Un paciente que exigía sus medicamentos en el área de Farmacia del Hospital General de Zona (HGZ) No. 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Villa de Álvarez, Colima, fue sometido por cuatro guardias de seguridad, y terminó convulsionando en el forcejeo.
El hecho se registró este viernes 6 de junio, lo que fue captado por derechohabientes que presenciaron la escena.
Frustrado por la negativa de una empleada de farmacia a entregarle el medicamento que su doctora le había prescrito, el señor empezó a grabar.
“Es mi derecho que me surtan mi receta, me tienen que surtir mi receta. Dos horas para pasar allá y vengo y no me la quieren dar. Me la tiene que surtir, a poco cree usted que la doctora no vio mi expediente en la computadora, y no vio que fui a consulta”, le replicó.
-“No sabe”, le dijo la empleada del IMSS.
“Cómo no va a saber. No me voy a mover de aquí, mande a traer al Ejército a quien sea, no me voy a mover de aquí. Usted súrtame la receta, que no se la inventó la doctora”, expuso.
¿Qué país es ese?
El caso que se describe —un paciente sometido violentamente por guardias de seguridad al exigir un medicamento al que tenía derecho en el Hospital General de Zona No. 1 del IMSS en Villa de Álvarez, Colima— ha generado una profunda indignación social y pone en evidencia problemáticas estructurales del sistema de salud y derechos humanos en México.
¿Qué país es ese donde te someten por exigir lo que tienes derecho?
El incidente muestra una realidad dolorosa: en México, la exigencia de derechos básicos, como el acceso a medicamentos en instituciones públicas de salud, puede derivar en violencia institucional. El paciente, frustrado por la negativa de la farmacia a surtirle un medicamento prescrito, fue sometido con fuerza excesiva por al menos cuatro guardias de seguridad, lo que lo llevó a convulsionar. Todo esto ocurrió ante la mirada de otros derechohabientes, algunos de los cuales documentaron la agresión en video.
¿Qué país es ese donde piensas que te van a echar al ejército?
La referencia del paciente a que “manden al Ejército” refleja la percepción generalizada de que la autoridad responde con fuerza ante demandas legítimas, en lugar de con diálogo o solución. En México, la militarización de la seguridad y la presencia de fuerzas armadas en tareas civiles han contribuido a este clima de temor y desconfianza hacia las instituciones públicas.
¿Qué país es ese donde el discurso de la presidenta no se nota en la realidad lastimosa?
El contraste entre los discursos oficiales sobre derechos, dignidad y atención médica de calidad, y la realidad cotidiana de los usuarios del sistema público de salud, es abismal. Mientras el IMSS afirmó en su comunicado que se actuó “con respeto y dignidad”, los videos y testimonios muestran una respuesta violenta y desproporcionada ante la exigencia de un derecho fundamental.
¿Qué país es ese?
Es México, donde la crisis de abasto de medicamentos, la saturación de los servicios públicos y la falta de capacitación en derechos humanos para el personal de seguridad y salud generan escenarios de abuso y violencia institucional. El caso de Colima no es un hecho aislado, sino un síntoma de problemas estructurales:
- Desabasto y burocracia: El medicamento solicitado (pregabalina) es de control y, según el IMSS, ya había sido entregado días antes, por lo que no podía ser surtido de nuevo en el mismo mes. Sin embargo, la falta de claridad y sensibilidad en la atención derivó en una escalada violenta.
- Uso excesivo de la fuerza: Los guardias de seguridad actuaron con brutalidad, sometiendo y golpeando al paciente hasta que convulsionó, sin intervención oportuna del personal médico.
- Indignación social: Los videos del incidente se viralizaron, generando exigencias de justicia y de sanciones a los responsables, así como cuestionamientos a la capacidad institucional para garantizar derechos humanos básicos.
- Respuesta institucional insuficiente: El IMSS anunció una investigación y acompañamiento al paciente, pero hasta ahora no se han reportado sanciones concretas a los responsables.
Reflexión final
El caso de Colima es un espejo de la crisis de derechos humanos y de atención pública en México: un país donde exigir lo que te corresponde puede costarte la salud o la dignidad, donde la respuesta ante la demanda legítima es la fuerza, y donde el discurso oficial queda rebasado por la realidad cotidiana de millones de ciudadanos.
“¿Qué país es ese?” Es México, donde la lucha por los derechos básicos sigue siendo, para muchos, una batalla diaria y peligrosa.
Con informacion: ELNORTE/

Ahora la gente por las redes debe convocar a una festival de carne asada como protesta afuera del IMSS, como ocurrió en Mexicali, Baja California Norte e igual en Reynosa contra la Agencia de Autos que no quiso reparar el vehículo de una Doctora. En ambos casos la ciudadanía espontáneamente se reunió en apoyo, en el caso de Mexicali contra la Gobernadora por corrupta, en el segundo contra una empresa. En este caso del pobre Señor se le debe apoyar y protestar enérgicamente contra las Autoridades del IMSS en Coima, por abuso de autoridad y negligencia médica. Y a los guardias de Seguridad por lesiones y lo que les resulte. Esa empresa de Seguridad Privada el dueño es prestanombres de Andy López Beltrán, hijo de AMLO. que aprovechándose de su influencia, contrata a nombre de su amigo Guardias de Seguridad Privada con cargo al IMSS. No hay medicamento, pero si hay guardias de seguridad privada en todos los IMSS del país.
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