La Fiscalía General de la República (FGR) imputó a cuatro militares por homicidio calificado y homicidio calificado en grado de tentativa por accionar sus armas en la masacre del 26 de febrero en la que cinco jóvenes fueron asesinados en Nuevo Laredo, Tamaulipas,porque "creyeron que les disparaban",un hecho semejante al ocurrido el 7 de febrero de 2020,cuando el Grupo de Operaciones Especiales (GOPES)del ex-gobernador Francisco J. Garcia Cabeza de Vaca,hoy flamantes "Fuerzas Especiales" (...los mismos) de Americo Villarreal quien falto a la promesa de "desaparecerlos",asesinaron con 236 disparos de ametralladoras al ingeniero Jorge Ortiz en Rio Bravo, "sin que este haya disparado, pues estaba desarmado"
Ayer lunes, en audiencia inicial celebrada en el Centro de Justicia Penal Federal de Tamaulipas, los militares que de haber obedecido su MANUAL de USO de la FUERZA LETAL estarían libres, pues este contempla con claridad los escenarios en que aplica el uso de la fuerza legitima,que debe ser proporcional a la agresión, comparecieron por videoconferencia para conocer la imputación que la FGR tenía preparada por los hechos del 26 de febrero.
Sin embargo, la defensa de los militares solicitó la duplicidad del plazo constitucional y será hasta el próximo 12 de abril a las 16:00 horas cuando el juez de control defina su situación jurídica.
Como siempre usan cualquier cosa para que ellos salgan libres y los jóvenes aún inocentes quedan mal. Dan vergüenza debe ver una ley que los juzga a ellos también.
— Lucille (@Lucille16227509) April 11, 2023
Mientras tanto, el juez impuso la medida de prisión preventiva oficiosa que deberán cumplir en el campo militar número 1, donde permanecen desde marzo pasado luego de que la Secretaría de la Defensa Nacional los procesó por el delito de desobediencia.
En los hechos por los que los militares fueron imputados por la FGR murieron los jóvenes Gustavo Pérez Beriles, Wilberto Mata Estrada, Jonathan Aguilar Sánchez, Alejandro Trujillo Rocha y Gustavo Ángel Suárez Castillo, este último era ciudadano estadunidense.
Los cinco viajaban de regreso a sus casas en compañía de otros dos jóvenes, uno de ellos que resultó herido y otro ileso, luego de pasar la noche en una discoteca de Nuevo Laredo.
Al transitar por la colonia Cavazos Lerma se cruzaron con un convoy de cuatro camionetas militares, que empezó a seguirlos y más adelante abrió fuego en su contra.
De acuerdo con los primeros informes, los militares efectuaron 117 balazos en total, la Sedena ha afirmado que las detonaciones ocurrieron como respuesta a disparos previos ajenos a la camioneta de los jóvenes.
Sin embargo, las detonaciones que escucharon los militares se debieron a que una camioneta del convoy chocó con la de las víctimas, lo que produjo un “estruendo” que fue el ruido que motivó los balazos castrenses.
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