Al gobierno estatal entrante se le vienen muchos piojos y liendres, todavía no saben de a cuánto y de a cómo serán las broncas, los desgastes en las contiendas judiciales, los gastos de lana y todo lo que conlleva entrar en bronca para quitarse a ciertas garrapatas ajenas. Serán más de dos mil broncas en las que el próximo gobierno del estado entrará de lleno desde el primer minuto del 1 de octubre. Como en las tamalizas, habrá de chile, de dulce y de manteca, pero todas serán dolor de cabeza para la administración de Américo. Las chiquitas y las grandotas.
NADA FÁCIL
Pues sí, una gran marranada heredará este ya próximo gobierno cuerudo, esos casi 2 mil juicios contra el Estado de Tamaulipas. Desde las cañonas demandas de empresas privadas por atropellos o cobros de impuestos, de multas o acciones injustas del gobierno contra estos negocios; así como las querellas rurales, agrarias y de tierras, como el caso de las 49 hectáreas en Soto La Marina que este wey del Chompa De Res se quiere agandallar o ya se las trincó. Sin faltar -y que son el gran grueso- los despidos injustificados de trabajadores de la burocracia.
DESPIDOS APACHES
Gente a la que corrió por venganzas apaches, raza que no estuvo de acuerdo en las marranadas del Chómpiras relacionadas con ayudar a los vivales del partido panoso, de andar de gatos particulares, engordándole el caldo en la campaña a “El Truco”, como en las de los burricipios a los candidotes bandidos azulejos, como Rovas y la chica enferma y desquiciada que YA todos saben a quién nos referimos. El gobierno estatal entrante deberá ponerle el pechito a todas esas broncas de mucha “pipol” inconforme, fácil y con la zurda rebasarán las dos milanesas todos esos “estira y afloja”.
QUITARSE LA FUERZA AÉREA
Ni qué decir la propia trifulca que se le viene a Américo Villarreal, pues tendrá que limpiar la nómina estatal, tanto en las delegaciones y oficinas del estado en cada uno de los 43 burricipios, como en el mismo gobierno central de la entidad, con base en Vicky City. Pues es de cincho que aquel sapo desgraciado le heredará de última hora, mucho gacho “aviador”. AVA tendrá que sacudirse a todas esas sanguijuelas y rémoras, no sin antes pelear con ellos en los tribunales. Tales juicios son lana, más la que va a tener que soltar para indemnizaciones y otros menesteres.
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