosis con esa droga causaron la muerte de al menos 70 mil estadounidenses, una cada ocho minutos en promedio.
Esta es la primera ocasión que en Colombia se realizan detenciones relacionadas con el tráfico de fentanilo, aunque, según la acusación de la corte federal del Distrito Sur de New York contra los dos mexicanos, el delito no fue cometido en territorio colombiano, sino que se deriva de un cargamento de 400 gramos de esa droga que fue producido en México e introducido ilegalmente a Estados Unidos.
Los detenidos fueron identificados como Carlos Félix Gutiérrez y Silvano Francisco Mariano.
Proceso conoció que ambos tienen su residencia en Culiacán, Sinaloa, aunque son oriundos de otros estados. Según fuentes de la policía colombiana, son especialistas en el procesamiento de fentanilo y “conocen muy bien la logística” de ese negocio ilegal.
De acuerdo con la directora de Investigación Criminal e Interpol (Dijin) de la policía, la general Olga Patricia Salazar, los mexicanos llegaron a Colombia con el propósito de coordinar acciones con narcotraficantes locales “para incursionar en la producción, venta y exportación de fentanilo”.
Dos agentes de la policía que conocen la investigación dijeron a este semanario que un “equipo interagencial” en el que participan la DEA y el FBI y que opera en Colombia recibió desde México la alerta de la llegada de los dos enviados de Los Chapitos.
“Ya tenían pactadas reuniones en Bogotá y en Medellín con contactos colombianos para desarrollar el plan de producción de fentanilo”, indicó uno de los agentes. En esas ciudades buscarían instalar laboratorios para procesar el opioide sintético, “cortarlo” con diferentes mezclas, prensarlo en pastillas y traficarlo a Estados Unidos por las rutas de la cocaína por las que fluye esa droga desde hace décadas.
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