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El periódico The Washington Post obtuvo un documento
oficial que pertenece al Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
Los editores decidieron hacerlo público este miércoles, revelando algunos
planes secretos de la administración de Donald Trump.
Sus páginas revelan que el Gobierno norteamericano ya comenzó a trabajar en detalle sobre cómo van a engrandecer su infraestructura migratoria, medidas que sin duda tendrían un impacto en México.
Por ejemplo, el memo interno dice que un objetivo es aumentar el número de agentes fronterizos.
Para lograr el reclutamiento de unos 5 mil agentes nuevos proponen, en algunos casos, permitir que los candidatos se salten la prueba de polígrafo, los exámenes de condición física y la prueba de dominio de español.
"Si bajas los estándares, la organización termina pagando por ese error durante las siguientes dos o tres décadas", dijo Jay Ahern a la revista Foreign Policy.
Ahern fue director de inspecciones de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas in inglés) durante la Presidencia de George W. Bush.
La Agencia duplicó su plantilla como respuesta a los ataques del 11 de septiembre. Al revisar miles de aplicaciones, explica, los errores en contratación fueron inevitables.
Pronto comenzaron las infiltraciones de los cárteles de droga en la Agencia. Oficiales fronterizos se dejaron corromper por sobornos en efectivo y hasta favores sexuales a cambio de permitir que las bandas delictivas utilizaran sus filas para traficar narcóticos, armas y personas entre México y Estados Unidos.
Sus páginas revelan que el Gobierno norteamericano ya comenzó a trabajar en detalle sobre cómo van a engrandecer su infraestructura migratoria, medidas que sin duda tendrían un impacto en México.
Por ejemplo, el memo interno dice que un objetivo es aumentar el número de agentes fronterizos.
Para lograr el reclutamiento de unos 5 mil agentes nuevos proponen, en algunos casos, permitir que los candidatos se salten la prueba de polígrafo, los exámenes de condición física y la prueba de dominio de español.
"Si bajas los estándares, la organización termina pagando por ese error durante las siguientes dos o tres décadas", dijo Jay Ahern a la revista Foreign Policy.
Ahern fue director de inspecciones de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas in inglés) durante la Presidencia de George W. Bush.
La Agencia duplicó su plantilla como respuesta a los ataques del 11 de septiembre. Al revisar miles de aplicaciones, explica, los errores en contratación fueron inevitables.
Pronto comenzaron las infiltraciones de los cárteles de droga en la Agencia. Oficiales fronterizos se dejaron corromper por sobornos en efectivo y hasta favores sexuales a cambio de permitir que las bandas delictivas utilizaran sus filas para traficar narcóticos, armas y personas entre México y Estados Unidos.
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Otros oficiales estaban tan poco preparados que
en ocasiones utilizaban exceso de violencia cuando no era necesario, como
disparar hacia inmigrantes que intentaban huir o cometiendo abusos a los derechos
humanos.
Para contrarrestar esta problemática, el Congreso pasó la Ley de Anticorrupción Fronteriza de 2010. Esta ley requiere que todos los candidatos a un puesto dentro del CBP deban pasar una prueba del polígrafo antes de ser contratados. También llama a volver a hacer investigaciones periódicas a los antecedentes e historiales de sus agentes.
Para contrarrestar esta problemática, el Congreso pasó la Ley de Anticorrupción Fronteriza de 2010. Esta ley requiere que todos los candidatos a un puesto dentro del CBP deban pasar una prueba del polígrafo antes de ser contratados. También llama a volver a hacer investigaciones periódicas a los antecedentes e historiales de sus agentes.
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El plan nuevo de Trump busca revertir esta
medida, quitando el detector de mentiras y otros pasos que su Administración
considera burocráticos para así contratar a más personal y hacerlo de forma más
veloz.
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De acuerdo a Associated Press, actualmente dos
de cada tres candidatos no pasan la prueba del polígrafo. Para quienes apoyan
la medida de Trump, la prueba debe ser eliminada, pues es la causa principal de
la falta de personal.
Sin embargo, para otros como James Tomsheck, quien dirigió la política interna de CBP durante el último aumento en contrataciones, bajar los estándares es una propuesta peligrosa.
Argumenta que más de la mitad de quienes ya tienen luz verde, aun después de haber pasado una exhaustiva investigación a sus antecedentes, terminan reprobando el detector de mentiras.
Unos estaban involucrados en contrabando de mercancía, otros habían cometido delitos, pero lo más espeluznante es que algunos eran cómplices de organizaciones criminales y buscaron un empleo dentro del CBP precisamente para seguir con su red violenta.
Como regiomontanos, viviendo a aproximadamente dos horas en automóvil de la frontera con Estados Unidos, muchos hemos tenido contacto con agentes fronterizos norteamericanos.
En época de Semana Santa, cuando cruzamos para visitar lugares como la Isla del Padre, San Antonio, McAllen o Laredo, conocemos de primera mano las restricciones de los artículos prohibidos.
El plátano o la manzana que el bebé aún no se ha comido. Los tamales de puerco que mandó la abuela para el camino. Las cervezas de papá que debemos declarar. La copia de DVD (pirata o no) que los niños van viendo en el carro. Cualquiera de éstos podrían meterte en problemas.
Es difícil creer que algo tan aparentemente inofensivo como una naranja sea razón para tanto escrutinio por parte de las autoridades norteamericanas, mientras que al mismo tiempo cocaína, heroína, AK-47s y familias enteras de indocumentados cruzan a diario hacia la tierra prometida del norte.
Saltarse pasos de la Ley de Anticorrupción Fronteriza de 2010, como propone el equipo de Trump, presenta el riesgo de que, a pesar de que habría más agentes, la frontera podría convertirse en un lugar aún menos seguro, con o sin el muro.
Fuente.-canalescelina@gmail.com
Sin embargo, para otros como James Tomsheck, quien dirigió la política interna de CBP durante el último aumento en contrataciones, bajar los estándares es una propuesta peligrosa.
Argumenta que más de la mitad de quienes ya tienen luz verde, aun después de haber pasado una exhaustiva investigación a sus antecedentes, terminan reprobando el detector de mentiras.
Unos estaban involucrados en contrabando de mercancía, otros habían cometido delitos, pero lo más espeluznante es que algunos eran cómplices de organizaciones criminales y buscaron un empleo dentro del CBP precisamente para seguir con su red violenta.
Como regiomontanos, viviendo a aproximadamente dos horas en automóvil de la frontera con Estados Unidos, muchos hemos tenido contacto con agentes fronterizos norteamericanos.
En época de Semana Santa, cuando cruzamos para visitar lugares como la Isla del Padre, San Antonio, McAllen o Laredo, conocemos de primera mano las restricciones de los artículos prohibidos.
El plátano o la manzana que el bebé aún no se ha comido. Los tamales de puerco que mandó la abuela para el camino. Las cervezas de papá que debemos declarar. La copia de DVD (pirata o no) que los niños van viendo en el carro. Cualquiera de éstos podrían meterte en problemas.
Es difícil creer que algo tan aparentemente inofensivo como una naranja sea razón para tanto escrutinio por parte de las autoridades norteamericanas, mientras que al mismo tiempo cocaína, heroína, AK-47s y familias enteras de indocumentados cruzan a diario hacia la tierra prometida del norte.
Saltarse pasos de la Ley de Anticorrupción Fronteriza de 2010, como propone el equipo de Trump, presenta el riesgo de que, a pesar de que habría más agentes, la frontera podría convertirse en un lugar aún menos seguro, con o sin el muro.
Fuente.-canalescelina@gmail.com
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