La debilidad interna del País provocada por un ineficaz gasto
público y una alta deuda, México ya vivió la primera gran parte de esa película
durante cuatro años: el peso se deprecio 20%, la deuda pública superó los
niveles de la crisis de 1994, hubo tres alzas seguidos al precio de las
gasolinas y, finalmente, eso impactó para que la inflación repuntara más allá
de las expectativas planteadas
Del creador de “cuando
Estados Unidos tiene neumonía, México sólo tiene un catarro”, el gobernador del
Banco de México (Banxico), Agustín Carstens Carstens, llegó: “fuimos al cine y
vimos los cortos, pero a partir del 20 de enero va a correr la película de
terror”.
El estreno del
filme será el 20 de enero de 2017, cuando Donald Trump sea el Presidente de
Estados Unidos, la primera potencia mundial. Sin embargo, esto será la secuela
a una película de los cuatro años previos del gobierno de Enrique Peña Nieto,
que tuvieron su respectivo “terror”.
Desde mediados
de 2015, cuando el magnate mobiliario lanzó su campaña presidencial [el
tráiler], los indicadores económicos del país han temblado ante el riesgo de
que se materialice una renegociación del Tratado de Libre Comercio (TLC), la
confiscación de las remesas y la deportación de al menos 3 millones de
mexicanos.
Esas amenazas se
suman al horror antes de Trump reflejado principalmente por el decrecimiento
económico. El Presidente Enrique Peña Nieto anheló una expansión de 5 por
ciento pero en 2016, prevén analistas, se llegará a un 2 por ciento frente al
2.5 por ciento registrado en el 2015.
En el tercer
trimestre de 2016, reportó Banxico, la economía mexicana mostró una
reactivación frente al trimestre previo. Aunque el consumo privado, base de la
economía interna, “incrementó su ritmo” de expansión, la inversión continuó
“estancada”.
Expertos en
economía expusieron a SinEmbargo durante todo el año que la alta deuda y la
corrupción deterioraron la confianza de los inversionistas en México,
incluyendo el Tren de Alta Velocidad México-Querétaro, cancelado a la par del
escándalo de la Casa Blanca y su relación con Constructora Teya, filial de
Grupo Higa, propiedad de Armando Hinojosa, el dueño de la millonaria mansión.
Eso, junto con
el desequilibrio de las finanzas públicas y la lentitud en la implementación de
las Reformas, provocó que el peso se depreciara frente al dólar un 20 por
ciento (y con ello se inflaron los precios de bienes y servicios).
Además, en el
clímax de la película, la deuda pública alcanzó niveles de la crisis de 1994
provocando que las calificadoras encendieran las alertas amarillas y Petróleos
Mexicanos (Pemex) reportó números rojos por una baja en su producción e
ingresos, mientras los precios de las gasolinas subieron tres meses seguidos.
“La debilidad y
vulnerabilidad interna mexicana que han desarrollado las mismas autoridades,
gastando más de lo que reciben de ingresos y endeudándose, es lo que lo hace
ser el país más vulnerable ante las amenazas de Trump”, dijo Alfredo Coutiño,
director para América Latina de Moody’s Analytics, en una entrevista para este
diario digital.
“La medida de
socorro que ha tenido es cortar la inversión; lo productivo. El Gobierno está
atorado en un dilema”, añadió.
En este
contexto, Luis Videgaray Caso renunció a la Secretaría de Hacienda en
septiembre pasado y Agustín Carstens Carstens anunció que dejará Banxico en la
mitad de 2017.
CORTO UNO: EL
DÓLAR SE COME AL PESO
Durante los
últimos meses de campaña en las elecciones de Estados Unidos, la moneda
mexicana perdió terreno en varias ocasiones cuando incrementaba la probabilidad
de que Donald Trump ganara (ganó) y recuperaba terreno cuando sus posibilidades
disminuían, determinó Bloomberg en septiembre pasado.
Pero antes
siquiera que Trump se postulara como candidato, el peso ya valía 34.68 por
ciento menos que cuando comenzó el sexenio de Peña Nieto: el 3 de diciembre de
2012 el dólar se vendía en 12.93 pesos y el 15 de junio de 2015, antes del discurso
de Trump con un toque de frases antimexicanas, el billete verde estaba en 15.74
pesos.
Luego llegó una
ola fuerte.
Cuando el
entonces precandidato republicano avisó, en agosto del 2015, que confiscaría
las remesas, el dólar subió a 16.77 pesos; cuando un mes después amenazó con
renegociar o cancelar el Tratado de Libre Comercio (TLC), aumentó a 17.30
pesos.
Este año, en
mayo, cuando el republicano Ted Cruz abandonó la carrera presidencial y dejó el
camino libre al magnate, el dólar se alteró hasta los 18.05 por uno. Luego el
mundo se enteró que su principal contrincante, Hillary Clinton, se enfermó y la
divisa estadounidense voló hasta los 19.47 pesos.
Economistas
consultados por este sitio dijeron que estos aciertos y tropiezos de los
candidatos también afectaban a las inversiones, claves para la producción y
crecimiento.
El peso,
añadieron, también fue golpeado por la entonces inminente alza de tasas de
interés de Estados Unidos y la incertidumbre por el ajuste al gasto público de
2017.
Finalmente, el peso
rompió la barrera de los 21 pesos.
Un dólar caro,
explicaron economistas a este medio, se traspasa tarde o temprano a los precios
de bienes y servicios. En la primera quincena de diciembre de 2016 la tasa de
inflación se ubicó en 3.48 por ciento.
Los analistas
consultados por Banxico prevén que alcance el 4 por ciento el próximo año,
presionada al alza por el incremento al salario mínimo y los gasolinazos. La
Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas) calcula que la gasolina
Magna podría costar 15.17 pesos por litro, la Premium 16.09 pesos y el diésel
14.73 pesos.
Janet Yellen y
Agustín Carstens, gobernadores del banco central de Estados Unidos y México,
respectivamente, gestionan una política monetaria para controlar los precios de
bienes y servicios (inflación) en distintos escenarios político-económicos.
La presidenta de
la Reserva Federal afirmó que la decisión de elevar las tasas de interés hasta
el rango del 0.50 y 0.75 por ciento –lo que tenía nerviosos a los
inversionistas en México afectando al peso– es “un voto de confianza” en el
“considerable progreso” de la economía estadounidense.
En contraste, la
Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) anunció este mes la quinta alza
de la tasa de interés a 5.75 por ciento con el objeto de “contrarrestar las
presiones inflacionarias adicionales” y tomando en cuenta el incremento de la
Reserva Federal de Estados Unidos.
Ante los riesgos
inminentes, “es especialmente relevante que las autoridades fortalezcan los
fundamentos macroeconómicos del país, perseverando en los esfuerzos de
consolidación fiscal [equilibrio entre gastos eficaces e ingresos] y realizando
ajustes en la postura de política monetaria al ritmo que sea oportuno, a la vez
que se siga impulsando la implementación adecuada de las reformas
estructurales”, urgió el banco.
CORTO DOS: DEUDA
CON OLOR A TEQUILA
México tiene hoy
una deuda exagerada y muy similar a la alcanzada durante la crisis del “efecto
Tequila”, en la década de los 90.
Las agencias
calificadoras como Moody’s y Standard and Poor’s se lo han advertido e incluso
podrían bajar su calificación, lo cual provocaría la salida de inversión y con
ello menos crecimiento y menos empleo, han explicado economistas.
En total, el
país debe 9 billones 683 mil millones de pesos, un 50.5 por ciento del PIB.
De 2012 a 2015,
lo que lleva la administración de Enrique Peña Nieto, la deuda ha aumento de 38
a 46 por ciento: ocho puntos porcentuales más en tres años frente al aumento de
sólo dos puntos porcentuales en los tres años anteriores (2009-2012), de
acuerdo con datos de Bloomberg.
Durante la
primera mitad de la administración de Peña Nieto, la deuda como proporción del
PIB creció poco más de lo que aumentó en los sexenios de Vicente Fox y Felipe
Calderón juntos, y similar a como fue con Ernesto Zedillo.
CORTO TRES:
PEMEX Y LOS GASOLINAZOS
El Gobierno
planteó objetivos ambiciosos para la Reforma Energética: recibos de la luz y
del gas con tarifas más bajas, incrementar la producción petrolera y de gas
para 2018 y, además, rescatar a Petróleos Mexicanos y a la Comisión Federal de
Electricidad.
No obstante,
para especialistas energéticos, la tardanza en implementarla se enfrentó con la
actual volatilidad en los precios del petróleo. Eso orilló a la Secretaría de
Hacienda a compensar la pérdida de sus ingresos petroleros –por la caída de los
petropecios internacionales– con un alza al impuesto en la gasolina, lo que,
sumado a la liberalización del precio al mercado internacional, disparará su
precio a los 16 pesos por litro en 2017.
En diciembre,
los precios máximos del diésel y las gasolinas Magna y Premium se mantuvieron
sin modificación con respecto a lo observado en noviembre: 13.98, 14.81 y 14.63
pesos por litro, respectivamente, después de registrar incrementos en agosto,
septiembre y octubre.
Pero a partir de
la liberación al mercado global, los gasolinazos llevarían a la Magna a un
costo de 15.17 pesos por litro, a la Premium a 16.09 pesos y al diésel a 14.73
pesos, calculó la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas).
La presión a la
alza vendrá –dado que el 62 por ciento de combustible es importado– por el
incremento del dólar registrado desde el año pasado, por la recuperación
relativa del precio del petróleo a raíz del acuerdo a nivel mundial para
reducir la sobreproducción, la falta de infraestructura en el país para
almacenar y transportar el combustible, y por la recaudación de impuestos,
expusieron Amegas y la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece).
Respecto al
rescate de Pemex, basta decir que el Plan de Negocios establece que alcanzará
el equilibrio financiero en 2020… si estabiliza su deuda y recupera su
plataforma.
Sin embargo, en
cinco años no logrará aumentar su plataforma petrolera a más de 2 mil millones
de barriles y estiman el precio de la mezcla mexicana entre 42 dólares (2017) y
56 dólares (2021), frente a los 100 dólares que valía en 2014.
El Secretario de
Energía, Pedro Joaquín Coldwell, dijo durante la presentación de se plan que
ante la “onerosa carga fiscal” de Pemex, “requería un golpe de timón hacia la
modernización; era imperativo asociarse para atraer capital y tecnología”.
Esas asociaciones, a través de
las licitaciones de bloques petroleros, permitirán aumentar su producción, pero
a largo plazo.
Fuente.-
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