En la montaña de Guerrero,
pobladores que se dedican a la siembra de amapola impidieron al Ejército
erradicar sus cultivos.
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Una brigada de
militares acudió hace una semana a Santa Cruz Yucucani, municipio de
Tlacoachistlahuaca, con la intención de erradicar sembradíos de la adormidera y
hacer labor social.
Sin embargo, los habitantes se
organizaron y les impidieron avanzar hacia las plantaciones.
Los pobladores, entre los que
había muchas mujeres, afirmaron a los militares que no tienen otra forma de
subsistir.
Santiago Sánchez, uno de los
pocos pobladores que hablan español y quien se presentó como líder de la
comunidad, que cuenta con mil 900 habitantes, dijo que para que la comunidad
deje de sembrar amapola, el Gobierno tendría que llevarles maestros y
construirles un hospital y una carretera que conecte con Putla, en Oaxaca.
"Ellos (los militares)
dijeron clarito que es delito", señaló Sánchez, en entrevista. "Yo sé
que es malo, pero el Gobierno nunca apoya aquí, nunca llega el Gobierno, no se
hace ninguna obra que pedimos".
Además, buscaban erradicar los
sembradíos de amapola.
Tras un diálogo en la cancha de
basquetbol, los pobladores accedieron a que los militares hicieran la labor
social, pero no a que destruyeran los cultivos ilegales.
Durante el diálogo, los
pobladores pidieron al General Ibarra que los dejaran sembrar amapola al menos
dos años para ahorrar y luego dedicarse a otra cosa.
Un kilo de goma de opio en esta
zona se paga entre 5 y 8 mil pesos, afirmó Sánchez.
Fuente.-
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