Funcionarios de los gobiernos de Estados Unidos y de México revelan a Proceso las identidades de personajes que, de acuerdo con sus investigaciones, formaron parte de la red de Genaro García Luna, Ramón Pequeño García y Luis Cárdenas Palomino, quienes desde los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto protegieron y ayudaron al Cártel de Sinaloa en sus operaciones de trasiego y lavado. Algunos de ellos siguen activos en lo que ahora es la Guardia Nacional.
Genaro García Luna, Ramón Pequeño García y Luis Cárdenas Palomino crearon en la extinta Policía Federal toda una red de colaboradores ligados directa o indirectamente con el narcotráfico, los cuales están activos e incrustados en la Guardia Nacional y en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).
Funcionarios del gobierno de Estados Unidos y de México compartieron con Proceso detalles sobre los operadores del exjefe de la policía y de sus dos lugartenientes, piezas de esa red que no han sido detectadas por Alfonso Durazo, titular de la SSPC.
“García Luna se los heredó al gobierno del entonces presidente Enrique Peña Nieto y estos elementos siguen en el gobierno federal, especialmente en las áreas de inteligencia de la Guardia Nacional, sin que todavía hayan sido descubiertos”, expone un funcionario mexicano.
Bajo la condición del anonimato por tratarse de información confidencial compartida con Estados Unidos en el caso criminal contra García Luna, Cárdenas Palomino y Pequeño García, imputados por narcotráfico en Nueva York, la fuente mexicana da otra pista: “Esta cadena de operadores ligados al exsecretario de Seguridad Pública ha sabido burlar el escrutinio del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador en la purga de corrupción en instituciones como la Guardia Nacional”.
De acuerdo con una funcionaria involucrada en el encausamiento judicial contra García Luna, el Departamento de Justicia de Estados Unidos recopila información en México que expone a otros excolaboradores del exjefe policial en el sexenio de Felipe Calderón.
“Comprendemos que para el secretario Durazo es complicado limpiar a los elementos corruptos de la Policía Federal que siguen trabajando (en la Guardia Nacional), pero deben hacer un mayor esfuerzo para encontrarlos y aislarlos”, apunta la funcionaria estadunidense.
En la Corte Federal del Distrito Este en Brooklyn, Nueva York, se abrió el pasado 30 de abril el nuevo expediente judicial contra García Luna en el que lo acusan de ser cabecilla de una empresa criminal que opera desde 2001 y que está ligada al Cártel de Sinaloa.
En la causa penal 19-576 (S-1) (BMC) se acusa a Cárdenas Palomino y a Pequeño García como cómplices de García Luna en el trasiego de drogas y en la protección al Cártel de Sinaloa cuando los tres fueron parte del gobierno de Calderón.
La funcionaria del Departamento de Justicia estadunidense que habló por teléfono con Proceso no admitió ni negó que los elementos de la Policía Federal ligados a los tres acusados en Nueva York también puedan ser eventualmente encausados.
“Es una investigación en curso de la cual no puedo dar detalles porque nos encontramos en la etapa de recopilación de información y, por ello, estamos intercambiando datos y documentos con el gobierno mexicano”, se limitó a exponer.
No obstante, la información proporcionada al reportero expone actos de corrupción presuntamente realizados por los operadores de García Luna durante el sexenio de Peña Nieto cuando pertenecieron a la otrora Policía Federal y que ahora portan el uniforme de la Guardia Nacional.
Dicha información expone, por ejemplo, que Dante Barrera Aguilar y César Damián Trejo Vargas, quienes integraban la División de Inteligencia de la Policía Federal, están involucrados en la compra con sobrecosto de sistemas especiales adquiridos durante el gobierno peñanietista.
Barrera y Trejo, entre otros excolaboradores de los señalados, actualmente ostentan cargos como directores de área o directores adjuntos en las secciones de Inteligencia o el Estado Mayor de la Guardia Nacional.
La fuente mexicana cuenta que Barrera y su compadre Trejo adquirieron el sistema Wisdom Stone a la empresa Rafael por 130 millones 800 mil dólares, cantidad inflada cuatro veces del valor real tanto del equipo como del software de inteligencia (espionaje).
Ambos también compraron a la empresa Bouclier-Vehículos Blindados el equipo de inteligencia Pen-Link y un avión de la clase Diamond.
“Por la aeronave y el equipo de inteligencia se pagaron casi 100 millones de dólares, pero a las arcas del Estado le sacaron cerca de cinco mil millones de pesos. Hicieron un negocio redondo del que se beneficiaron otros operadores de esa red de corrupción”, afirma la fuente mexicana. (Con información de Juan Omar Fierro)
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