Jason Padgett se avergüenza cuando habla de su juventud.
“Llevaba una vida muy superficial. Solo me interesaban las chicas, las fiestas y el alcohol”, recuerda.
Hoy Padgett es considerado un genio de las matemáticas, con una habilidad muy inusual: puede “ver” los números y la geometría; para él no son solo abstracciones.
¿Cómo pasó este estadounidense de ser un “fiestero” confeso a convertirse en un matemático obsesivo? Ocurrió literalmente de golpe.
Padgett le contó su historia al programa Outlook, del Servicio Mundial de la BBC, como parte de la serie especial “Sentidos extraordinarios”*.
Allí relató cómo fue su juventud creciendo en Alaska, donde la vida estaba desfasada con respecto al resto del mundo.
“Me había quedado en los 80… seguía usando el estilo de pelo corto (en la parte de) arriba y largo atrás y vestía chalecos de cuero sin camiseta”, recuerda, avergonzado.
“Mi vida consistía en salir a bares en busca de chicas, beber, ir al trabajo al día siguiente con una resaca… hacía eso de seis a siete noches por semana”.
“El estereotipo del idiota que ves entrando a un bar… ese era yo”, confesó entre risas.
Pero esa vida de “cabeza hueca” terminó repentinamente la noche del viernes 13 de septiembre de 2002, en la ciudad de Tacoma, estado de Washington, donde Padgett se había mudado hace poco.
El ataque
Fue con una amiga y un chico con el que ella salía a un karaoke. La pasaron bien. Él -fiel a los 80- cantó “Blaze of Glory” de Bon Jovi, a quien le encantaba imitar.
Mientras estaba en el escenario vio a un par de hombres sentados en una esquina pero no le dio mayor importancia. Poco sabía que esos hombres le cambiarían la vida para siempre.
Cuando salieron del lugar, Padgett recuerda sentir y oír un fuerte golpe repentinamente. Los hombres le habían golpeado por detrás en la cabeza y él cayó de rodillas.
“Vi una luz blanca, como si alguien hubiera sacado una foto”.
Los atacantes siguieron golpeándolo y pateándolo. Él intentó morder las piernas a uno de ellos.
“Extrañamente la cosa que más recuerdo es pensar: ‘Quiero lastimar a estos tipos antes de morir'”.
Mientras era atacado, miró a su amiga, que observaba todo y estaba en shock. El chico con el que salía levantó los brazos y se fue corriendo. Notó que varias de las personas dentro de local de karaoke miraban la escena por la ventana pero nadie hizo nada.
“De pronto uno de los hombres me dijo: ‘Dame tu chaqueta’ y fue recién ahí que me di cuenta de que era un asalto”.
Se sacó la chaqueta (“era una chaqueta de cuero de apenas US$99 y había quedado dañada durante la golpiza”). Se la dio a los hombres y salieron corriendo.
Padgett tuvo la suerte de que hubiera un hospital cercano. Ahí le dijeron que tenía una conmoción cerebral y que le sangraba el riñón, pero lo mandaron a casa después de inyectarle un analgésico.
TOC
La pesadilla de Padgett comenzó poco después. Desarrolló un trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
El temor a lo ocurrido -y al hecho de que nadie lo hubiese ayudado- lo llevó a tener miedo a salir y a estar con otros.
Vivía encerrado en su casa y allí desarrolló una obsesión con la limpieza.
“Tenía un miedo irracional a los gérmenes. Me lavaba las manos cientos de veces al día”.
Incluso llegó a desinfectar su dinero, limpiando cada billete, uno por uno.
El hecho de que estuviera lejos de su familia y sus amigos hizo que su trastorno pasara desapercibido. Vivió tres años así.
Pero el traumatismo en la cabeza también le dejó otra mella… cambió su forma de ver todo.
“Todo lo veía ligeramente pixelado. Las nubes, el Sol… Miraba el agua irse por el desagüe y veía tangentes, con líneas como olas, que se cruzaban”.
“Era hermoso pero al mismo tiempo daba miedo”, recuerda.
Fractales
Padgett notó que todas estas formas pixeladas parecían moverse dentro de una cuadrícula.
“Era como un videojuego y se veía como algo matemático”.
Curioso, recurrió a internet y allí aprendió sobre la geometría fractal, una forma matemática descubierta por el francés Benoit Mandelbrot.
Los fractales han sido descritos como los bloques para armar todo lo que existe en el universo.
Son figuras que se repiten, para formar figuras más grandes.
Padgett lo explica así: “Es como la pantalla de una televisión… los pequeños cuadraditos de color van formando cuadraditos mas grandes. Así se forma todo”.
Él se daba cuenta de que de pronto todo lo que veía “podía separarlo en pedazos más chicos, pero idénticos”. Veía patrones en todo.
Empezó a dibujar estas figuras fractales. Obsesivamente.
Cambio de vida
Por suerte, su interés por entender esto que veía lo llevó a salir de su aislamiento.
Buscó ayuda psicológica para su TOC y se inscribió en un curso de matemáticas en una universidad cercana.
Esto no sólo le permitió salir de su casa. En la universidad también conoció a quien luego se convertiría en su esposa.
“Mi vida mejoró drásticamente”, cuenta.
Fue al ver un programa de televisión cuando finalmente entendió lo que le estaba pasando.
Era una entrevista con Daniel Tammet, un hombre que tiene Asperger (un trastorno del espectro autista) y es un genio de las matemáticas y la lingüística.
Tammet es considerado un “savant“, como se conoce a las personas con competencias mentales extraordinarias.
“Era la primera vez que alguien, además de mí, hablaba de cómo los números se ven”, cuenta Padgett.
Decidió contactar con una experta para saber si él también tenía el llamado síndrome del sabio o savant.
Una serie de resonancias cerebrales lo confirmaron. También se le diagnosticó sinestesia, como se conoce al trastorno por el que los sentidos se mezclan.
Ello explicó cómo podía “ver” las matemáticas.
Para Padgett recibir un diagnóstico fue un alivio.
“He visto a gente loca hablando solos y ellos no saben que se hablan a sí mismos… para ellos ese mundo que ven es real. ¿Qué pasaría si yo era este tipo que creía ver matemáticas en todos lados y no era así?”
“No tenía cómo comprobarlo”.
Giro inesperado
Padgett escribió un libro sobre sus experiencias: “Struck by genius” (“Un golpe de genialidad”) y viajó por el mundo contando su historia.
Su fama tuvo una consecuencia inesperada… uno de los hombres que lo atacó -a quienes les juró venganza por muchos años- se puso en contacto con él y mostró un enorme arrepentimiento por lo que había ocurrido, que atribuyó al alcohol y las drogas.
Le contó que al igual que él, también había empezado una nueva etapa, libre de violencia.
Padgett aceptó sus disculpas y lo felicitó por haber cambiado su vida.
Pese a que el ataque le causó años de dolor y problemas severos, Padgett lo tiene claro.
“Volvería a pasar por todo lo mismo para lograr este despertar matemático. Es mágico”.
fuente.-
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