Paola Andrea Bañuelos Flores, de 23 años, tenía cuatro días desaparecida hasta que la mañana del jueves su cuerpo fue encontrado en un terreno a las afueras de Mexicali, en Baja California, a más de 20 kilómetros de distancia del lugar en el que se subió a un automóvil de la aplicación DiDi, la madrugada del pasado lunes 8 de julio.
Pese a los esfuerzos de su familia y amigos, que se movilizaron rápidamente para buscarla, la Fiscalía del Estado ha confirmado ayere viernes que Bañuelos Flores fue estrangulada y llevada al punto donde se confirmó el hallazgo el jueves.
El presunto atacante, el conductor del auto al que se le vio subir por última vez, es un hombre de 24 años, originario del Estado de Sonora, que permanecía prófugo y que se ha entregado a las autoridades de esa entidad, la tarde de este jueves en Ciudad Obregón. Momentos antes de ingresar a la Fiscalía, el joven aseguró ante la cámara de un reportero local que había salido de Mexicali por miedo.
El lugar en donde ha sido encontrada Paola Andrea Bañuelos Flores, estudiante de Psicología de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), es una cadena de terrenos semiáridos y extensos a las afueras de la ciudad de Mexicali. Largas extensiones de tierra por donde pasa poca gente, a poco más de 25 kilómetros del bar La Consentida, en donde la joven había pasado parte de la noche del domingo pasado y madrugada del lunes, en compañía de amigas y de una de sus primas.
Durante las primeras horas del jueves, y momentos antes de que el mismo equipo de búsqueda que se había conformado casi inmediatamente después de su desaparición encontrara el cuerpo, la madre de Bañuelos pedía ayuda y aseguraba que confiaba en que encontraría a su hija: “Andamos recorriendo estos lugares con la esperanza de que ella no esté aquí. Que mi hija ande en las calles, perdida. Este muchacho taxista, si no tiene nada que ver que aparezca, que nos diga qué fue lo que pasó”, le decía a reporteros locales que acompañaron a la familia en los recorridos. Solo unos minutos después, la Fiscal de Baja California, María Elena Andrade, dio una conferencia de prensa en la que confirmó del hallazgo del cuerpo sin vida de Paola.
La Fiscal lanzó entonces dos peticiones: la primera, a la sociedad y medios de comunicación que, aprovechando que la identidad del presunto responsable había sido exhibida junto con su información personal y la de su familia en redes sociales, ayudaran a dar con su paradero; y la segunda, que iba dirigida a las familias: “Definitivamente, creo que esto nos alerta a los padres de familia y como comunidad de que las jovencitas no viajen solas, por cualquier motivo y aunque sean vehículos de plataforma”, dijo.
La gobernadora de Morena en el Estado, Marina del Pilar Ávila Olmeda, ahondó en que reforzaría el trabajo con las empresas de taxis de las plataformas para brindar mayor seguridad a quienes los usan: “He instruido a la Secretaría de Seguridad Ciudadana y al Instituto de Movilidad Sustentable de Baja California a implementar de inmediato un esquema para la evaluación y supervisión exhaustiva de los perfiles de los conductores de plataformas digitales de transporte. Aunque estas plataformas son responsables de la selección de su personal, como gobierno no seremos indolentes ante esta tragedia y exigiremos controles estrictos para asegurar la tranquilidad de todas las personas que utilizan estos servicios”, publicó en su cuenta de X.
Las horas previas a la desaparición
La noche del domingo, Paola Andrea había salido de su casa sola para encontrarse con algunas amigas y con sus primas para comer y después cenar en el bar La Consentida —ubicado a unos 5 kilómetros del centro de Mexicali—. Según los testimonios de sus familiares, salió del establecimiento poco después de las 2.00 de la madrugada del lunes.
Un familiar de Paola la recogió a ella y a una de sus primas, pero no la llevaron hasta su casa, sino que la dejaron en un punto en el que ella pidió un coche por la aplicación DiDi, al que la vieron subirse algunos testigos que confirmaron que era un auto de color negro. A partir de entonces, cerca de las 2.20 horas, su prima dejó de tener contacto con ella y se pusieron en contacto con sus padres para poder comenzar con la búsqueda.
Fue uno de los hermanos de Paola quien buscó la ubicación del celular de su hermana y con la que pudieron dar con el móvil, que encontraron en manos de una persona en situación de calle, y quien aseguró que había encontrado el aparato unas calles de distancia del punto en el que la joven abordó el coche. Las autoridades locales publicaron la imagen del chofer, de 24 años, originario de Sonora, y las siguientes horas la familia y los amigos de la mujer organizaron grupos de búsqueda y presionaron a las autoridades para que se hicieran las investigaciones necesarias.
El automóvil negro registrado en la aplicación de coches DiDi que Paola abordó esa madrugada fue encontrado gracias al GPS del coche, en un lugar del que las autoridades no dieron detalles. La tarde de este jueves y ante una masiva exposición de su imagen, de sus datos personales y los de su familia, el chofer del auto se entregó en la Fiscalía de su estado natal, Sonora, en Ciudad Obregón. Al llegar, acompañado de una de sus tías, le dijo a un reportero local: “Me vine por miedo, se difundieron noticias y no me han dejado ni declarar”, dijo.
El hombre, que tenía ya una orden de aprehensión por violencia familiar, aseguró ante la cámara que no sabía de lo que lo estaban acusando y que sentía miedo de todas las amenazas que comenzó a recibir él y su familia. Según su tía, Lizete Gutiérrez, el joven habló primero con su papá, y les relató a ambos que sí había recogido a Paola y que había finalizado el viaje.
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