Hasta "selfies" se tomaron. |
Joaquín El Chapo Guzmán ofreció "empresas, casas y negocios" a los elementos de la Policía Federal adscritos a la División de Caminos que lo capturaron el pasado 8 de enero en el kilómetro 3.5 de la carretera México15, Los Mochis-Navojoa.
El capo dio su palabra a los uniformados de que si lo dejaban ir junto con su lugarteniente, Orso Iván Gastélum, El Cholo, "se olvidarían de trabajar para toda su vida".
Los informes de los oficiales de la Policía Federal que rindieron a sus superiores y a la Procuraduría General de la República (PGR) indican que El Chapo estuvo a diez kilómetros de llegar a Che Ríos (municipio de Juan José Ríos), localidad cuya mitad pertenece al municipio de Guasave y la otra al de Ahome.
La operación que culminó con la captura comenzó alrededor de las cuatro de la mañana el 8 de enero, cuando las fuerzas de élite de la Marina Armada de México lo tenían localizado en una casa que se encuentra en Jiquilpan y Río Quelite, en el fraccionamiento Las Palmas, de Los Mochis.
Los pistoleros encargados de proteger a El Chapo empezaron a disparar contra el personal naval, lo que desató un enfrentamiento del que resultaron un elemento de la Armada herido y cinco delincuentes muertos.
El Chapo aprovechó para escapar junto con El Cholo por la red de drenaje, mientras que otros maleantes intentaron huir por las azoteas vecinas.
Los marinos sabían que las puertas metálicas de la casa tenían "un colchón de agua", que imposibilitaba su derribo, por lo que iban preparados para volar los muros.
Una vez adentro, descubrieron el clóset con un pasadizo directo al drenaje, por donde huyeron los narcotraficantes.
Estaban preparados para atrapar a El Chapo en las alcantarillas, pero los fugitivos no salieron por las coladeras inmediatas, sino que lo hicieron tres calles adelante.
El Chapo y El Cholo Gastélum se desplazaron por el drenaje aproximadamente 800 metros y salieron por una alcantarilla sin resguardo, en el bulevar Jiquilpan y Antonio Rosales, dejando abandonada un arma de fuego AR-15 equipada con lanzagranadas, como reportó Joaquín Fuentes en MILENIO Televisión.
Para continuar su huida, robaron un vehículo Jetta blanco que abandonaron tres calles después y luego tomaron un Focus tras amagar al propietario, quien denunció el hecho y el C4 de Los Mochis emitió una alerta que la Marina se aseguró que fuera "máxima".
Operativo carretero
A diez kilómetros de llegar al poblado de Che Ríos, Guzmán Loera y su principal y más sanguinario lugarteniente fueron vistos por los patrulleros de la Policía Federal en el tramo Las Brisas-Los Mochis, en Sinaloa, donde les marcaron alto.
El papel de la Policía Federal era hasta entonces únicamente de vigilar las carreteras de todo el estado y la Marina Armada solamente sabía que el operativo sería en Los Mochis.
Los cuatro elementos obligaron a El Cholo a descender del Focus. El Chapo iba agachado en la parte trasera.
Cuando Orso Iván Gastélum descendía, uno de los federales vio que llevaba una pistola, por lo que gritó: "¡Estás armado!", y lo encañonó.
El Chapo salió del coche diciéndolos a los agentes: "¡Se van a morir todos ustedes! ¿No saben quién soy?".
—¡Sí sabemos! —respondió uno de sus captores.
Ante la negativa de dejarlo ir, Guzmán le dijo a los oficiales, como MILENIO Diario publicó el sábado: "Pinches federales, me gancharon" (atraparon).
El capo se dirigió a uno de ellos: "Llévame a Che Ríos". Ofreció recompensarlos con empresas, casas y negocios en México y Estados Unidos, y les prometió que se "olvidarían de trabajar toda su vida".
Los agentes no aceptaron y los subieron a una patrulla. En el vehículo les tomaron una foto y la mandaron a sus superiores, quienes la reenviaron al titular de la Policía Federal, Enrique Galindo, y al comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales, y éste al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. Fue la primera imagen que se conoció del capo, al que se le observa ensimismado, vistiendo una camiseta sucia y El Cholo con el torso desnudo.
En el oficio de consignación ante la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido) los federales manifestaron que sobre la carretera vieron que, "a lo lejos", había camionetas bloqueando el camino.
Este reportero sabe que las autoridades temían la llegada de una treintena de camionetas de malandros.
Para evitar un rescate, trasladaron a los detenidos al motel Doux, sobre la carretera Los Mochis-San Miguel, a la altura del kilómetro tres, donde se resguardaron en la habitación 51, en espera de refuerzos.
Los primeros en llegar fueron 39 elementos de la Policía Federal, quienes desalojaron a los huéspedes para evitar víctimas colaterales y se apostaron en la azotea.
En el motel, El Cholo dijo que era escolta de El Chapo y que ayudaba a escapar a su jefe. Ninguno de los dos delincuentes traía identificación alguna.
Los de la División de Caminos le mostraron al capo la orden de localización y presentación girada en su contra.
Al motel también llegó el coordinador de la Policía Federal en Sinaloa, quien recibió capacitación en las instalaciones del FBI, en Quántico, Virginia.
Poco después arribó un convoy de la Marina, mientras que helicópteros de la Armada sobrevolaban el motel, inhibiendo la llegada de otros pistoleros del cártel de Sinaloa.
También arribaron policías estatales para apoyar a las fuerzas federales.
Coordinación
Desde que El Chapo se fugó el 11 de julio de 2015, toda la parte de inteligencia para lograr su recaptura se concentró en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).
El Gabinete de Seguridad Nacional acordó que la Marina, a través de su grupo de élite, fuera el instrumento operativo de la búsqueda del capo.
Así se pudo ir desenmarañando la red de complicidades del narcotraficante, encabezada por el empresario Manuel Rodolfo Trillo Hernández, La Trilladora, quien presuntamente financió la fuga de Joaquín Guzmán y es dueño de restaurantes y casas de cambio.
También se descubrió que el cuñado del narcotraficante, Édgar Coronel Aispuro, se encargó de recoger a El Chapo en el túnel cavado debajo de su celda en el penal del Altiplano, Estado de México, y que después lo acompañó en un vuelo de Querétaro hasta Culiacán, Sinaloa.
México también solicitó la asesoría del general Rosso José Serrano, ex director de la Policía Nacional de Colombia y quien trazó la estrategia para lograr la captura del capo colombiano Pablo Escobar y contó con el apoyo de autoridades israelíes y, desde luego, estadunidenses.
El sábado pasado MILENIO publicó que de acuerdo con la procuradora Arely Gómez, las primeras investigaciones derivaron de la intención de Guzmán Loera de filmar una película biográfica, para lo que, dijo, "estableció comunicación con actrices y productores".
Fuente.-
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