Las innovaciones tecnológicas en la industria del blindaje han abierto un abanico de opciones a través de una variedad de productos y materiales para autos, vitrales, paredes, edificios y objetos tan cotidianos como chamarras, abrigos, mochilas y hasta portafolios.
Al cierre de 2019, se calcula que la industria incrementó en el país por encima del 20 por ciento. Los especialistas consideran que esta tendencia continuará ante las condiciones de inseguridad que prevalecen en el país, por ello se elevará la demanda de productos y servicios en seguridad electrónica (control de accesos y videovigilancia), guardias intramuros, escoltas y blindajes.
“La demanda que hoy tenemos en México debido a que la inseguridad y la violencia siguen aumentando con cifras escandalosas, la industria (del blindaje) se ha diversificado con nuevos productos y soluciones, abarcando no sólo medidas de protección que podían ser para políticos o empresarios de altos rangos, hoy en día hay ofertas de protección corporal como puede ser ropa, portafolios y mochilas blindadas que están al alcanzando a más personas”, explicó Álvaro Fuentes Quintana, presidente de la Comisión de Blindaje Corporal del Consejo Nacional de la Industria del Blindaje (CNIB).
En búsqueda de opciones más sofisticadas y eficientes, pero económicas, las empresas dedicadas a la exploración y experimentación de herramientas y materiales para la fabricación de estos productos reconocen que el kevlar o poliparafenileno tereftalamida, se mantiene como la materia prima líder en las placas de blindaje nivel III y IV, las cuales agrupan en general el 70% de la producción. Los niveles V, que ya ocupan mezclas de aceros con fibras kevlar ocupan alrededor del 30% de la industria del país.
“Se ha avanzado mucho tecnológicamente, el objetivo constante es hacer que todas las materias primas enfocadas en la conformación de placas, aceros, vidrios y demás materiales sean cada vez más ligeros y de mayor eficiencia, es decir, con mayor desempeño balístico y trabajando en ser más competitivos en los costos”, sostuvo Fuentes Quintana.
En cuanto al blindaje automotriz, el también director de Carolina Ballistic—compañía especializada en protección balística personal, automotriz, arquitectónico e incluso aeroespacial—, detalló que la demanda más alta se concentra en los blindajes nivel III para prevenir atentados con armas cortas; es decir, disparos con pistolas calibre 9 milímetros y 44 Magnum, principalmente.
> Los blindajes niveles IV o V son comúnmente utilizados para la prevención de disparos de armas largas; por ejemplo, fusiles de asalto tipo AK-47 y 7.62 x.39, e inferiores como es el AR-15, así como calibre 7.62X51 milímetros.
En general se tiene la percepción que los diferentes blindajes son productos caros, lo que sumado a la escasa cultura de autoprotección en la población se opta por comprar equipos o artefactos hechos con materiales baratos o de un blindaje parcial, lo cual es un peligro para los usuarios al momento de una situación de riesgo.
En contraparte, la delincuencia intensifica su presencia a partir de la renovación de sus armas, por eso, explicó Jonathan Orjuela Núñez, presidente de la Comisión de Vidrios Blindados del CNIB, “fue necesario proteger cada vez más infraestructuras y automotores. Hoy en día existen en México muchas oficinas con blindaje arquitectónico, y no sólo gubernamentales”.
En cuanto al costo de este tipo de productos resulta muy variable. Depende del nivel de protección que se pretende obtener, el valor en el mercado de los materiales, la cantidad y tipo de las placas balísticas en caso de que el producto lo requiera.
> 20% aumentó en 2019 la demanda de productos relacionados con blindaje y protección en México.
> 70% de productos de blindaje están hechos de kevlar, material que resiste disparos de pistolas calibre 9 milímetros y 44 Magnum.
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