La noticia de que Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño están siendo acusados en Estados Unidos y que sus casos se suman al de Genaro García Luna no debe ser asumido desde México como un triunfo de la justicia. Tampoco debe serlo la condena al Chapo Guzmán.
Estos casos se suman a una lista larga de mexicanos en la que aparecen exgobernadores, exfiscales y miembros de organizaciones criminales que esperan juicio o fueron sentenciados en cortes norteamericanas. Esto solo pone en descubierto la incapacidad y/o falta de voluntad por hacer justicia en México.
Aunque se da un golpe, las víctimas de la violencia en México se quedan sin verdad y sin justicia. Las ejecuciones, las desapariciones, la tortura y el desplazamiento forzado, entre otros crímenes quedan sin ser investigados e impunes.
Las redes criminales en nuestro territorio permanecen intactas, las redes de protección política a estos crímenes quedan sin ser descubiertas, las redes económicas de lavado de dinero no se tocan. Solo se procesa lo que a los tribunales estadounidenses les parece relevante y para lo que tienen competencia.
Sin verdad ni justicia en México por los crímenes atroces, que alcanzan el umbral de crímenes contra la humanidad, cómo garantizará el Estado mexicano el derecho a la verdad, la justicia y la reparación de las víctimas y la necesidad de comprender estos fenómenos para garantizar la no repetición.
Cuando el gobierno mexicano se siente complacido por el inicio de estas investigaciones no hace más que aceptar su incapacidad de investigar la macro criminalidad de grupos armados y agentes del Estado. Es por ello que desde hace tiempo se ha propuesto desde la sociedad civil la creación de mecanismos extraordinarios de justicia con acompañamiento internacional como se ha hecho en otros países de la región.
La respuesta del gobierno actual es que prefieren centrarse en la resolución de casos emblemáticos y dejar a un lado los fenómenos criminales. De esta manera se garantiza la impunidad para prácticamente la totalidad de los casos y no se alcanzan a comprender los patrones y fenómenos que llevarían a poder avanzar una estrategia de seguridad, de verdad, de justicia y de reparación. La agenda de Justicia Transicional ha sido olvidadadesde el inicio de esta administración, traicionando así el compromiso que asumieron ante las víctimas y la sociedad en su conjunto.
Si estos juicios en EUA no son acompañados por sus equivalentes en México por los crímenes atroces, se garantizaría la impunidad absoluta como ha sido hasta el momento.
En México se perpetran crímenes de lesa humanidad con absoluta impunidad. Todos los juicios en EUA lo comprueban día con día.
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