Por primera vez desde que se recuerde, funcionarios de un país extranjeros supervisan en México el destino del armamento vendido. Un grupo de funcionarios alemanes de la Oficina Federal de Economía y Control de las Exportaciones, que encabeza Torsten Safarik, viajó a la Ciudad de México para verificar y certificar el destino final y el uso de un lote de 4.114 lanzacohetes adquiridos por el Ejército Mexicano en 2014, entregados en 2018 y cuyo paradero la Defensa Nacional dijo en 2020 desconocer.
TAMBIEN EN ALEMANIA,YA LOS CONO$EN:
El material fue comprado a la empresa alemana Dynamit Nobel Defence Gmbh, en un proceso poco claro iniciado en 2014, cuyos detalles de licitación se conocieron en 2018 a través del portal Compranet, en el que se registran las adquisiciones, invitaciones, licitaciones y adjudicaciones directas del gobierno federal, incluidas casi todas las del sector de defensa.
En el caso de los 4.114 lanzacohetes RGW-60, calibre 60 milímetros, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) registró su compra en el micrositio de su portal en el que se informa solo de una parte de las compras de material y equipo bélico hechas a empresas extranjeras.
De acuerdo con los datos de la Sedena, en 2014 se compraron lotes de armas largas a cuatro empresas extranjeras: Barret Firearms Manufacturing, Inc; Knigt Sarmament (sic) Company; FN Herstal, S.A. ‑‑cinco lotes de armas a esta empresa‑‑ y Dynamite Nobel Defense, GMBH.
La cuestión del precio
La información de la Sedena indica que el costo unitario de cada lanzacohetes RGW-60 fue de 14.882 euros. En total se habrían pagado 61,2 millones de euros por el lote completo de esta pieza de artillería adquirida para el adiestramiento de las tropas. En su portal, la Sedena solo muestra el precio unitario de algunas armas y materiales de guerra, pero sin mencionar jamás cuantas piezas o unidades fueron adquiridas.
Los detalles de la compra no se conocieron hasta 2019 en el Informe Anual sobre las Exportaciones y las Importaciones de Armas Convencionales, que los países pertenecientes en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) entregan periódicamente. El documento señalaba que en 2018 la Sedena adquirió 39.900 armas de fabricantes de Italia, Estados Unidos, Bélgica, la República Checa, Alemania, Portugal, Turquía y Sudáfrica.
Entre ese stock de armas, equipo y material bélico estaban los 4.114 lanzacohetes RGW-60. Sin embargo, en 2020, el periodista alemán Wolf-Dieter Vogel hizo un seguimiento de la venta de armas de su país a otros ejércitos en naciones con problemas de abuso a los derechos humanos. Vogel hizo solicitudes de acceso a la información a la Sedena para conocer cuál había sido el destino final de los 4.114 RGW-60.
La Defensa Nacional le contestó que “Después de realizar una búsqueda exhaustiva de esta Secretaría, no se localiza evidencia documental de certificados, constancias o cartas del destino final, usuario final o usuario ulterior, firmado con funcionarios de esta dependencia, por el concepto de importación desde Alemania de estos 4 mil 114 artículos”, según consta en la repuesta a la solicitud de información INAI/Folio 000700236820”.
Aparecieron los lanzacohetes
Esto fue en diciembre de 2020. Hace unas semanas, el 21 de octubre de 2022, el grupo de funcionarios alemanes de la Oficina Federal de Economía y Control de las Exportaciones que encabeza Torsten Safarik, pudo finalmente visitar las instalaciones del Almacén General de Materiales de Guerra de la Sedena, en donde oficiales del Ejército Mexicano les mostraron algunos de los RGW-60, dialogaron y escucharon un mensaje de la Directora General de Asuntos Especiales en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), María de Haas, quien fue la guía y enlace entre los enviados del gobierno alemán y la Defensa Nacional de México.
En este contexto, un medio nacional publicó hace dos semanas un reportaje en el que aseguraba que la Sedena compró en los últimos años armamento ruso y alemán en cantidades y precios estratosféricos. En respuesta al reportaje, el secretario de la Defensa Nacional, el general Luis Cresencio Sandoval, desmintió el texto y mostró cifras y datos precisamente sobre la compra del lote de lanzacohetes RGW-60, aunque el dato del precio del lote en 2014 no correspondió con lo presentado por el alto mando militar mexicano.
Sandoval explicó que el arsenal adquirido constaba de tres tipos de armamento con fines específicvos y que, en 2014, cuando fue comprado, “eran de última generación”. En detalle, se trató de 1.452 de lanzacohetes RGW60, calibre 60 milímetros, 242 lanzacohetes para adiestramiento y 2.420 cohetes para adiestramiento.
Sin embargo, el precio final que se pagó por los 4.114 lanzacohetes señalado por el general Sandoval fue de 12,66 millones de euros (232 millones de pesos), que contrastan con los 61,22 millones de euros que habrían costado en 2014, esto de acuerdo con lo reportado por la Sedena en su portal de adquisición de armas y equipo.
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