La otra cara de las alianzas entre los cárteles de Estados Unidos y los de México “es el tráfico de armas”. Días antes de su dimisión como Canciller para buscar la candidatura presidencial de Morena hacia 2024, Marcelo Ebrard expone a Proceso que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador denuncia ante su socio comercial que “el tráfico de armas no es individual ni tampoco de una sola banda”.
El exsecretario de Relaciones Exteriores expone que se trata de un trasiego hacia México a gran escala por la magnitud de la operación. “Si estamos hablando en números de 2020 a 2022, hablamos de 60 y tantas mil armas decomisadas. Puedes multiplicarlas por el múltiplo que calcules que es el flujo total. Hablamos de cientos de miles de armas, eso es un tráfico a gran escala, no es una acción individual. Esto es motivo de investigación”.
Un argumento irrefutable y queja del gobierno de López Obrador al del presidente Joe Biden es que el tráfico ilegal de armas semiautomáticas y municiones de Estados Unidos a México es el que empodera a grupos como el Cártel de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación, hecho que además dificulta las labores para desmantelarlos.
El caso Ovidio
El 5 de enero último el general Luis Cresencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional, dio a conocer la captura de Ovidio Guzmán López, el Ratón, en el estado de Sinaloa. Se trata de uno de los hijos del Chapo Guzmán e integrante de la agrupación de trasiego de drogas
Los Chapitos.
En poder de esta publicación, y como ejemplo del empoderamiento de los narcotraficantes mexicanos del que habla el gobierno mexicano, se tiene la ficha de tres armas de alto poder que el Ejército Mexicano le encontró y decomisó a Guzmán López cuando fue reaprehendido.
La hoja técnica contiene datos verificados y rastreados por la oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos (ATF, por sus siglas en inglés) de sus compradores originales, del lugar y fecha donde se adquirieron y el método de cómo fueron traficadas ilegalmente a México.
La primera es una pistola calibre 9 milímetros de la marca Browning, número de serie 245PT1012g, fabricada en Bélgica e importada a Estados Unidos por Browning Arms Company. El comprador original es Stephen William Lewis, nacido el 18 de noviembre de 1947, quien la adquirió el 30 de noviembre de 1994 en el estado de Oregon en la armería Oles Gun Shop.
La ATF reporto que esta pistola “es parte de una venta múltiple de pistolas reportadas a –la misma– ATF por un Licenciatario Federal de venta de armas de fuego”. Se trata de una pieza letal que recorrió poco más de nueve mil 300 kilómetros de Bélgica hacia las manos de Ovidio Guzmán en Sinaloa, es decir, tres veces la distancia de Tijuana a Cancún.
A Ovidio le requisaron otra “pistola calibre 762” de la marca Century Arms International, modelo VSKA con el número de serie SV7Poo6996, fabricada en Estados Unidos. El comprador original fue Zachariah Mahemiah Millsap, nacido el 5 de noviembre de 1993 en Los Ángeles California, quien la adquirió el 17 de marzo de 2022 en la armería Healy, ubicada en Temple, Arizona.
El arma, de acuerdo con el rastreo y reporte de ATF, también “es parte de una venta múltiple de pistolas reportada a la ATF por un Licenciatario Federal (LF) de venta de armas de fuego. La fecha de transacción anotada en el resumen es la fecha en que el LF generó la venta múltiple y podría no representar la fecha real de la transacción de la compra del arma de fuego”.
Al capo mexicano también se le decomisó un rifle calibre 762, modelo VSKA de la marca Century Arms International, fabricado en Estados Unidos y que presuntamente tiene el número de serie SV71055971; es la tercera arma de alto poder encontrada al hijo del Chapo.
De este rifle la ATF desconoce el nombre del comprador original y la fecha en que fue adquirida. Ubicó a la armería de donde salió y es C.A.I./Century Arms, en Georgia, Vermont. “El número de serie del arma de fuego no es válido”, aclaró el ATF.
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