Está en primero de secundaria y tiene 12 años, pero Camila logró lo que muchas autoridades no pueden: convencer, registrar y llevar a vacunar contra el Covid-19 a 500 adultos de su comunidad.
Cuando ayudaba a sus abuelos a obtener el formato y registrarse para ser vacunados, Iveth Camila Ortiz Ramírez advirtió que en el Ejido Albia había personas de la tercera edad que no sabían leer o escribir, o bien, no tenían acceso a la tecnología para hacer este trámite.
"De repente se me cruzó por la mente: 'ayuda a los demás ancianos, a los demás viejitos'", relató en entrevista Cami, como la llaman familiares y amigos.
"Le conté a mi mamá sobre mi idea y me dijo: 'está bien, yo te apoyo'", citó.
"Lo hacía desde mi computadora. En casa de mi abuela hacía los registros y ya las personas me llevaban los datos que les pedía, su CURP y números de teléfono".
Cami dispuso de recursos propios para inscribir a tantos adultos como le fue posible, pues luego iban a buscarla para pedirle apoyo no sólo de Albia, localidad de unos 2 mil habitantes ubicada a 17 kilómetros de Torreón, sino de otros ejidos.
La persistencia de la adolescente quedó demostrada con los cerca de 100 mensajes que envió, antes de tener una respuesta, a la representante en La Laguna de la Secretaría de Bienestar, Cintia Cuevas, para que fueran vacunados los adultos que había inscrito.
Además, consiguió que la Secretaría les ayudara en su traslado al punto de vacunación.
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