Poco a poco quedan claras las prioridades reales de AMLO en la Presidencia.
Empecemos por su Banco del Bienestar. Es imposible darle sentido económico a la construcción de 2 mil 700 "sucursales". Independientemente de la frugalidad al hacerlas, el costo de operar una red así será un despilfarro.
La dificultad de proveer acceso a servicios de pagos, ahorro y crédito a poblaciones numerosas manejando montos pequeños, a veces en zonas remotas, ha motivado el uso de teléfonos celulares para hacer transacciones financieras en países que buscan que la población se bancarice. El costo de enviar dinero en forma electrónica es casi cero, el de mover cash físicamente es altísimo por razones evidentes.
"Bienestar" es lo último en lo que AMLO piensa al desarrollar esa carísima red. Quiere que la gente pobre vaya físicamente a donde haya logos y marcas que identifiquen que el dinero que recogen proviene de él y de su Gobierno, aunque para lograrlo tire a la basura decenas de miles de millones de pesos que podrían incidir en bienestar real. La carísima red tiene una finalidad puramente electoral.
El segundo ejemplo proviene de la negativa de investigar la abundante evidencia del ilícito enriquecimiento de Manuel Bartlett.
Al surgir ésta, AMLO pudo dejar irrefutablemente claro que su Gobierno combatirá la corrupción en serio, aun a costa de prescindir de un aliado importante.
En vez de eso, prefirió establecer que quien está con él no es corrupto por el simple hecho de estarlo, e instruyó a su títere en la Secretaría de la Función Pública a armar una narrativa para exonerarlo, lo cual hizo sin chistar. Lo último que le importa es acabar con la corrupción, basta con alimentar la percepción de que lo hace.
Se irá contra funcionarios de Gobiernos previos cuando le urja distraer o necesite un catalizador para aumentar su popularidad, como ocurrió con la detención de García Luna, a pesar de no provenir de su Gobierno. Y como en el caso de Rosario Robles, violará el debido proceso cuando le dé la gana.
Todo tiene lógica electoral. Impulsar movilidad social está lejos de sus prioridades, pues lograrla pondría en riesgo la lealtad de su base, mejor fomentar dependencia.
No quiere elevar la calidad de la educación pública, prefiere evitar conflictos con el magisterio y ganar su lealtad irrestricta.
Enmendar el Seguro Popular existente implicaba arriesgarse a que Gobiernos previos compartieran el crédito, prefirió arrancar de cero el Insabi, un nuevo sistema hecho sobre las rodillas, poniendo al frente a alguien sin experiencia alguna en temas de salud pública, naturalmente complejos, cuyo único atributo es ser tabasqueño. Otra vez, muestra total falta de respeto a conocimiento y experiencia.
Al quitarle certidumbre fiscal al nuevo sistema, miles de mexicanos morirán ante la imposibilidad de pagar por la atención de enfermedades graves. Más que inepto e irresponsable, esto merece calificarse como criminal.
AMLO quiere emular los grandes modelos clientelares de Kirchner o Chávez, sin contar con la generosa renta que provenía de exportar soya o petróleo. Pemex pronto confirmará que resta más de lo que suma. Sus proyectos faraónicos jamás se llevarán a cabo (afortunadamente).
Dada la falta de crecimiento y ante la negativa de hacer una reforma fiscal antes de las elecciones de 2021, la recaudación será mucho menor a la que necesita. Morena perderá la mayoría legislativa en éstas, pues tendrá que hacer recortes cada vez más dolorosos para mantener la disciplina fiscal prometida. Aumentará el descontento entre quienes votaron por él, pero no son parte de su base inmutable (quizá 20 por ciento del electorado).
De seguir así, imposibilitará que su partido repita en 2024, lo cual incrementa la tentación de reducir la autonomía del INE, poblándolo con incondicionales.
López Obrador tiene el capital político para hacer los grandes cambios que México necesita, pero acumular poder es lo único que le importa. Fracasará por la ofensiva incompetencia de su equipo. La terca realidad lo abrumará.
Por lo pronto, toca defender el sistema democrático que tanto trabajo costó forjar.
fuente.-Jorge Suarez/opinion@elnorte.com/
Empecemos por su Banco del Bienestar. Es imposible darle sentido económico a la construcción de 2 mil 700 "sucursales". Independientemente de la frugalidad al hacerlas, el costo de operar una red así será un despilfarro.
La dificultad de proveer acceso a servicios de pagos, ahorro y crédito a poblaciones numerosas manejando montos pequeños, a veces en zonas remotas, ha motivado el uso de teléfonos celulares para hacer transacciones financieras en países que buscan que la población se bancarice. El costo de enviar dinero en forma electrónica es casi cero, el de mover cash físicamente es altísimo por razones evidentes.
"Bienestar" es lo último en lo que AMLO piensa al desarrollar esa carísima red. Quiere que la gente pobre vaya físicamente a donde haya logos y marcas que identifiquen que el dinero que recogen proviene de él y de su Gobierno, aunque para lograrlo tire a la basura decenas de miles de millones de pesos que podrían incidir en bienestar real. La carísima red tiene una finalidad puramente electoral.
El segundo ejemplo proviene de la negativa de investigar la abundante evidencia del ilícito enriquecimiento de Manuel Bartlett.
Al surgir ésta, AMLO pudo dejar irrefutablemente claro que su Gobierno combatirá la corrupción en serio, aun a costa de prescindir de un aliado importante.
En vez de eso, prefirió establecer que quien está con él no es corrupto por el simple hecho de estarlo, e instruyó a su títere en la Secretaría de la Función Pública a armar una narrativa para exonerarlo, lo cual hizo sin chistar. Lo último que le importa es acabar con la corrupción, basta con alimentar la percepción de que lo hace.
Se irá contra funcionarios de Gobiernos previos cuando le urja distraer o necesite un catalizador para aumentar su popularidad, como ocurrió con la detención de García Luna, a pesar de no provenir de su Gobierno. Y como en el caso de Rosario Robles, violará el debido proceso cuando le dé la gana.
Todo tiene lógica electoral. Impulsar movilidad social está lejos de sus prioridades, pues lograrla pondría en riesgo la lealtad de su base, mejor fomentar dependencia.
No quiere elevar la calidad de la educación pública, prefiere evitar conflictos con el magisterio y ganar su lealtad irrestricta.
Enmendar el Seguro Popular existente implicaba arriesgarse a que Gobiernos previos compartieran el crédito, prefirió arrancar de cero el Insabi, un nuevo sistema hecho sobre las rodillas, poniendo al frente a alguien sin experiencia alguna en temas de salud pública, naturalmente complejos, cuyo único atributo es ser tabasqueño. Otra vez, muestra total falta de respeto a conocimiento y experiencia.
Al quitarle certidumbre fiscal al nuevo sistema, miles de mexicanos morirán ante la imposibilidad de pagar por la atención de enfermedades graves. Más que inepto e irresponsable, esto merece calificarse como criminal.
AMLO quiere emular los grandes modelos clientelares de Kirchner o Chávez, sin contar con la generosa renta que provenía de exportar soya o petróleo. Pemex pronto confirmará que resta más de lo que suma. Sus proyectos faraónicos jamás se llevarán a cabo (afortunadamente).
Dada la falta de crecimiento y ante la negativa de hacer una reforma fiscal antes de las elecciones de 2021, la recaudación será mucho menor a la que necesita. Morena perderá la mayoría legislativa en éstas, pues tendrá que hacer recortes cada vez más dolorosos para mantener la disciplina fiscal prometida. Aumentará el descontento entre quienes votaron por él, pero no son parte de su base inmutable (quizá 20 por ciento del electorado).
De seguir así, imposibilitará que su partido repita en 2024, lo cual incrementa la tentación de reducir la autonomía del INE, poblándolo con incondicionales.
López Obrador tiene el capital político para hacer los grandes cambios que México necesita, pero acumular poder es lo único que le importa. Fracasará por la ofensiva incompetencia de su equipo. La terca realidad lo abrumará.
Por lo pronto, toca defender el sistema democrático que tanto trabajo costó forjar.
fuente.-Jorge Suarez/opinion@elnorte.com/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: