Una familia en León, Guanajuato, ignoró las advertencias que han lanzado expertos en combustible sobre no almacenar gasolina en las casas durante el desabasto de hidrocarburos y experimentó las consecuencias en carne propia.
Este 13 de enero, un garrafón con 20 litros de gasolina explotó dentro de una vivienda en la colonia San Felipe de Jesús, lo que provocó quemaduras en nariz, boca, frente y cuello de dos jóvenes de 25 y 27 años, así como la intoxicación de otros cuatro miembros de la familia y daños dentro del hogar.
Según el personal del Cuerpo de Bomberos de la ciudad, el recipiente estalló debido a que los gases que despidió la gasolina se acumularon en el contenedor. Estos vapores tienen un alto grado de flamabilidad, lo que provoca que cualquier movimiento cause una explosión.
Además de las lesiones de primero y segundo grado que sufrieron los habitantes de la casa, la detonación originó un incendio que tuvo que ser apagado por integrantes del área de Protección Civil del municipio, así como el desalojo de varios vecinos por temor a más intoxicaciones.
La Secretaría de Seguridad Pública municipal llamó a la población a no almacenar gasolina en sus casas, ante el riesgo de que otros accidentes más graves puedan ocurrir, especialmente si hay niños o adultos mayores cerca de donde se guarda el combustible.
El secretario de Salud del estado, Daniel Díaz Martínez, aseguró que otro riesgo de usar garrafones para almacenar gasolina es que después sean utilizados para guardar agua potable y queden residuos de combustible, lo que podría causar diarrea, vómito, pérdida del olfato o vista e, incluso, la muerte.
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