En 2015, por cada persona detenida, se destinaron, 40 mil pesos, en promedio. El centro de arraigos de la Procuraduria llegó a albergar a más de 2 mil detenidos en 2011; el año pasado sólo fueron 25 personas.
La figura del arraigo está en desuso, al grado que 2016 concluyó con apenas 25 casos, lo que significa un 98 por ciento menos casos que en 2007, año de mayor uso de esta figura de investigación criminal.
Aunque la Procuraduría General de la República (PGR) se negó a revelar cuántos arraigos están vigentes en el Centro de arraigos de la Procuraduría, que tiene capacidad para a 150 personas, personal que labora ahí dijo a El Financiero que el número varió en los últimos meses, aunque ninguno pasó de cinco.
“Este inmueble ha estado subutilizado desde hace más de tres años, los arraigos disminuyeron, hoy están en su mínimo histórico, pero tenemos el mismo personal, la seguridad no se ha relajado”, dijeron los guardias.
La PGR tampoco ha sido clara en torno a los recursos que se destinan al Centro, argumenta que no hay una partida especial y los gastos de funcionamiento están al cargo de la Agencia de Investigación Criminal (AIC).
No obstante, información difundida por Transparencia y datos hemerográficos indican que en la última década se destinaron al menos 78 millones de pesos para mantener a las personas ingresadas al Centro Federal de Arraigos.
A esto debe sumarse los gastos de operación y salarios que perciben decenas de empleados de PGR, comisionados a brindar los servicios administrativos y operativos que requiere el propio centro.
El inmueble fue creado en la administración de Vicente Fox. Hasta entonces la PGR utilizaba hoteles o residencias incautadas para ejecutar este tipo de medidas cautelares.
Dicho centro se instaló en lo que fue el Hotel Central Park, en Eje 3 Sur, en la colonia Doctores.
El inmueble fue modificado, se intensificaron las medidas de seguridad en su entorno. Ventas y puertas se instalaron de acero y los cristales se pusieron a prueba de balas, con blindaje especial.
En total se habilitaron 150 habitaciones que en los momentos en que más se utilizó esta figura; por periodos de entre 40 y 80 días, albergó a más de 10 personas por habitación.
Al menos 50 empleados de la PGR laboran en el Centro, que cuenta con sistema de videovigilancia y acceso controlado con puertas blindadas y esclusas, todo diseñado para evitar un posible rescate de los arraigados.
Cifras disponibles en 2007, primer año de gobierno de Felipe Calderón, se hicieron 844 arraigos; en 2008 fueron mil 210; en 2009, mil 772, y en 2010 fueron mil 982 personas sometidas a esta medida.
En 2011 fue el año en que más medidas se aplicaron, con 2 mil 385; en 2012 bajó a mil 641; en 2013, primer año de gobierno de Enrique Peña Nieto, la baja de arraigos fue drástica pues registraron 627; en 2014, 289; en 2015, 84 y 2016 concluirá con 25 casos, es decir, 98% menos que en 2007.
Además ante la entrada del Nuevo Sistema de Justicia Penal, el Centro de Arraigos de la PGR, ubicado en la Ciudad de México, se convirtió ya en un elefante blanco.
La dependencia que encabeza Raúl Cervantes continúa destinando recursos para este inmueble, que a la fecha está subutilizado, en evidente estado de abandono y cuyo destino es incierto.
Según los datos, el costo promedio por persona arraigada –entre quienes están, por ejemplo, exgobernadores, líderes del narcotráfico, o los implicados en el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa–, es de 13 mil pesos, en promedio.
En 2015, el año que la PGR erogó más por cada arraigado, pues hubo 84 personas retenidas, la dependencia federal gastó 4 millones 260 mil pesos, es decir, un promedio de 40 mil 714 pesos por persona arraigada
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